Iniciado por
Emeric
Amig@s :
Sabemos que los protestantes les reprochan mucho a los católicos lo que los primeros llaman supersticiones, como la de cargar con amuletos, crucifijos, talismanes, en fin, fetiches, objetos dizque "protectores contra el Mal" (accidentes, enfermedades, mal de ojo, etc.)
Los protestantes, como iconoclastas al fin, repudian toda representación pictográfica, o de cualquier otra forma, de la Deidad y/o de Su poder. Ellos se aferran únicamente a la fe. Nada de fetiches.
Sin embargo, en su propia Biblia, vemos casos de fetichismo.
Tomemos el caso de la mujer que sufría de una terrible metrorragia desde hacía 12 años, Mr. 5:25-34.
Dice el relato que debido al gentío que rodeaba a Cristo, ella no esperaba poder pedirle directa y personalmente al Maestro que la sanara de su enfermedad. Pero pensaba que si tan sólo lograba tocar aunque fuera Su manto, sería sanada. Y así ocurrió.
Esa mujer no tuvo siquiera que formularle su petición a Cristo; bastó con que tocara Su manto con fe, y fue sanada. ¿ Fue el manto lo que la sanó ? No. Fue el Dueño del manto quien la sanó, pues El afirmó haberse dado cuenta de que poder había salido de El, Mr. 5:30, en el mismo instante en que ella tocó Su manto.
Pero eso no impide que la mujer pensaba que el manto del Maestro, por ser Su manto, y NO cualquier manto, tenía que estar impregnado no sólo con el sudor y el olor de su Dueño, sino también con Su poder.
Ahora bien, ese caso de fetichismo no es el único que vemos en la Biblia.
Hch. 5:15 dice que, en los días de la iglesia primitiva, "sacaban los enfermos a las calles, y los ponían en camas, para que al pasar Pedro, al menos su sombra cayese sobre alguno de ellos", obteniendo así sanidad divina.
De la misma manera, Hch. 19:11, 12 dicen :
"Y hacía Dios milagros extraordinarios por mano de Pablo, de tal manera que aun se llevaban a los enfermos los paños o los delantales de su cuerpo, y las enfermedades se iban de ellos, y los espíritus malos salían".
Sin olvidar a aquel muerto veterotestamentario que resucitó cuando su cadáver tocó, por puro accidente, los huesos del difunto profeta Eliseo, en el sepulcro de éste, 2 Rey. 13:20,21.
Ese caso es mucho más explícito en cuanto al fetichismo BíBLICO, pues no hubo ningún acto de fe por parte de nadie para que ese muerto resucitara ...
Queda, pues, demostrado que hay fetichismo en la Biblia, incluso entre los siervos de Dios. Saludos.
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