Los
biblistas teístas se la pasan
peleando sobre
si tenemos o no tenemos almas y
espíritus dentro de nuestros
cuerpos de carne y hueso.
Unos dicen que el cuerpo es el alma; otros, que no; que el alma está en el cuerpo y que, junto al espíritu, sale del cuerpo cuando morimos.
Lo
trágicómico es que todos ellos se echan en cara pasajes de
la misma Biblia que predican.
En otras palabras, es muy fácil sustentar
posturas antagónicas usando
la misma Biblia.
Y nunca se pondrán de acuerdo.
Por mi parte, opino que
no tenemos ni alma, ni espíritu inmateriales en el cuerpo.
Tenemos un cuerpo, y punto.
Una prueba de ello es que cuando perdemos la vista,
no seguimos viendo gracias al alma o al espíritu.
Cuando perdemos el sentido del oído (ruptura del tímpano), cuando perdemos el sentido del tacto debido a algún problema neurológico, cuando perdemos el habla, cuando perdemos el sentido del gusto, cuando perdemos el olfato, también a causa de ciertas enfermedades,
ya no podemos seguir ni oyendo, ni sintiendo, ni hablando, ni saboreando, ni oliendo.
Cuando nos da un
ataque cerebral, afectando ora todo ora algunas partes de dicho órgano,
ninguna alma ni ningún espíritu toma el relevo.
Si tuviéramos almas dentro de nuestros cuerpos y distintas de éstos, entonces,
seguiríamos teniendo la capacidad de hacer todo eso. Pero
NO es así.
Para que vean ...
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