La Iglesia está para perdonar y no para condenar. La confesión únicamente es válida si el que va a que le perdonen los pecados tiene la intención de no volver a pecar nunca más; es decir a no cometer ningún tipo o clase de pecado a lo largo de su vida.
El vicio a este pecado que tiene esta señora se le solucionará al llegar a la menopausia.
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