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Aprendiendo
Hola. Tratando de aportar al tema, creo que sería interesante revisar la forma como se daban los nombres en la antigüedad. Para ello tenemos algunos ejemplos: Moisés (salvado de las aguas), Isaac (risa), Esaú (velludo). Esto nos muestra que los nombres respondían a las circunstancias en las cuales eran dados. En ese sentido, en las 3 escrituras citadas, Dios acompaña su denominación con un acto o cualidad en particular, a saber, en la cita de Gén 15:7 Dios se muestra como "el que sacó a Abram de Ur de los caldeos"; en Gén 26:24 se presenta como "el Dios de tus antepasados, quien tiene un compromiso que ha de cumplir", igual que lo hace en Gén 28:13. En todos los ejemplos estamos en presencia de un Dios que tiene un plan, un compromiso que cumplir, y que acompaña a estos patriarcas al tiempo que va concretando su designio.
Sin embargo, en Éxodo, vemos otra faceta de Dios, una que no habíamos visto antes. De un Dios comprometido, pacífico y compañero, pasamos a un Dios guerrero y más activo, un Dios que "visita la maldad" de las naciones a quienes Israel despoja de sus territorios. Éste es el Dios de una nación, ya no sólo de un grupo reducido de personas, y por eso es diferente, o se vé diferente. El Dios que ellos conocían, entonces, era "el Dios de Abraham, de Isaac, de Jacob", un Dios de individuos; este, en cambio, sería "el Dios de Israel" un Dios de toda una nación.
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