Los primeros habitantes de la tierra no tuvieron otra elección sino casarse con sus hermanos y hermanas a fin de cumplir la orden divina: "Fructificad y multiplicaos". Que esa costumbre continuó practicándose durante mucho tiempo se ve por el casamiento de Abrahán con su media hermana Sara. Posteriormente se prohibieron tales casamientos (ver Lev.18: 6-17).
Marcadores