¿ Entonces, existe Otro Mundo?.
¿ Entonces, existe Otro Mundo?.
Cristo dejó en claro que el reino que estableció en ocasión de su primera venida no era el reino de gloria. Ese reino sólo existirá "cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, y todos los santos ángeles con él". Sin embargo, Jesús admitió ante Pilato que en verdad era "rey" (Juan 18:33-37); en verdad, ése era el propósito de su venida al mundo (Juan 18: 37). Pero explicó que este "reino" no era "de este mundo" (Juan 18:36). El reino que había venido a establecer no vendría "con advertencia", sino que sería una realidad en el corazón de quienes creyeran en él y llegaran a ser hijos de Dios (Luc. 17: 20-21; cf. Juan l: 12).
El "reino de los cielos" se estableció en la primera venida de Cristo. Jesús mismo era el Rey, y los que creían en él eran sus súbditos. El territorio de ese reino era el corazón y la vida de los súbditos. Evidentemente el mensaje de Jesús se refería al reino de la gracia divina. Pero, como Jesús mismo lo indicó claramente, el reino de la gracia antecedía al reino de la gloria.
Cuando Juan el Bautista y Jesús llamaron a los judíos al arrepentimiento en vista de que "el reino de los cielos" se había acercado (Mt. 3:2; 4:17), estaban presentándoles la oportunidad de ser ciudadanos del reino que el Mesías había venido a establecer. La condición para la ciudadanía era el arrepentimiento genuino y una conversión completa (Jn. 3:3, 5).Los principios que debían dirigir a los miembros de este reino fueron presentados en el Sermón del Monte y en otros discursos de Jesús. El rechazo del Mesías de parte de los judíos originó las declaraciones llenas de tristeza registradas en Mt. 23:37 y Lc. 19:42, y la eliminación del estatus espiritual que los judíos tenían. La nueva nación a la que se le daba el "reino de Dios" (Mt. 21:43) era la iglesia cristiana es es el reino de la gracia pues todos por gracia podemos ser subditos del reino. Este reino, en su fase espiritual presente, ha de culminar con el futuro reino de gloria que se establecerá en la 2ª venida de Cristo, cuando aparezca "en su gloria, y todos los santos ángeles con él" (Mt. 25:31) para llevar a sus súbditos con él al cielo (1 Ts. 4:16, 17; Jn. 14:1-3; etc.) por 1.000 años. Al fin del milenio este reino se establecerá sobre la tierra. Su capital será la nueva Jerusalén, donde Cristo "reinará por los siglos de los siglos" (Ap. 20; 21; cf 11:15).
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