El rabino Yehuda Ribco escribió esto en serjudio.com :
"Al morir la persona, se cancela la energía anímica que lo sostiene en vida y por tanto
se interrumpe la existencia de su cuerpo físico y sus relaciones materiales.
Pero, para el espíritu no hay un final al momento de la muerte física,
sino un continuar, en otro plano de existencia.
Puede usar la imagen del bebe en el seno materno,
que no renace al salir de él,
sino que ha pasado a un plano diferente de su existencia.
No renacemos, continuamos existiendo en un plano espiritual que no es el de la tierra.
Sin embargo, el corte con los lazos terrenales no se produce definitivamente de forma inmediata,
sino que el espíritu de a poco se va dando cuenta de su nuevo estado de existencia,
hasta que finalmente (en general alrededor de una semana terrestre tras el deceso) termina por elevarse hacia el plano espiritual.
Aunque, lo que determina la tardanza en esta elevación, es el apego que la persona haya tenido a lo largo de su vida por las cosas materiales. Cuanto más materialista haya sido, cuanto mayor adhesión tuviera por las cosas físicas, más le costará dar el paso al Más Allá.
Eventualmente, todos los occisos lo dan..."
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