Antes de Jesucristo, el pueblo viva en tinieblas, pues las penas de muerte y los castigos terribles eran un infierno para los pobres y humildes. Los dictadores del pueblo ataban cargas tan pesadas sobre los hombros de los pobres, que nadie poda soportarlas. Los profetas descubrieron que los poderosos y escribas haban cambiado la Ley y as dejaron escrito:
"...mi pueblo no conoce el juicio de Yav. Cmo decs: Nosotros somos sabios, y la ley de Yav est con nosotros? Ciertamente la ha cambiado en mentira la pluma mentirosa de los escribas" (Jeremas 8:7-9).
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