Para nada. Pero creo que Dios no debe ser culpable por tus pecados, ni mis padres por los míos. Si niegas uno, tienes que negar lo otro y eso no puedes.
Que yo no haya pedido nacer no significa que por ello sea inocente por mis pecados. Que yo no haya decidido existir no me hace inocente por mis pecados.
Marcadores