"Mortecino ni despedazado por fiera no comerá, contaminándose en ello", ordenó tu Dios YHVH.
Se contamina por la podredumbre de dicha carne despedazada por una fiera. Si esa carne estuviera en buen estado, Dios no habría prohibido que los judíos se la comieran. Pero El prefirió que se la dieran o se la vendieran a los NO judíos para que esos extranjeros se la comieran.
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