Un objeto con aspiraciones de belleza debe ser capaz de operar sobre los sentidos del observador con independencia de los conceptos o ideas que estén vinculadas a ese objeto.
Asimismo debe estar relacionada con el placer que motiva o inspira en quienes la observan.
Dicho de otro modo: la propia representación del objeto debe ser el origen de esa belleza por su forma,figura, textura, sonoridad, etc. independientemente de su sentido o de la interpretación o utilidad que pueda hacerse de él.
Porque toda interpretación y todo sentido supone la intervención del Cerebro en su característico proceso de codificación y eso no será un índice confiable de belleza, en todo caso, será una opinión.
A la belleza se accede de manera más directa y sin intervención del cerebro, lo hace la Mente, y su herramienta favorita:la intuición.
Slds.
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