Odio tu cabello,
odio su olor, su color y su brillo,
odio cuando lo coges y odio cuando lo sueltas,
odio como me acoge y mis penas están absueltas.
También odio tus ojos,
odio su color y su forma,
odio las miradas que generan,
cuando ríen, lloran y también cuando esperan.
Odio tu boca,
odio su forma y su color,
odio los labios que la conforman y la sonrisa que adornan.
Odio tu piel,
odio lo terso de tu piel y como abraza tu cuerpo en un verso,
odio que llevan el tono perfecto y el compás correcto.
Odio la dedicación de tu alma y la pureza de tu pasión,
odio el cenit de la entrega total de tu amor,
odio tu miedo a perder el pasado y tu angustia por tener su futuro.
Odio tu presencia en mi pecho,
odio que estas en todo lo que hago,
odio que seas el tiempo que paso y odio que sin ti no haya espacio.
Y sin embargo, amo tus celos,
amo cuando te indignas,
amo que nunca me escuches cuando te aconsejo y que suceda lo que te advierto,
amo tu nariz, amo tus muslos y tus manos que son hermosas de verdad,
amo las pequeñas arrugas que intentas ocultar,
amo las constantes tristezas y depresiones que te invaden.
Pero más amo que me permitas hacerte entender,
que aunque no siempre sea en persona, siempre contigo estaré.
¿A quién engaño? Estoy enamorado.
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