Aún me acuerdo... se me ponen los pelos de punta.
En la oscuridad de la noche, encima de mi cama, se acercó, yo miré para abajo,
y me hundí para abajo, acercándose por encima, me estremecía el terror,
no podía gritar por falta de aliento...

Ahora, más fuerte es el que vive en mí, que el que está en el mundo.