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Porque25
Hola ROOST. Ya te he explicado varias veces que en estos mandamientos del viejo testamento hay algunos que coinciden con el Evangelio y otros no.
Te recuerdo las diferencias que hay entre los mandamientos del Evangelio y los mandamientos del llamado "decálogo" del viejo testamento. Los Diez mandamientos del viejo testamento dicen así:
Éxodo 20
20 Y habló Dios todas estas palabras, diciendo:
2 Yo soy Jehová tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto, de casa de servidumbre.
3 No tendrás dioses ajenos delante de mí.......
Vamos por partes. Hasta aquí es comprensible lo que dicen los mandamientos escritos en el viejo testamento. Veamos los siguientes:
4 No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra.
5 No te inclinarás a ellas, ni las honrarás; porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen,
De estas cosas no nos hablan los mandamientos que nos enseña Jesucristo en el Evangelio, pues el Evangelio enseña que no se debe adorar a otros "dioses", pero esto de no hacer imágenes es muy discutible, porque toda escritura nos da una imagen de Dios o de los ejemplos y mandamientos de Dios.
Por otra parte, el Evangelio nos dice que cada uno pagará según sus obras, entonces eso de que pagarán hasta la tercera y cuarta generación contradice lo que dice el Evangelio. Ahora veamos lo que siguen diciendo los mandamientos del viejo testamento:
6 y hago misericordia a millares, a los que me aman y guardan mis mandamientos.
7 No tomarás el nombre de Jehová tu Dios en vano; porque no dará por inocente Jehová al que tomare su nombre en vano.
Esto es comprensible y no contradice al Evangelio. Pasamos adelante con los siguientes mandamientos:
8 Acuérdate del día de reposo para santificarlo.
9 Seis días trabajarás, y harás toda tu obra;
10 mas el séptimo día es reposo para Jehová tu Dios; no hagas en él obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni tu bestia, ni tu extranjero que está dentro de tus puertas.
11 Porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar, y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día; por tanto, Jehová bendijo el día de reposo y lo santificó.
Este mandamiento del viejo testamento habla de no hacer ningún trabajo en día de reposo. Y en relación con este mandamiento, el viejo testamento también nos dice:
"Estando los hijos de Israel en el desierto, hallaron a un hombre que recogía leña en día de reposo......... Entonces lo sacó la congregación fuera del campamento, y lo apedrearon, y murió". (Números 15:32-36).
No es eso lo que nos mandó Jesucristo cuando nos predicó el Evangelio, pues los discípulos de Jesús recogían espigas en día de reposo:
"En aquel tiempo iba Jesús por los sembrados en un día de reposo; y sus discípulos tuvieron hambre, y comenzaron a arrancar espigas y a comer. Viéndolo los fariseos, le dijeron: He aquí tus discípulos hacen lo que no es lícito hacer en el día de reposo. Pero él les dijo: ........ si supieseis qué significa: Misericordia quiero, y no sacrificio, no condenaríais a los inocentes; porque el Hijo del Hombre es Señor del día de reposo". (Mateo 12:1-8 )
Y también, en relación con los mandamientos sobre el día de reposo que tenían los judíos, el Evangelio nos dice que Jesús quebrantaba el día de reposo. Así nos dice el Evangelio:
"......Mi Padre hasta ahora trabaja, y yo trabajo. Por esto los judíos aun más procuraban matarle, porque no sólo quebrantaba el día de reposo, sino que también decía que Dios era su propio Padre, haciéndose igual a Dios". (Juan 5,8-20).
Como ves, algunos mandamientos del viejo testamento no coinciden con las enseñanzas de Jesucristo. Y Jesucristo es Dios, que vino a enseñarnos los verdaderos mandamientos de Dios. Ahora veamos los siguientes mandamientos:
12 Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se alarguen en la tierra que Jehová tu Dios te da.
13 No matarás.
14 No cometerás adulterio.
15 No hurtarás.
16 No hablarás contra tu prójimo falso testimonio.
Estos mandamientos vienen en los mandamientos que Jesucristo nos enseña en el Evangelio, por tanto, aquí no hay contradicción. Veamos el último mandamiento:
17 No codiciarás la casa de tu prójimo, no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su esclavo, ni su esclava, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna de tu prójimo.
Este mandamiento del viejo testamento permiten que los hombres tengan esclavos y esclavas, y eso está encontra de toda la enseñanza de Jesucristo.
El décimo mandamiento escrito en Éxodo, también lo recuerda deuteronomio, que así dice:
"No codiciarás la mujer de tu prójimo, ni desearás la casa de tu prójimo, ni su tierra, ni su esclavo, ni su esclava, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna de tu prójimo". (Deuteronomio 5:1-22)
¿Esclavos y esclavas?... Los mandamientos como los enseña Jesucristo no hablan nada de tener esclavos. La esclavitud es contraria a las enseñanzas del Evangelio: "Amarás a tu prójimo como a ti mismo". Si tú amas a tu prójimo como a ti mismo, no lo puedes tener de esclavo. Así nos dice Jesucristo:
"Pero Jesús, llamándolos a sí, les dijo: Vosotros sabéis que los príncipes de las naciones las subyugan y que los grandes imperan sobre ellas. No ha de ser así entre vosotros; al contrario, el que entre vosotros quiera llegar a ser grande, sea vuestro servidor, y el que entre vosotros quiera ser el primero, sea vuestro esclavo, así como el Hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y dar su vida en redención de muchos". (Mateo 20:25-28 )
Y por otra parte, el décimo mandamiento manda que los hombres, aunque sean muy pobres y no tengan nada, no deseen nada de lo que tienen los que tienen muchas posesiones, pues así dice:
17 No codiciarás la casa de tu prójimo, no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su esclavo, ni su esclava, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna de tu prójimo.
Según este mandamiento del viejo testamento, yo no debo desear nada de mi prójimo aunque yo no tenga nada, y mi prójimo sí puede desear todo lo que tienen sus prójimos, y hasta su vida, teniéndolos como esclavos...
Esto es una gran contradicción que nos hace reflexionar muy profundamente sobre los diez mandamientos como están escritos en el viejo testamento.
Si yo no debo desear nada que pertenece a mi prójimo (como dice el décimo mandamiento de la ley judía), entonces mi prójimo tampoco debe desear tener a su prójimo de esclavo, PORQUE LE QUIERE QUITAR LA LIBERTAD..., y la libertad es un gran tesoro que pertenece a cada hombre, entonces le quitamos un gran tesoro que a él le pertenece (la libertad).
Jesucristo en el Evangelio no nos entrega el décimo mandamiento del viejo testamento. Por el contrario, Jesucristo nos entrega un mandamiento que no viene en los mandamientos del viejo testamento, y que contradice totalmente el décimo mandamiento, pues cuando Jesucristo le entrega los mandamientos a un joven que tenía muchas posesiones, así le dice:
"Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes, y dalo a los pobres"...
No es lo mismo que se les diga a los que viven en la miseria que no deseen nada de los que tienen muchas riquezas..., que decirles a los que tienen muchas riquezas que repartan todo lo que tienen entre los pobres: "Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes, y dalo a los pobres"...
Estas diferencias que hay entre los mandamientos del viejo testamento y los mandamientos como los enseña Jesucristo, son muy notables y opuestas. Y los cristianos debemos seguir los mandamientos como Jesucristo los enseña, porque Jesucristo es Dios, que se hizo Hombre, y vino a enseñarnos los verdaderos mandamientos de Dios.
Los mandamientos del viejo testamento habían sido cambiados por los escribas, como nos dicen los profetas (Jeremías 8:7-9, Isaías 10:1-2, Sofonías 3:1-4, Malaquías 2:5-10, Isaías 29:13, Mateo 15:7-9 ). Y por este motivo, el pueblo estaba en tinieblas, y cuando vino Jesucristo a enseñarles la verdadera Ley de Dios, el pueblo que estaba en tinieblas vio una gran luz:
"El pueblo asentado en tinieblas vio gran luz;
Y a los asentados en región de sombra de muerte,
Luz les resplandeció". (Mateo 4:15-16)
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