NO ESTAMOS BAJO LA LEY DEL VIEJO TESTAMENTO, PERO SÍ DEBEMOS GUARDAR LOS MANDAMIENTOS DE JESUCRISTO
En las escrituras hay dos leyes muy diferentes: Una es la ley del viejo testamento, con más de 600 preceptos. Y la otra Ley es la Ley de Jesucristo y sus misericordiosos mandamientos que nos enseña el Evangelio, y que nos vuelve a enseñar la verdadera Ley de Dios.
Jesucristo así nos dice: "si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos" (Mateo 19:16-22)
Por otro lado, cuando las cartas de Pablo nos dicen que la ley no es de fe, o que no estamos bajo la ley, se refieren a la ley del viejo testamento, que no es igual a la fe, y tener fe en Jesucristo es guardar sus mandamientos.
Jesucristo nos dio sus mandamientos y dijo: "si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos". Entonces, esos puntos difíciles de las cartas que están faltos de estos detalles sólo se pueden entender si los examinamos a la luz del Evangelio.
Pues el que conoce el Evangelio de Jesucristo y lo ama, él sabe que debe guardar los mandamientos de Jesucristo escritos en el Evangelio.
Y cuando ve las escrituras de las cartas que dicen que no estamos bajo la ley sino bajo la fe en Cristo o bajo la Gracia, él sabe que estamos bajo los misericordiosos mandamientos de Jesucristo, que nos libró de las leyes de muerte y de esclavitud del viejo testamento.
La Gracia es la misericordia de Dios derramada en los misericordiosos mandamientos de Jesucristo. Y los mandamientos que Jesucristo nos enseña en el Evangelio así nos dicen:
"todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos; porque ésta es la ley y los profetas". (Mateo 7:12)
Jesús también enseña la verdadera Ley de Dios en preceptos:
"Mas si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos. Le dijo: ¿Cuáles? Y Jesús dijo: No matarás. No adulterarás. No hurtarás. No dirás falso testimonio. Honra a tu padre y a tu madre; y, Amarás a tu prójimo como a ti mismo. El joven le dijo: Todo esto lo he guardado desde mi juventud. ¿Qué más me falta? Jesús le dijo: Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven y sígueme. Oyendo el joven esta palabra, se fue triste, porque tenía muchas posesiones" (Mateo 19:16-22)
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