Siempre caminando con música sobreprotectora, acompañada por los decires de violines atormentados. Siempre bajo el sol, con un paladar ansioso del agrio sabor de la cerveza. Siempre triste y alegre, sabiendo ser feliz sin la una honesta seguridad de serlo. Siempre ciego, con dedos nerviosos, machacados y manchados por el exagerado cigarrillo. Siempre con un par de quimeras, mentirosas como todas las quimeras. Humeante: gris, verde y naranja.
A veces unas cuantas lagrimas en caída libre, sin identidad. A veces enamorado, y otras matando por amor. A veces abrazando una intuición y otras tirandola al piso, pateandola, mojandola con las mil sales, con sulfuro. Humeante: gris, azul y rojo.
Nunca con la certeza de ser quien fui, y siempre sabiendo que ya no soy, éste conjunto de huesos, pedacitos de alma y algunas reminiscencias de alguna existencia.
Perceval.
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