A todo esto en la capital de Chile se están"" tejiendo""", otros sucesos.
Mientras que en la capital del país...
Domitila Borgoño viuda de Barros se ha cansado de llorar a su hijo.
Si por ella fuera iría de inmediato a hablar con el Presidente del país ahora mismo.
Sus contactos en el ambiente político siempre han sido de los mejores y ahora no dejará puerta por tocar. Porque su hijo no se ha suicidado, lo sabe demás. El jamás haría una cosa así.
Manuel tenía todo por vivir, buena situación económica, los mejores amigos, un puesto en la sociedad santiaguina, que además lo calificaba como uno de los más revoltoso y divertidos a la hora de las fiestas que se hacían en casas de conspicuos políticos y ricachones que tenían casonas en las afueras de la Capital, solamente para hacer estas festicholas con las mujeres que se sabían divertir a lo grande. Estas eran traídas en autos por los hombres de confianza de un amigo de Manuel.
Ella sabía todo esto, lo había supuesto hace años, cuando él siempre esquivó compromisos m´ñas serios con las jovencitas de la sociedad de la capital. Además ella se dio cuenta que él siempre estaba de buen humor y aunque hubiera trasnochado la noche anterior tomando demás y quizás hasta esnifando más de algo...
Era igual a su padre. Aunque algo en su interior le decía que no era así. Su hijo además siempre andaba con jovencitos amigos ....Así le decía él...
¡¡Amigos mamy!!
Cuando ella, quiso conversarle del tema a su hijo, este le contestó a sus preguntas con otra...
¿ Mamá no piensa Ud. que estoy demasiado grande, para andar dándole excusas o contandole las cosas de mi vida a Ud ?
Esa frase fue, lo que la impulsó a quedarse callada.
No quería perder a su único hijo, porque ella quería saber más de sus actividades.
El ya la había amenazado con mudarse a la casa de la playa, que tenía la familia desde años. Desde cuando veraneaban en Papudo, con su marido y los sirvientes.
El caserón había quedado vacío por años y solamente en él habitaba la Filomena, para hacer aseo y cuidar que nadie se metiera a robar...
¿ Pero a ella este último tiempo le parecía que su hijo visitaba el lugar y que allá se efectuaban extrañas reuniones, en Papudo...
¿ O serían ideas que le metían los sirvientes en su cabeza?
En un acto de querer conservar la calma, quizás si pudiera hacerlo sabiendo algo más de lo sucedido a su hijo...
Entonces...
Llama a la Clementina, su fiel ama de llaves.
¡¡Cleme, pásame la libretita azul de tapas de cuero, que esta en mi escritorio!!
Le dice perentoria, a su ama de llaves y mujer de confianza, que administra a todos los sirvientes de la enorme casa en el Barrio Alto de Santiago.
¡¡Ya verán estos sinverguenzas!!
Siempre le pareció que su hijo tenía no sólo amistades medio ""raritas"" y que además, aunque ella lo obligaba a ir, a casi todos los bailes de sociedad, en que las chicas casaderas, se mostraban a sus futuros pretendientes. El nunca se dio por aludido con ninguna de ellas.
Según decía, le parecían chicas sosas y que no tenía apuro por ""amarrarse"" a una familia....
Los años pasaron y ella se hacía cada vez más vieja y aunque le costaba aceptar esa realidad, lo tuvo que hacer.
Su hijo ahora estaba en la Morgue del balneario y quizás que de cosas se sabrían de su suicidio.
Porque Doña Domitila Borgoño viuda de Barros, jamás podría imaginarse, las cosas que se sabrían en un tiempo más.
Abrió la libretita azul y de ahí sacó un número de teléfono.
El del Comisario Inspector de Investigaciones.
A este hombre ella le hablaría primero...si este no satisfacía su curiosidad y sus apremiantes dudas, de allí iría al más alto nivel político.
Marca el número..
Del otro lado de la línea una voz de mujer le dice:
¡¡Oficina del Sr Mánriquez!!
Ella le contesta :
Comuniqueme urgente con su Jefe..
¿ De parte de quién ?
De la Señora madre de Manuel Barros Borgoño. Le dice con voz perentoria a la empleada.
Del otro lado de la línea se escucha una especie de suspiro extraño.
Ahora el Señor Comisario Inspector, no se encuentra en la oficina.
¿ A que hora estará?
No sabría decirle.
Entonces, ella se da cuenta, que será difícil hablar con los que se encargan de la investigación, de la muerte de su hijo.
Marcadores