Mañana, 31 de Marzo, el escritor y premio Cervantes (1981) y Nobel de Literatura (1990), Octavio Paz, cumpliría 100 años. Es muy difícil definirlo porque encaja en muchas definiciones: poeta y poeta filosófico. Novelista, historiador, ensayista de muchísimos temas. Nada le era ajeno; desde el mito mesoaméricano ( sus orígenes) hasta el haikú japonés. Trató lo culto y lo popular y viajó incansablemente, viviendo en distintos países ( aparte del suyo) como EEUU e India, de donde fue embajador y donde se casó con su segunda esposa, junto al mar, en una sencilla ceremonia absolutamente sublime. A esta época debemos “VISLUMBRS DE LA INDIA”.
Fue un hombre enciclopédico, renacentista, diría yo, que amaba el saber por encima de todo. Por ello nunca superó el incendio de su biblioteca en el ocaso de su vida. No voy yo a citar aquí su obra completa, que eso lo hallamos en cualquier manual. Me detengo en lo que más me llama la atención de este hombre, al que confieso, he leído con voracidad. Y lo he hecho por dos motivos:
Uno es su dominio del Lenguaje, el mimo con que trató las palabras, y la capacidad estética que consiguió con ellas. Pero, además está la originalidad de los títulos, convirtiendo en cultos expresiones tales como dichos populares o, simplemente, pertenecientes a definiciones: Destaco “CORRIENTE ALTERNA”, “LIBERTAD BAJO PALABRA” y, sobre todo, “LAS PERAS DEL OLMO”. Como lo tengo aquí, junto a mí, en un texto editado por de Seix Barral, dejaré que sea el propio Octavio Paz quien nos hable. Lo siguiente pertenece al PRÓLOGO – ADVERTENCIA de la primera edición ( 1957) :
“El artista trasmuta su fatalidad (personal, histórica) en un acto libre. Esta operación se llama creación, y su fruto, cuadro, poema, tragedia, . Toda creación transforma las circunstancias personales o sociales en obras insólitas. El hombre es el olmo que siempre da peras increíbles”.
Maravillosa metáfora que, además, incluye lo que Vargas Llosa llamó DEICIDIO en su ensayo sobre la obra de García Márquez. Para éste, “DEICIDIO” significa que el artista es una especie de dios- creador, capaz de sustituir al único Creador, al menos en un aspecto: Cuando crea su obra, que es única. Borges, como Paz incluiría la Poesía como rama de la Filosofía y nuestro autor, demás, nos dice el poder inmenso del creador, del que situó en el Orbe algo absolutamente único, creado literalmente, pues consigue lo imposible, que es lo que significa el refrán NO LE PIDAS PERAS AL OLMO.
El otro aspecto que destaco (resumiendo mucho) es su capacidad como ensayista y su profundidad filosófica. A Octavio Paz debemos también el tratamiento multidimensional de sus obras: En “SOR JUNA INÉS DE LA CRUZ O LAS TRAMPAS DE LA FE”, que ya recordé cuando cité la poesía de ella “HOMBRES NECIOS QUE ACUSÁIS…” , realiza no sólo un análisis extraordinario, que sitúa a la poetisa mexicana en el lugar que le corresponde en el Barroco, sino todas las características del siglo XVII, español e iberoamericano, destacando el papel de los criollos en los actos que fueron dando lugar a la consecución de la independencia de las colonias. Los grandes próceres, en su mayoría, fueron descendientes de españoles afincados en América.
Octavio Paz, además, consigue que tanto el pasado como el futuro lo vivamos como presente. Sabe que lo que queremos de verdad lo queremos ahora, que es cuando construimos nuestra casa de felicidad: El mañana es tan incierto…. Y así, nos trajo a casa con su maravilloso ( y no me cansaré de repetir la palabra) ensayo “LA LLAMA DOBLE” el poema “AMOR CONSTANTE DESPUÉS DE LA MUERTE” de Quevedo. Soneto complejo, difícil y, según Dámaso Alonso, el más bello jamás escrito en Español. Según Octavio Paz es el poema que aún espera un ensayo profundo. Y eso que él lo analiza por activa y por pasiva, dentro de esa llama doble – EL AMOR – que abrasa, pero que no quema lo abrasado.
Octavio Paz nos hace presente en este libro, milagrosamente, a Quevedo. Le dedicaré mi homenaje citando el soneto que tanto le fascinaba y que yo encuentro nuevo cada día y no sólo porque habla de AMOR, sino de ESPERANZA. El Amor, ese que abrasa y no quema ni devasta, pierde respeto a la muerte y la trasciende; ¿no es maravilloso?.
Y termino con otros versos, suyos propios, también de amor. Con mi agradecimiento, admiración y felicitación al pueblo mexicano que tuvo la suerte de verlo nacer.. Es una delicia que de vez en cuando existan seres capaces de hacer brotar violetas, incluso en los pedregales.
“AMOR CONSTANTE MÁS ALLÁ DE LA MUERTE”
Cerrar podrá mis ojos la postrera
sombra que me llevare el blanco día,
y podrá desatar esta alma mía
hora a su afán ansioso lisonjera;
Mas no, de esotra parte, en la ribera,
dejará la memoria, en donde ardía:
nadar sabe mi llama la agua fría,
y perder el respeto a ley severa.
Alma a quien todo un dios prisión ha sido,
venas que humor a tanto fuego han dado,
medulas que han gloriosamente ardido:
Su cuerpo dejará no su cuidado;
serán ceniza, mas tendrá sentido;
polvo serán, mas polvo enamorado.
(Obsérvese la evolución de la Lengua: “medulas” sin acento/ “esotra”…etc)
FRANCISCO DE QUEVEDO (1580-1645)
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DE “MÁS ALLÁ DEL AMOR”
Tiéndete aquí a la orilla de tanta espuma,
de tanta vida que se ignora y se entrega:
tú también perteneces a la noche.
Extiéndete, blancura que respira,
late, oh estrella repartida,
copa,
pan que inclinas la balanza del lado de la aurora,
pausa de sangre entre este tiempo y otro sin medida.
Octavio Paz (31, Marzo, 1914 – 19, Abril, 1990)
Saludos Ebúrnea
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