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Tema: Desde la cración de los primero humanos hasta ahora

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    Thumbs up Desde la cración de los primero humanos hasta ahora

    Desde la creación de Adán hasta el Diluvio. Los 1.656 años de este período se basan en el registro de Génesis 5:1-29 y 7:6. Pueden desglosarse como se ve en el siguiente recuadro.

    Desde la creación de Adán

    hasta el nacimiento de Set 130 años
    Luego, hasta el nacimiento de Enós 105 años

    Hasta el nacimiento de Quenán 90 años

    Hasta el nacimiento de Mahalalel 70 años

    Hasta el nacimiento de Jared 65 años

    Hasta el nacimiento de Enoc 162 años

    Hasta el nacimiento de Matusalén 65 años

    Hasta el nacimiento de Lamec 187 años

    Hasta el nacimiento de Noé 182 años

    Hasta el Diluvio 600 años

    Total 1.656 años

    Las cantidades que se han indicado para el período antediluviano se encuentran en el texto masorético, texto en el que se basan las traducciones modernas de las Escrituras Hebreas. Estas cantidades difieren de las que se hallan en la Septuaginta griega, pero el texto masorético ha demostrado ser más confiable.

    La obra Commentary on the Holy Scriptures (de Lange, 1976, “Genesis”, pág. 272, nota) dice: “No hay duda de que las pruebas internas favorecen al texto hebreo por su consecuencia proporcional. Se ve que las cifras de la LXX siguen un plan al que han sido conformadas. Esto no se aprecia en el texto hebreo, lo que hace que se le pueda considerar un auténtico registro genealógico [...]. Sobre la base fisiológica, también ha de preferirse el hebreo; como la duración de la vida no requiere de ningún modo una madurez tan tardía como esas cifras [de la Septuaginta] parecerían indicar [...], los cien años que la Septuaginta añade en cada caso demuestran un intento deliberado de conformarlas a unas proporciones más normales, basadas en alguna supuesta noción fisiológica [...]. A todo esto debe añadirse que el hebreo tiene mejores credenciales para ser considerado el texto original debido al escrupuloso y, a veces, supersticioso, cuidado con el que se ha conservado textualmente”.

    Aunque los historiadores modernos suelen extender la existencia humana sobre la tierra mucho más allá de 4026 a. E.C., los hechos no concuerdan en absoluto con tal postura. Los miles de años de “prehistoria” cuya existencia defienden se basan en la especulación, como puede verse por la siguiente declaración que hizo el eminente científico Dr. P. E. Klopsteg, quien dijo: “Acompáñeme, si lo desea, a una excursión especulativa por la prehistoria. Supóngase la era en la que la especie ‘sapiens’ surgió del género ‘homo’ [...], salte varios milenios desde el tiempo en que la información de que disponemos depende en su mayor parte de la conjetura y la interpretación hasta la era de las primeras inscripciones, de las que se pueden extraer algunos datos” (cursivas nuestras). (Science, 30 de diciembre de 1960, pág. 1914.)
    El período postdiluviano comienza en el año 2369 a. E.C. Aunque algunos piensan que ciertos escritos pictográficos pertenecen al período que va de 3300 a 2800 a. E.C. (New Discoveries in Babylonia About Genesis, P. J. Wiseman, 1949, pág. 36), en realidad estos documentos no están fechados; la edad que se les atribuye se basa tan solo en conjeturas arqueológicas.

    Aunque en ocasiones se ha recurrido a la técnica de fechar con radiocarbono (C14), este método tiene claras limitaciones. La revista Science del 11 de diciembre de 1959 dijo al respecto: “El caso que parece que llegará a convertirse en un ejemplo clásico de ‘irresponsabilidad del C14’ es el de la aldea prehistórica de Jarmo, en el nordeste de Irak. Se han atribuido once diferentes fechas a esta aldea con una diferencia máxima entre ellas de seis mil años, mientras que, sobre la base de todos los indicios arqueológicos, no fue ocupada por más de quinientos años consecutivos”. En realidad, no existe prueba sólida que favorezca una fecha anterior a 2369 a. E.C. para el comienzo de la sociedad humana postdiluviana.

    Desde
    2370 a. E.C. hasta el pacto abrahámico. El esquema cronológico para este período puede resumirse así:

    Desde el comienzo del Diluvio

    hasta el nacimiento de Arpaksad 2 años

    Luego, hasta el nacimiento de Selah 35 años

    Hasta el nacimiento de Éber 30 años

    Hasta el nacimiento de Péleg 34 años

    Hasta el nacimiento de Reú 30 años

    Hasta el nacimiento de Serug 32 años

    Hasta el nacimiento de Nacor 30 años

    Hasta el nacimiento de Taré 29 años

    Hasta la muerte de Taré, cuando Abrahán
    tenía setenta y cinco años de edad 205 años

    Total 427 años

    Estos datos se hallan en Génesis 11:10 a 12:4. La expresión “después del diluvio” (Gé 11:10), que se emplea con relación al nacimiento de Arpaksad, lógicamente se refiere a la caída de las aguas, suceso que marcó el comienzo del Diluvio (2370 a. E.C.), y no simplemente al período posterior durante el que las aguas permanecieron sobre la superficie de la tierra por algún tiempo. La palabra hebrea para “diluvio” también transmite esta idea. (Compárese con Gé 6:17; 7:4-6, 10-12, 17; 9:11.)

    En el registro bíblico no se da la fecha en la que se intentó construir la Torre de Babel. Génesis 10:25 señala que la división que resultó de la confusión de lenguas ocurrió durante ‘los días de Péleg’. De esto no se infiere necesariamente que este acontecimiento ocurriera al tiempo del nacimiento de Péleg. La expresión “en sus días” indica en realidad que la división tuvo lugar, no al tiempo del nacimiento de Péleg o justo después, sino durante el transcurso de su vida, desde 2269 a 2030 a. E.C. Si cada varón postdiluviano hubiera empezado a tener hijos a los treinta años de edad a un promedio de uno cada tres años (lo que daría un hijo varón cada seis años) hasta la edad de noventa años, la población pudiera haber crecido hasta un total de 4.000 varones adultos en un período de ciento ochenta años desde el fin del Diluvio (es decir, en 2189 a. E.C.). Un cálculo moderado como el que acabamos de mencionar sería suficiente para explicar la construcción de la torre y la dispersión de la gente.

    Jehová debió dar validez a lo que ha llegado a conocerse como el pacto abrahámico cuando Abrahán cruzó el Éufrates camino de la tierra de Canaán. Como partió de Harán y entró en Canaán después de la muerte de Taré, la fecha de la validación de ese pacto se fija en 1943 a. E.C. (Gé 11:32; 12:1-5.)

    Desde
    1943 a. E.C. hasta el éxodo. En Éxodo 12:40, 41 se registra lo siguiente: “La morada de los hijos de Israel, que habían morado en Egipto, fue de cuatrocientos
    treinta años. Y aconteció al cabo de los cuatrocientos treinta años, sí, aconteció en este mismo día, que todos los ejércitos de Jehová salieron de la tierra de Egipto”. Mientras que la mayoría de las versiones traducen el versículo 40 de modo que diga que estuvieron cuatrocientos treinta años en Egipto, el hebreo original da lugar a la traducción aquí transcrita. Además, en Gálatas 3:16, 17 Pablo relaciona ese período de cuatrocientos treinta años con el tiempo que medió entre el momento de dar validez al pacto abrahámico y la instauración del pacto de la Ley. Se debió dar validez al pacto abrahámico cuando Abrahán, en atención a la promesa de Dios, cruzó el Éufrates camino de Canaán y entró en el “país” que Dios le mandó. (Gé 12:1; 15:18-21.) Justo cuatrocientos treinta años después de este acontecimiento, en 1513 a. E.C., sus descendientes fueron liberados de Egipto, y en ese mismo año fueron introducidos en el pacto de la Ley. Una prueba de que así se ha entendido desde tiempos antiguos es la traducción que se halla en la Versión de los Setenta griega, a saber: “Pero la morada de los hijos de Israel que ellos moraron en la tierra de Egipto y en la tierra de Canaán [fue de] cuatrocientos treinta años de duración”.

    El período comprendido desde la entrada de Abrahán en la tierra de Canaán hasta que Jacob se trasladó a Egipto fue de doscientos quince años. Este cálculo se deriva de los siguientes hechos: desde la salida de Abrahán de Harán hasta el nacimiento de Isaac transcurrieron veinticinco años (Gé 12:4; 21:5); sesenta años desde el nacimiento de Isaac al nacimiento de Jacob (Gé 25:26), y Jacob tenía ciento treinta años cuando entró en Egipto (Gé 47:9). Esto da un total de doscientos quince años (desde 1943 hasta 1728 a. E.C.), lo que significa que, desde la llegada de Jacob, los israelitas estuvieron en Egipto otros doscientos quince años (de 1728 a 1513 a. E.C.). En el artículo ÉXODO se demuestra que los israelitas pudieron multiplicarse lo suficiente en doscientos quince años como para que su población incluyera un total de 600.000 “hombres físicamente capacitados”. (Éx 12:37.)

    Jehová le dijo a Abrán (Abrahán): “Puedes saber con seguridad que tu descendencia llegará a ser residente forastera en tierra ajena, y tendrá que servirles, y estos ciertamente la afligirán por cuatrocientos años”. (Gé 15:13; véase, además, Hch 7:6, 7.) Esta declaración se hizo con anterioridad al nacimiento de la “descendencia” prometida, Isaac. Para el año 1932 a. E.C. a Abrán le nació su hijo Ismael —por medio de su esclava egipcia Agar—, y en 1918 a. E.C. nació Isaac. (Gé 16:16; 21:5.) Contando cuatrocientos años hacia atrás desde el éxodo —acontecimiento que señaló el fin de los años de ‘aflicción’ (Gé 15:14)—, llegaríamos a 1913 a. E.C., cuando Isaac tendría unos cinco años y fue destetado. En ese momento, siendo ‘residente forastero’ en una tierra que no era suya, experimentó el inicio de la aflicción predicha cuando Ismael, que entonces contaba diecinueve años de edad, comenzó a ‘burlarse’ de él. (Gé 21:8, 9.) Aunque hoy pudiera parecer intrascendente el que Ismael se burlara del heredero de Abrahán, en la época patriarcal no se veía así, como queda demostrado por la reacción de Sara y por el hecho de que Dios aprobó su súplica de que se despidiera a Agar y a su hijo Ismael. (Gé 21:10-13.) El que este incidente haya sido recogido en detalle en el registro divino también es un indicio de que debe marcar el comienzo del predicho período de cuatrocientos años de aflicción que terminaría con el éxodo. (Gál 4:29.)

    Desde
    1513 a. E.C. hasta la división del reino. Fue en “el año cuatrocientos ochenta después que los hijos de Israel hubieron salido de la tierra de Egipto”, durante el cuarto año del reinado de Salomón, cuando dio comienzo la construcción del templo de Jerusalén. (1Re 6:1.) El número “480” tiene valor ordinal: representa cuatrocientos setenta y nueve años completos y, en este caso concreto, un mes más. Si contamos cuatrocientos setenta y nueve años desde el éxodo (en Nisán de 1513 a. E.C.), nos lleva a 1034 a. E.C., cuando empezó la construcción del templo, en el segundo mes, es decir, Ziv (este mes corresponde a parte de abril y de mayo). Siendo que este hecho aconteció en el cuarto año (otro número ordinal) del gobierno de Salomón, su reinado comenzó tres años completos antes, es decir, en 1037 a. E.C. Sus cuarenta años de reinado transcurrieron desde 1037 a. E.C., probablemente en el mes de Nisán, hasta el mismo mes de 997 a. E.C., fecha en la que se produjo la división del reino. Por lo tanto, el esquema cronológico para este período sería como se muestra en la parte inferior derecha.

    Estos cálculos se fundamentan en textos como Deuteronomio 2:7; 29:5; Hechos 13:21; 2 Samuel 5:4; 1 Reyes 11:42, 43; 12:1-20. Algunos críticos dicen que los cuatro períodos de esta época que duran cuarenta años cada uno son muestra de una ‘búsqueda de simetría’ de los escritores de la Biblia más bien que de cronología exacta. Todo lo contrario, aunque antes de entrar en Canaán los israelitas vagaron casi cuarenta años justos en cumplimiento del juicio divino registrado en Números 14:33, 34 (compárese con Éx 12:2, 3, 6, 17; Dt 1:31; 8:2-4; Jos 4:19), los otros tres períodos pueden haber incluido fracciones. Por ejemplo, según 2 Samuel 5:5, el reinado de David duró en realidad 40 1/2 años. Si los años reinantes de estos reyes se contaban de Nisán a Nisán, como parece que era la costumbre, esto puede significar que el reinado de Saúl duró solo 39 1/2, pero que se le contaron los meses que faltaban hasta el próximo Nisán, por lo que no se incluyeron oficialmente en los cuarenta años reinantes de David. Esta, por lo menos, era la costumbre conocida de los gobernantes semíticos de Mesopotamia, quienes denominaban “período de ascenso” a los meses que transcurrían desde la muerte de un rey hasta el siguiente Nisán, de modo que el primer año oficial de gobierno no empezaba a contar sino hasta la llegada del mes de Nisán.

    No se especifica la duración del período abarcado desde la entrada en Canaán hasta el fin de la época de los jueces, de modo que ha de calcularse por deducción. Si a los cuatrocientos setenta y nueve años que median entre el éxodo y el cuarto año de Salomón se le restan los cuarenta años de vagar por el desierto, los cuarenta del reinado de Saúl, los cuarenta del reinado de David y los tres primeros de Salomón (ciento veintitrés años en total), quedan trescientos cincuenta y seis años para el período en cuestión.

    Las Escrituras no indican cómo debe dividirse esta época de trescientos cincuenta y seis años (desde la entrada de Israel en Canaán hasta el principio del reinado de Saúl, en 1117 a. E.C.). No obstante, es obvio que muchos de estos períodos se traslapan. ¿Por qué? Contados sucesivamente, los diversos períodos de opresión, de judicaturas y de paz de los que informa el libro de Jueces totalizarían cuatrocientos diez años. Para que estos períodos encajen en los trescientos cincuenta y seis años mencionados antes, algunos de ellos tienen que haber sido concurrentes en vez de sucesivos, como opina la mayoría de los comentaristas. Las circunstancias narradas en los relatos bíblicos también conducen a esta conclusión. La opresión afectó a diferentes zonas del país y a diferentes tribus. (MAPA, vol. 1, pág. 743.) Así, la expresión “la tierra no tuvo más disturbio”, usada después de relatar las victorias israelitas sobre sus opresores, tal vez no se refiriese en todo caso a la tierra ocupada por las doce tribus, sino solo a la zona particular afectada principalmente por la opresión. (Jue 3:11, 30; 5:31; 8:28; compárese con Jos 14:13-15.)
    Última edición por Davidmor; 12/04/2014 a las 17:09
    Hechos 18:6

  2. #2
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    Predeterminado Re: Desde la cración de los primero humanos hasta ahora

    Sucesos Fecha Período
    entre sucesos
    Desde el éxodo 1513 a. E.C.
    hasta
    la entrada de Israel en Canaán 1473 a. E.C. 40 años
    hasta
    el fin del período de los jueces 1117 a. E.C. 356 años
    y el comienzo del reinado de
    Saúl
    hasta
    el comienzo del reinado de David 1077 a. E.C. 40 años
    hasta
    el comienzo del reinado de Salomón 1037 a. E.C. 40 años
    hasta
    la división del reino 997 a. E.C. 40 años
    Total de años desde el éxodo
    hasta la división del reino
    (1513 a 997 a. E.C.) 516 años


    En el capítulo 13 de Hechos el apóstol Pablo repasa los tratos de Dios con Israel desde que ‘escoge a los antepasados’ —pasando por su estancia en Egipto, el éxodo, el vagar por el desierto, la conquista de Canaán y la distribución de la tierra— hasta llegar al versículo 20, donde dice: “Todo eso durante unos cuatrocientos cincuenta años. Y después de estas cosas les dio jueces hasta Samuel el profeta”. (Hch 13:20.) Algunas traducciones (Besson; ENP; PNT; TNV; Val, 1960) han ocasionado bastante confusión al traducir este versículo de forma semejante a la siguiente: “Después, como por cuatrocientos cincuenta años, les dio jueces hasta el profeta Samuel”. Sin embargo, los manuscritos más antiguos (incluido el Sinaítico, el Vaticano 1209 y el Alejandrino), así como la mayoría de las traducciones modernas de la Biblia (BAS, BJ, CI, NC, VP y otras), concuerdan con la primera traducción citada, la cual muestra que el período de los jueces llegó después de los cuatrocientos cincuenta años. Siendo que el período de “unos cuatrocientos cincuenta años” comenzó cuando Dios ‘escogió a los antepasados’ de Israel, debió haber comenzado en el año 1918 a. E.C. con el nacimiento de Isaac, la “descendencia” original que le fue prometida a Abrahán, y, por lo tanto, debió terminar hacia 1467 a. E.C., cuando llegó a su fin la primera conquista que se hizo de Canaán y se procedió a la distribución de la tierra. Puesto que el período de cuatrocientos cincuenta años es aproximado, una diferencia de uno o dos años no tendría importancia.

    Desde
    997 a. E.C. hasta la desolación de Jerusalén. Una guía útil para conocer la extensión del período de los reyes se encuentra en Ezequiel 4:1-7, donde el profeta hace por instrucción divina una representación mímica del asedio de Jerusalén. Ezequiel tuvo que echarse sobre su costado izquierdo por trescientos noventa días para “llevar el error de la casa de Israel”, y luego sobre el derecho por cuarenta días para “llevar el error de la casa de Judá”. Según se le mostró, por cada día se habría de contar un año. Representados así, los dos períodos (trescientos noventa años y cuarenta años) debieron corresponder a la duración de la paciencia de Jehová para con ambos reinos a pesar de su curso idolátrico. Según se expone en Soncino Books of the Bible (edición de A. Cohen, Londres, 1950, comentario sobre Ezequiel, págs. 20 y 21), los judíos entienden esta profecía de la siguiente manera: “La culpa del reino septentrional se extendió por un período de trescientos noventa años ([según] Seder Olam [la crónica postexílica más antigua en lengua hebrea], [y los rabinos] Rashi e Ibn Ezra). Abarbanel, según una cita de Malbim, calcula el período de culpa de Samaria a partir del cisma que se produjo bajo Rehoboam [...] hasta la caída de Jerusalén. [...] El [costado] derecho [sobre el que Ezequiel se echó] indica el sur, es decir, el reino de Judá, ubicado al sur o a la derecha [...]. Comenzando poco después de la caída de Samaria, la corrupción de Judá se extendió por cuarenta años.

    Según Malbim, el tiempo se computa a partir del año decimotercero del reinado de Josías [...], cuando Jeremías dio comienzo a su ministerio (Jer. I. 2)”.
    Desde la división del reino en 997 a. E.C. hasta la caída de Jerusalén en 607 a. E.C. transcurrieron trescientos noventa años. Si bien es cierto que en 740 a. E.C. —durante el sexto año del reinado de Ezequías (2Re 18:9, 10)— Samaria, la capital del reino septentrional, ya había caído a manos de Asiria, también es probable que parte de la población huyera al reino meridional antes del avance asirio. (Véase, además, la situación que existía en Judá después de la división del reino, según se explica en 2Cr 10:16, 17.) Pero aún más importante es el que Jehová continuara teniendo presente a los israelitas del reino septentrional exiliado y los incluyera en los mensajes de sus profetas mucho tiempo después de la caída de Samaria, pues muestra que los intereses de esos israelitas todavía estaban representados en la ciudad capital de Jerusalén y que la caída de esta, en 607 a. E.C., no solo fue una expresión del juicio de Jehová contra Judá, sino contra la entera nación de Israel. (Jer 3:11-22; 11:10-12, 17; Eze 9:9, 10.) Cuando la ciudad cayó, se desvanecieron las esperanzas de toda la nación, a excepción de los pocos que mantuvieron la fe verdadera. (Eze 37:11-14, 21, 22.)

    La tabla que sigue toma este período de trescientos noventa años como guía cronológica confiable. Los reinados de todos los reyes de Judá desde Rehoboam hasta Sedequías suman trescientos noventa y tres años en total. Aunque algunos cronólogos bíblicos intentan sincronizar los reinados mediante numerosas corregencias e “interregnos” en Judá, al parecer solo se requiere una corregencia. Es el caso de Jehoram, de quien se dice (al menos en el texto masorético y en algunos de los manuscritos más antiguos de la Biblia) que llegó a ser rey “mientras Jehosafat era rey de Judá”, lo que permite suponer una corregencia. (2Re 8:16.) De este modo el período completo queda dentro del límite de los trescientos noventa años.
    No se pretende que se considere esta tabla como una cronología absoluta, sino más bien como un posible esquema de los reinados de Israel y Judá. Los antiguos escritores inspirados escribían sobre hechos y datos que tanto ellos como el pueblo judío de la época conocían bien, y las diferentes perspectivas cronológicas que adoptaron los escritores en ciertos puntos no presentaron ningún problema. Este no es el caso hoy en día, de modo que podemos contentarnos con conseguir un esquema que armonice razonablemente con el registro bíblico.

    Desde
    607 a. E.C. hasta el regreso de los judíos del exilio. La duración de este período viene fijada por el propio decreto divino con relación a Judá, que dice: “Toda esta tierra tiene que llegar a ser un lugar devastado, un objeto de pasmo, y estas naciones tendrán que servir al rey de Babilonia setenta años”. (Jer 25:8-11.)
    La profecía bíblica no permite otra aplicación de estos setenta años que no sea al período comprendido entre la desolación de Judá, que llegó con la destrucción de Jerusalén, y el regreso de los judíos exiliados a su tierra como resultado del decreto de Ciro. La profecía especifica con toda claridad que los setenta años serían años de devastación de la tierra de Judá. Daniel el profeta entendió de esta manera la profecía, pues dijo: “Yo mismo, Daniel, discerní por los libros el número de los años acerca de los cuales la palabra de Jehová había ocurrido a Jeremías el profeta, para cumplir las devastaciones de Jerusalén, a saber, setenta años”. (Da 9:2.) Después de describir la conquista de Jerusalén por Nabucodonosor, en 2 Crónicas 36:20, 21 se dice: “Además, a los que quedaron de la espada se los llevó cautivos a Babilonia, y llegaron a ser siervos para él y sus hijos hasta que la realeza de Persia empezó a reinar; para cumplir la palabra de Jehová por boca de Jeremías, hasta que la tierra hubo pagado sus sábados. Todos los días de yacer desolada guardó sábado, para cumplir setenta años”.
    Jerusalén fue sitiada definitivamente en el noveno año de Sedequías (609 a. E.C.) y cayó en su undécimo año (607 a. E.C.), que corresponde con el decimonoveno año del reinado de Nabucodonosor (si contamos desde 625 a. E.C., su año de ascenso al trono; 2Re 25:1-8 ). En el quinto mes de 607 (el mes de Ab, que correspondía a parte de julio y agosto) la ciudad fue incendiada, los muros demolidos y la mayor parte de sus habitantes llevados al destierro. Sin embargo, se permitió que quedaran “algunos de condición humilde de la gente”, quienes al final huyeron a Egipto cuando Guedalías, el gobernador nombrado por Nabucodonosor, fue asesinado, dejando de ese modo la tierra de Judá desolada por completo. (2Re 25:9-12, 22-26.) Esto ocurrió en el séptimo mes, Etanim (o Tisri, que correspondía a parte de septiembre y octubre). Por consiguiente, la cuenta de los setenta años de desolación debió haber comenzado hacia el 1 de octubre de 607 a. E.C., para finalizar en 537 a. E.C. Fue en el séptimo mes de este último año cuando los primeros judíos repatriados llegaron a Judá, justo setenta años después del comienzo de la desolación completa de la tierra. (2Cr 36:21-23; Esd 3:1.)

    Desde
    537 a. E.C. hasta la conversión de Cornelio. Al segundo año del regreso de los judíos del exilio (536 a. E.C.) se colocó el fundamento del templo de Jerusalén para su reconstrucción, pero dicha reconstrucción no se concluyó sino hasta el sexto año del reinado de Darío I (el persa). (Esd 3:8-10; 6:14, 15.) El año 522 a. E.C. puede ser considerado el año de ascenso al trono de Darío I, ya que no se estableció en Babilonia antes del mes de diciembre de 522 a. E.C., cuando derrotó al rebelde Nabucodonosor III, a quien capturó y dio muerte en Babilonia poco después. De modo que su primer año reinante comenzó en la primavera de 521 a. E.C. (Babylonian Chronology, 626 B.C.–A.D. 75, pág. 30.) Por consiguiente, su sexto año comenzó el 12 de abril de 516 a. E.C. y continuó hasta finales de marzo de 515 a. E.C. De acuerdo con todo esto, puede afirmarse que Zorobabel terminó la reconstrucción del templo el 6 de marzo de 515 a. E.C.

    La siguiente fecha de importancia fundamental es el vigésimo año de Artajerjes Longimano, el año en que Nehemías recibió permiso para reedificar Jerusalén. (Ne 2:1, 5-8.) Las razones por las que se favorece la fecha de 455 a. E.C. para este acontecimiento, con preferencia a la de 445 a. E.C. —que es más aceptada—, se analizan en el artículo PERSIA, PERSAS. Los sucesos de este año relacionados con la reconstrucción de Jerusalén y sus muros constituyen el punto de partida para la profecía de las “setenta semanas” de Daniel 9:24-27. Las semanas son, a todas luces, “semanas de años”, que totalizan cuatrocientos noventa años. (Da 9:24, BR; TA.) Como se demuestra en el artículo SETENTA SEMANAS, la profecía indicó la llegada del Mesías en el año 29 E.C., su muerte a “la mitad de la semana” —o mitad de la última semana de años, es decir, en 33 E.C.— y el fin —en 36 E.C.— del período de favor especial que Dios concedió a los judíos. Por consiguiente, las setenta semanas de años terminaron con la conversión de Cornelio, habiendo transcurrido cuatrocientos noventa años desde 455 a. E.C. (Hch 10:30-33, 44-48; 11:1.)
    Jesús apareció como Mesías precisamente en el año que se había predicho: quizás unos seis meses después de comenzar Juan el Bautista su predicación en “el año decimoquinto del reinado de Tiberio César”. (Lu 1:36; 3:1, 2, 21-23.) Como el senado romano nombró emperador a Tiberio el 15 de septiembre de 14 E.C., su año decimoquinto transcurrió desde la última parte de 28 E.C. hasta la última de 29 E.C. (Véase TIBERIO.) Por lo tanto, los hechos indican que el bautismo y el ungimiento de Jesús acontecieron en el otoño del año 29 E.C.

    Puesto que Jesús “era como de treinta años” cuando se bautizó en 29 E.C. (Lu 3:23), debería haber nacido hacia el otoño del año 2 a. E.C., treinta años antes. Su nacimiento se produjo durante el reinado de César Augusto, mientras Quirinio era gobernador de Siria. (Lu 2:1, 2.) El gobierno de Augusto se extendió desde 27 a. E.C. hasta 14 E.C. Publio Sulpicio Quirinio, senador romano, fue gobernador de Siria dos veces, la primera de ellas seguramente después de Publio Quintilio Varo, cuyo mandato como legado de Siria terminó en el año 4 a. E.C. Algunos eruditos ubican el primer mandato de Quirinio entre los años 3 y 2 a. E.C. (Véase INSCRIPCIÓN.) Herodes el Grande era a la sazón rey de Judea, y, como ya se explicó, debió morir el año 1 a. E.C. De modo que todos los indicios disponibles, y en particular las referencias bíblicas, apuntan a que el nacimiento humano del Hijo de Dios se produjo en el otoño del año 2 a. E.C.
    Última edición por Davidmor; 25/03/2014 a las 08:42
    Hechos 18:6

  3. #3
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    Predeterminado Re: Desde la cración de los primero humanos hasta ahora

    Cita Iniciado por Davidmor Ver mensaje
    Desde la creación de Adán hasta el Diluvio. Los 1.656 años de este período ..
    No me digas, 1656 años.

    ¿ No te parece que sería más sabio decir que no se sabe cuantos años pasaron desde Adán hasta Noé. ?

  4. #4
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    Predeterminado Re: Desde la cración de los primero humanos hasta ahora

    Cita Iniciado por Espada Ver mensaje
    No me digas, 1656 años.

    ¿ No te parece que sería más sabio decir que no se sabe cuantos años pasaron desde Adán hasta Noé. ?
    Parece que obviaste esto, las años que dice la Biblia que vivieron esas personas, el tiempo que dice la Biblia que paso hasta que nacieran,etc...:

    Desde la creación de Adán

    hasta el nacimiento de Set 130 años

    Luego, hasta el nacimiento de Enós 105 años

    Hasta el nacimiento de Quenán 90 años

    Hasta el nacimiento de Mahalalel 70 años

    Hasta el nacimiento de Jared 65 años

    Hasta el nacimiento de Enoc 162 años

    Hasta el nacimiento de Matusalén 65 años

    Hasta el nacimiento de Lamec 187 años

    Hasta el nacimiento de Noé 182 años

    Hasta el Diluvio 600 años
    .......
    ..
    Total 1.656 años

    --- Mensaje agregado ---

    Cita Iniciado por Davidmor Ver mensaje
    Desde la creación de Adán hasta el Diluvio. Los 1.656 años de este período se basan en el registro de Génesis 5:1-29 y 7:6. Pueden desglosarse como se ve en el siguiente recuadro.

    Desde la creación de Adán

    hasta el nacimiento de Set 130 años

    Luego, hasta el nacimiento de Enós 105 años

    Hasta el nacimiento de Quenán 90 años

    Hasta el nacimiento de Mahalalel 70 años

    Hasta el nacimiento de Jared 65 años

    Hasta el nacimiento de Enoc 162 años

    Hasta el nacimiento de Matusalén 65 años

    Hasta el nacimiento de Lamec 187 años

    Hasta el nacimiento de Noé 182 años

    Hasta el Diluvio 600 años

    Total 1.656 años

    Las cantidades que se han indicado para el período antediluviano se encuentran en el texto masorético, texto en el que se basan las traducciones modernas de las Escrituras Hebreas. Estas cantidades difieren de las que se hallan en la Septuaginta griega, pero el texto masorético ha demostrado ser más confiable.
    La obra Commentary on the Holy Scriptures (de Lange, 1976, “Genesis”, pág. 272, nota) dice: “No hay duda de que las pruebas internas favorecen al texto hebreo por su consecuencia proporcional. Se ve que las cifras de la LXX siguen un plan al que han sido conformadas. Esto no se aprecia en el texto hebreo, lo que hace que se le pueda considerar un auténtico registro genealógico [...]. Sobre la base fisiológica, también ha de preferirse el hebreo; como la duración de la vida no requiere de ningún modo una madurez tan tardía como esas cifras [de la Septuaginta] parecerían indicar [...], los cien años que la Septuaginta añade en cada caso demuestran un intento deliberado de conformarlas a unas proporciones más normales, basadas en alguna supuesta noción fisiológica [...]. A todo esto debe añadirse que el hebreo tiene mejores credenciales para ser considerado el texto original debido al escrupuloso y, a veces, supersticioso, cuidado con el que se ha conservado textualmente”.

    Aunque los historiadores modernos suelen extender la existencia humana sobre la tierra mucho más allá de 4026 a. E.C., los hechos no concuerdan en absoluto con tal postura. Los miles de años de “prehistoria” cuya existencia defienden se basan en la especulación, como puede verse por la siguiente declaración que hizo el eminente científico Dr. P. E. Klopsteg, quien dijo: “Acompáñeme, si lo desea, a una excursión especulativa por la prehistoria. Supóngase la era en la que la especie ‘sapiens’ surgió del género ‘homo’ [...], salte varios milenios desde el tiempo en que la información de que disponemos depende en su mayor parte de la conjetura y la interpretación hasta la era de las primeras inscripciones, de las que se pueden extraer algunos datos” (cursivas nuestras). (Science, 30 de diciembre de 1960, pág. 1914.)
    El período postdiluviano comienza en el año 2369 a. E.C. Aunque algunos piensan que ciertos escritos pictográficos pertenecen al período que va de 3300 a 2800 a. E.C. (New Discoveries in Babylonia About Genesis, P. J. Wiseman, 1949, pág. 36), en realidad estos documentos no están fechados; la edad que se les atribuye se basa tan solo en conjeturas arqueológicas.

    Aunque en ocasiones se ha recurrido a la técnica de fechar con radiocarbono (C14), este método tiene claras limitaciones. La revista Science del 11 de diciembre de 1959 dijo al respecto: “El caso que parece que llegará a convertirse en un ejemplo clásico de ‘irresponsabilidad del C14’ es el de la aldea prehistórica de Jarmo, en el nordeste de Irak. Se han atribuido once diferentes fechas a esta aldea con una diferencia máxima entre ellas de seis mil años, mientras que, sobre la base de todos los indicios arqueológicos, no fue ocupada por más de quinientos años consecutivos”. En realidad, no existe prueba sólida que favorezca una fecha anterior a 2369 a. E.C. para el comienzo de la sociedad humana postdiluviana.

    Desde
    2370 a. E.C. hasta el pacto abrahámico. El esquema cronológico para este período puede resumirse así:

    Desde el comienzo del Diluvio

    hasta el nacimiento de Arpaksad 2 años

    Luego, hasta el nacimiento de Selah 35 años

    Hasta el nacimiento de Éber 30 años

    Hasta el nacimiento de Péleg 34 años

    Hasta el nacimiento de Reú 30 años

    Hasta el nacimiento de Serug 32 años

    Hasta el nacimiento de Nacor 30 años

    Hasta el nacimiento de Taré 29 años

    Hasta la muerte de Taré, cuando Abrahán
    tenía setenta y cinco años de edad 205 años

    Total 427 años

    Estos datos se hallan en Génesis 11:10 a 12:4. La expresión “después del diluvio” (Gé 11:10), que se emplea con relación al nacimiento de Arpaksad, lógicamente se refiere a la caída de las aguas, suceso que marcó el comienzo del Diluvio (2370 a. E.C.), y no simplemente al período posterior durante el que las aguas permanecieron sobre la superficie de la tierra por algún tiempo. La palabra hebrea para “diluvio” también transmite esta idea. (Compárese con Gé 6:17; 7:4-6, 10-12, 17; 9:11.)

    En el registro bíblico no se da la fecha en la que se intentó construir la Torre de Babel. Génesis 10:25 señala que la división que resultó de la confusión de lenguas ocurrió durante ‘los días de Péleg’. De esto no se infiere necesariamente que este acontecimiento ocurriera al tiempo del nacimiento de Péleg. La expresión “en sus días” indica en realidad que la división tuvo lugar, no al tiempo del nacimiento de Péleg o justo después, sino durante el transcurso de su vida, desde 2269 a 2030 a. E.C. Si cada varón postdiluviano hubiera empezado a tener hijos a los treinta años de edad a un promedio de uno cada tres años (lo que daría un hijo varón cada seis años) hasta la edad de noventa años, la población pudiera haber crecido hasta un total de 4.000 varones adultos en un período de ciento ochenta años desde el fin del Diluvio (es decir, en 2189 a. E.C.). Un cálculo moderado como el que acabamos de mencionar sería suficiente para explicar la construcción de la torre y la dispersión de la gente.

    Jehová debió dar validez a lo que ha llegado a conocerse como el pacto abrahámico cuando Abrahán cruzó el Éufrates camino de la tierra de Canaán. Como partió de Harán y entró en Canaán después de la muerte de Taré, la fecha de la validación de ese pacto se fija en 1943 a. E.C. (Gé 11:32; 12:1-5.)

    Desde
    1943 a. E.C. hasta el éxodo. En Éxodo 12:40, 41 se registra lo siguiente: “La morada de los hijos de Israel, que habían morado en Egipto, fue de cuatrocientos
    treinta años. Y aconteció al cabo de los cuatrocientos treinta años, sí, aconteció en este mismo día, que todos los ejércitos de Jehová salieron de la tierra de Egipto”. Mientras que la mayoría de las versiones traducen el versículo 40 de modo que diga que estuvieron cuatrocientos treinta años en Egipto, el hebreo original da lugar a la traducción aquí transcrita. Además, en Gálatas 3:16, 17 Pablo relaciona ese período de cuatrocientos treinta años con el tiempo que medió entre el momento de dar validez al pacto abrahámico y la instauración del pacto de la Ley. Se debió dar validez al pacto abrahámico cuando Abrahán, en atención a la promesa de Dios, cruzó el Éufrates camino de Canaán y entró en el “país” que Dios le mandó. (Gé 12:1; 15:18-21.) Justo cuatrocientos treinta años después de este acontecimiento, en 1513 a. E.C., sus descendientes fueron liberados de Egipto, y en ese mismo año fueron introducidos en el pacto de la Ley. Una prueba de que así se ha entendido desde tiempos antiguos es la traducción que se halla en la Versión de los Setenta griega, a saber: “Pero la morada de los hijos de Israel que ellos moraron en la tierra de Egipto y en la tierra de Canaán [fue de] cuatrocientos treinta años de duración”.

    El período comprendido desde la entrada de Abrahán en la tierra de Canaán hasta que Jacob se trasladó a Egipto fue de doscientos quince años. Este cálculo se deriva de los siguientes hechos: desde la salida de Abrahán de Harán hasta el nacimiento de Isaac transcurrieron veinticinco años (Gé 12:4; 21:5); sesenta años desde el nacimiento de Isaac al nacimiento de Jacob (Gé 25:26), y Jacob tenía ciento treinta años cuando entró en Egipto (Gé 47:9). Esto da un total de doscientos quince años (desde 1943 hasta 1728 a. E.C.), lo que significa que, desde la llegada de Jacob, los israelitas estuvieron en Egipto otros doscientos quince años (de 1728 a 1513 a. E.C.). En el artículo ÉXODO se demuestra que los israelitas pudieron multiplicarse lo suficiente en doscientos quince años como para que su población incluyera un total de 600.000 “hombres físicamente capacitados”. (Éx 12:37.)

    Jehová le dijo a Abrán (Abrahán): “Puedes saber con seguridad que tu descendencia llegará a ser residente forastera en tierra ajena, y tendrá que servirles, y estos ciertamente la afligirán por cuatrocientos años”. (Gé 15:13; véase, además, Hch 7:6, 7.) Esta declaración se hizo con anterioridad al nacimiento de la “descendencia” prometida, Isaac. Para el año 1932 a. E.C. a Abrán le nació su hijo Ismael —por medio de su esclava egipcia Agar—, y en 1918 a. E.C. nació Isaac. (Gé 16:16; 21:5.) Contando cuatrocientos años hacia atrás desde el éxodo —acontecimiento que señaló el fin de los años de ‘aflicción’ (Gé 15:14)—, llegaríamos a 1913 a. E.C., cuando Isaac tendría unos cinco años y fue destetado. En ese momento, siendo ‘residente forastero’ en una tierra que no era suya, experimentó el inicio de la aflicción predicha cuando Ismael, que entonces contaba diecinueve años de edad, comenzó a ‘burlarse’ de él. (Gé 21:8, 9.) Aunque hoy pudiera parecer intrascendente el que Ismael se burlara del heredero de Abrahán, en la época patriarcal no se veía así, como queda demostrado por la reacción de Sara y por el hecho de que Dios aprobó su súplica de que se despidiera a Agar y a su hijo Ismael. (Gé 21:10-13.) El que este incidente haya sido recogido en detalle en el registro divino también es un indicio de que debe marcar el comienzo del predicho período de cuatrocientos años de aflicción que terminaría con el éxodo. (Gál 4:29.)

    Desde
    1513 a. E.C. hasta la división del reino. Fue en “el año cuatrocientos ochenta después que los hijos de Israel hubieron salido de la tierra de Egipto”, durante el cuarto año del reinado de Salomón, cuando dio comienzo la construcción del templo de Jerusalén. (1Re 6:1.) El número “480” tiene valor ordinal: representa cuatrocientos setenta y nueve años completos y, en este caso concreto, un mes más. Si contamos cuatrocientos setenta y nueve años desde el éxodo (en Nisán de 1513 a. E.C.), nos lleva a 1034 a. E.C., cuando empezó la construcción del templo, en el segundo mes, es decir, Ziv (este mes corresponde a parte de abril y de mayo). Siendo que este hecho aconteció en el cuarto año (otro número ordinal) del gobierno de Salomón, su reinado comenzó tres años completos antes, es decir, en 1037 a. E.C. Sus cuarenta años de reinado transcurrieron desde 1037 a. E.C., probablemente en el mes de Nisán, hasta el mismo mes de 997 a. E.C., fecha en la que se produjo la división del reino. Por lo tanto, el esquema cronológico para este período sería como se muestra en la parte inferior derecha.

    Estos cálculos se fundamentan en textos como Deuteronomio 2:7; 29:5; Hechos 13:21; 2 Samuel 5:4; 1 Reyes 11:42, 43; 12:1-20. Algunos críticos dicen que los cuatro períodos de esta época que duran cuarenta años cada uno son muestra de una ‘búsqueda de simetría’ de los escritores de la Biblia más bien que de cronología exacta. Todo lo contrario, aunque antes de entrar en Canaán los israelitas vagaron casi cuarenta años justos en cumplimiento del juicio divino registrado en Números 14:33, 34 (compárese con Éx 12:2, 3, 6, 17; Dt 1:31; 8:2-4; Jos 4:19), los otros tres períodos pueden haber incluido fracciones. Por ejemplo, según 2 Samuel 5:5, el reinado de David duró en realidad 40 1/2 años. Si los años reinantes de estos reyes se contaban de Nisán a Nisán, como parece que era la costumbre, esto puede significar que el reinado de Saúl duró solo 39 1/2, pero que se le contaron los meses que faltaban hasta el próximo Nisán, por lo que no se incluyeron oficialmente en los cuarenta años reinantes de David. Esta, por lo menos, era la costumbre conocida de los gobernantes semíticos de Mesopotamia, quienes denominaban “período de ascenso” a los meses que transcurrían desde la muerte de un rey hasta el siguiente Nisán, de modo que el primer año oficial de gobierno no empezaba a contar sino hasta la llegada del mes de Nisán.

    No se especifica la duración del período abarcado desde la entrada en Canaán hasta el fin de la época de los jueces, de modo que ha de calcularse por deducción. Si a los cuatrocientos setenta y nueve años que median entre el éxodo y el cuarto año de Salomón se le restan los cuarenta años de vagar por el desierto, los cuarenta del reinado de Saúl, los cuarenta del reinado de David y los tres primeros de Salomón (ciento veintitrés años en total), quedan trescientos cincuenta y seis años para el período en cuestión.
    También esto obviaste
    Última edición por Davidmor; 12/04/2014 a las 17:14
    Hechos 18:6

  5. #5
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    Predeterminado Re: Desde la cración de los primero humanos hasta ahora

    Cita Iniciado por Davidmor;679852.
    Las Escrituras no indican cómo debe dividirse esta época de trescientos cincuenta y seis años (desde la entrada de Israel en Canaán hasta el principio del reinado de Saúl, en 1117 a. E.C.). No obstante, es obvio que muchos de estos períodos se traslapan. ¿Por qué? Contados sucesivamente, los diversos períodos de opresión, de judicaturas y de paz de los que informa el libro de Jueces totalizarían cuatrocientos diez años. Para que estos períodos encajen en los trescientos cincuenta y seis años mencionados antes, algunos de ellos tienen que haber sido concurrentes en vez de sucesivos, como opina la mayoría de los comentaristas. Las circunstancias narradas en los relatos bíblicos también conducen a esta conclusión. La opresión afectó a diferentes zonas del país y a diferentes tribus. (MAPA, vol. 1, pág. 743.) Así, la expresión “la tierra no tuvo más disturbio”, usada después de relatar las victorias israelitas sobre sus opresores, tal vez no se refiriese en todo caso a la tierra ocupada por las doce tribus, sino solo a la zona particular afectada principalmente por la opresión. (Jue 3:11, 30; 5:31; 8:28; compárese con Jos 14:13-15.)
    Y esto obviastes...

    --- Mensaje agregado ---

    Cita Iniciado por Davidmor Ver mensaje
    Sucesos Fecha Período
    entre sucesos
    Desde el éxodo 1513 a. E.C.
    hasta
    la entrada de Israel en Canaán 1473 a. E.C. 40 años
    hasta
    el fin del período de los jueces 1117 a. E.C. 356 años
    y el comienzo del reinado de
    Saúl
    hasta
    el comienzo del reinado de David 1077 a. E.C. 40 años
    hasta
    el comienzo del reinado de Salomón 1037 a. E.C. 40 años
    hasta
    la división del reino 997 a. E.C. 40 años
    Total de años desde el éxodo
    hasta la división del reino
    (1513 a 997 a. E.C.) 516 años


    En el capítulo 13 de Hechos el apóstol Pablo repasa los tratos de Dios con Israel desde que ‘escoge a los antepasados’ —pasando por su estancia en Egipto, el éxodo, el vagar por el desierto, la conquista de Canaán y la distribución de la tierra— hasta llegar al versículo 20, donde dice: “Todo eso durante unos cuatrocientos cincuenta años. Y después de estas cosas les dio jueces hasta Samuel el profeta”. (Hch 13:20.) Algunas traducciones (Besson; ENP; PNT; TNV; Val, 1960) han ocasionado bastante confusión al traducir este versículo de forma semejante a la siguiente: “Después, como por cuatrocientos cincuenta años, les dio jueces hasta el profeta Samuel”. Sin embargo, los manuscritos más antiguos (incluido el Sinaítico, el Vaticano 1209 y el Alejandrino), así como la mayoría de las traducciones modernas de la Biblia (BAS, BJ, CI, NC, VP y otras), concuerdan con la primera traducción citada, la cual muestra que el período de los jueces llegó después de los cuatrocientos cincuenta años. Siendo que el período de “unos cuatrocientos cincuenta años” comenzó cuando Dios ‘escogió a los antepasados’ de Israel, debió haber comenzado en el año 1918 a. E.C. con el nacimiento de Isaac, la “descendencia” original que le fue prometida a Abrahán, y, por lo tanto, debió terminar hacia 1467 a. E.C., cuando llegó a su fin la primera conquista que se hizo de Canaán y se procedió a la distribución de la tierra. Puesto que el período de cuatrocientos cincuenta años es aproximado, una diferencia de uno o dos años no tendría importancia.

    Desde
    997 a. E.C. hasta la desolación de Jerusalén. Una guía útil para conocer la extensión del período de los reyes se encuentra en Ezequiel 4:1-7, donde el profeta hace por instrucción divina una representación mímica del asedio de Jerusalén. Ezequiel tuvo que echarse sobre su costado izquierdo por trescientos noventa días para “llevar el error de la casa de Israel”, y luego sobre el derecho por cuarenta días para “llevar el error de la casa de Judá”. Según se le mostró, por cada día se habría de contar un año. Representados así, los dos períodos (trescientos noventa años y cuarenta años) debieron corresponder a la duración de la paciencia de Jehová para con ambos reinos a pesar de su curso idolátrico. Según se expone en Soncino Books of the Bible (edición de A. Cohen, Londres, 1950, comentario sobre Ezequiel, págs. 20 y 21), los judíos entienden esta profecía de la siguiente manera: “La culpa del reino septentrional se extendió por un período de trescientos noventa años ([según] Seder Olam [la crónica postexílica más antigua en lengua hebrea], [y los rabinos] Rashi e Ibn Ezra). Abarbanel, según una cita de Malbim, calcula el período de culpa de Samaria a partir del cisma que se produjo bajo Rehoboam [...] hasta la caída de Jerusalén. [...] El [costado] derecho [sobre el que Ezequiel se echó] indica el sur, es decir, el reino de Judá, ubicado al sur o a la derecha [...]. Comenzando poco después de la caída de Samaria, la corrupción de Judá se extendió por cuarenta años.

    Según Malbim, el tiempo se computa a partir del año decimotercero del reinado de Josías [...], cuando Jeremías dio comienzo a su ministerio (Jer. I. 2)”.
    Desde la división del reino en 997 a. E.C. hasta la caída de Jerusalén en 607 a. E.C. transcurrieron trescientos noventa años. Si bien es cierto que en 740 a. E.C. —durante el sexto año del reinado de Ezequías (2Re 18:9, 10)— Samaria, la capital del reino septentrional, ya había caído a manos de Asiria, también es probable que parte de la población huyera al reino meridional antes del avance asirio. (Véase, además, la situación que existía en Judá después de la división del reino, según se explica en 2Cr 10:16, 17.) Pero aún más importante es el que Jehová continuara teniendo presente a los israelitas del reino septentrional exiliado y los incluyera en los mensajes de sus profetas mucho tiempo después de la caída de Samaria, pues muestra que los intereses de esos israelitas todavía estaban representados en la ciudad capital de Jerusalén y que la caída de esta, en 607 a. E.C., no solo fue una expresión del juicio de Jehová contra Judá, sino contra la entera nación de Israel. (Jer 3:11-22; 11:10-12, 17; Eze 9:9, 10.) Cuando la ciudad cayó, se desvanecieron las esperanzas de toda la nación, a excepción de los pocos que mantuvieron la fe verdadera. (Eze 37:11-14, 21, 22.)

    La tabla que sigue toma este período de trescientos noventa años como guía cronológica confiable. Los reinados de todos los reyes de Judá desde Rehoboam hasta Sedequías suman trescientos noventa y tres años en total. Aunque algunos cronólogos bíblicos intentan sincronizar los reinados mediante numerosas corregencias e “interregnos” en Judá, al parecer solo se requiere una corregencia. Es el caso de Jehoram, de quien se dice (al menos en el texto masorético y en algunos de los manuscritos más antiguos de la Biblia) que llegó a ser rey “mientras Jehosafat era rey de Judá”, lo que permite suponer una corregencia. (2Re 8:16.) De este modo el período completo queda dentro del límite de los trescientos noventa años.
    No se pretende que se considere esta tabla como una cronología absoluta, sino más bien como un posible esquema de los reinados de Israel y Judá. Los antiguos escritores inspirados escribían sobre hechos y datos que tanto ellos como el pueblo judío de la época conocían bien, y las diferentes perspectivas cronológicas que adoptaron los escritores en ciertos puntos no presentaron ningún problema. Este no es el caso hoy en día, de modo que podemos contentarnos con conseguir un esquema que armonice razonablemente con el registro bíblico.

    Desde
    607 a. E.C. hasta el regreso de los judíos del exilio. La duración de este período viene fijada por el propio decreto divino con relación a Judá, que dice: “Toda esta tierra tiene que llegar a ser un lugar devastado, un objeto de pasmo, y estas naciones tendrán que servir al rey de Babilonia setenta años”. (Jer 25:8-11.)
    La profecía bíblica no permite otra aplicación de estos setenta años que no sea al período comprendido entre la desolación de Judá, que llegó con la destrucción de Jerusalén, y el regreso de los judíos exiliados a su tierra como resultado del decreto de Ciro. La profecía especifica con toda claridad que los setenta años serían años de devastación de la tierra de Judá. Daniel el profeta entendió de esta manera la profecía, pues dijo: “Yo mismo, Daniel, discerní por los libros el número de los años acerca de los cuales la palabra de Jehová había ocurrido a Jeremías el profeta, para cumplir las devastaciones de Jerusalén, a saber, setenta años”. (Da 9:2.) Después de describir la conquista de Jerusalén por Nabucodonosor, en 2 Crónicas 36:20, 21 se dice: “Además, a los que quedaron de la espada se los llevó cautivos a Babilonia, y llegaron a ser siervos para él y sus hijos hasta que la realeza de Persia empezó a reinar; para cumplir la palabra de Jehová por boca de Jeremías, hasta que la tierra hubo pagado sus sábados. Todos los días de yacer desolada guardó sábado, para cumplir setenta años”.
    Jerusalén fue sitiada definitivamente en el noveno año de Sedequías (609 a. E.C.) y cayó en su undécimo año (607 a. E.C.), que corresponde con el decimonoveno año del reinado de Nabucodonosor (si contamos desde 625 a. E.C., su año de ascenso al trono; 2Re 25:1-8 ). En el quinto mes de 607 (el mes de Ab, que correspondía a parte de julio y agosto) la ciudad fue incendiada, los muros demolidos y la mayor parte de sus habitantes llevados al destierro. Sin embargo, se permitió que quedaran “algunos de condición humilde de la gente”, quienes al final huyeron a Egipto cuando Guedalías, el gobernador nombrado por Nabucodonosor, fue asesinado, dejando de ese modo la tierra de Judá desolada por completo. (2Re 25:9-12, 22-26.) Esto ocurrió en el séptimo mes, Etanim (o Tisri, que correspondía a parte de septiembre y octubre). Por consiguiente, la cuenta de los setenta años de desolación debió haber comenzado hacia el 1 de octubre de 607 a. E.C., para finalizar en 537 a. E.C. Fue en el séptimo mes de este último año cuando los primeros judíos repatriados llegaron a Judá, justo setenta años después del comienzo de la desolación completa de la tierra. (2Cr 36:21-23; Esd 3:1.)

    Desde
    537 a. E.C. hasta la conversión de Cornelio. Al segundo año del regreso de los judíos del exilio (536 a. E.C.) se colocó el fundamento del templo de Jerusalén para su reconstrucción, pero dicha reconstrucción no se concluyó sino hasta el sexto año del reinado de Darío I (el persa). (Esd 3:8-10; 6:14, 15.) El año 522 a. E.C. puede ser considerado el año de ascenso al trono de Darío I, ya que no se estableció en Babilonia antes del mes de diciembre de 522 a. E.C., cuando derrotó al rebelde Nabucodonosor III, a quien capturó y dio muerte en Babilonia poco después. De modo que su primer año reinante comenzó en la primavera de 521 a. E.C. (Babylonian Chronology, 626 B.C.–A.D. 75, pág. 30.) Por consiguiente, su sexto año comenzó el 12 de abril de 516 a. E.C. y continuó hasta finales de marzo de 515 a. E.C. De acuerdo con todo esto, puede afirmarse que Zorobabel terminó la reconstrucción del templo el 6 de marzo de 515 a. E.C.

    La siguiente fecha de importancia fundamental es el vigésimo año de Artajerjes Longimano, el año en que Nehemías recibió permiso para reedificar Jerusalén. (Ne 2:1, 5-8.) Las razones por las que se favorece la fecha de 455 a. E.C. para este acontecimiento, con preferencia a la de 445 a. E.C. —que es más aceptada—, se analizan en el artículo PERSIA, PERSAS. Los sucesos de este año relacionados con la reconstrucción de Jerusalén y sus muros constituyen el punto de partida para la profecía de las “setenta semanas” de Daniel 9:24-27. Las semanas son, a todas luces, “semanas de años”, que totalizan cuatrocientos noventa años. (Da 9:24, BR; TA.) Como se demuestra en el artículo SETENTA SEMANAS, la profecía indicó la llegada del Mesías en el año 29 E.C., su muerte a “la mitad de la semana” —o mitad de la última semana de años, es decir, en 33 E.C.— y el fin —en 36 E.C.— del período de favor especial que Dios concedió a los judíos. Por consiguiente, las setenta semanas de años terminaron con la conversión de Cornelio, habiendo transcurrido cuatrocientos noventa años desde 455 a. E.C. (Hch 10:30-33, 44-48; 11:1.)
    Jesús apareció como Mesías precisamente en el año que se había predicho: quizás unos seis meses después de comenzar Juan el Bautista su predicación en “el año decimoquinto del reinado de Tiberio César”. (Lu 1:36; 3:1, 2, 21-23.) Como el senado romano nombró emperador a Tiberio el 15 de septiembre de 14 E.C., su año decimoquinto transcurrió desde la última parte de 28 E.C. hasta la última de 29 E.C. (Véase TIBERIO.) Por lo tanto, los hechos indican que el bautismo y el ungimiento de Jesús acontecieron en el otoño del año 29 E.C.

    Puesto que Jesús “era como de treinta años” cuando se bautizó en 29 E.C. (Lu 3:23), debería haber nacido hacia el otoño del año 2 a. E.C., treinta años antes. Su nacimiento se produjo durante el reinado de César Augusto, mientras Quirinio era gobernador de Siria. (Lu 2:1, 2.) El gobierno de Augusto se extendió desde 27 a. E.C. hasta 14 E.C. Publio Sulpicio Quirinio, senador romano, fue gobernador de Siria dos veces, la primera de ellas seguramente después de Publio Quintilio Varo, cuyo mandato como legado de Siria terminó en el año 4 a. E.C. Algunos eruditos ubican el primer mandato de Quirinio entre los años 3 y 2 a. E.C. (Véase INSCRIPCIÓN.) Herodes el Grande era a la sazón rey de Judea, y, como ya se explicó, debió morir el año 1 a. E.C. De modo que todos los indicios disponibles, y en particular las referencias bíblicas, apuntan a que el nacimiento humano del Hijo de Dios se produjo en el otoño del año 2 a. E.C.
    Y esto también.....
    Hechos 18:6

  6. #6
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    Predeterminado Re: Desde la cración de los primero humanos hasta ahora

    ¿ Y esas fechas serán las que habrá dado Russell ?

    Nadie respalda esas fechas, ni las de Russell, ni las que has traído. Son un sin sentido.
    Última edición por Espada; 12/04/2014 a las 22:27

  7. #7
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    Predeterminado Re: Desde la cración de los primero humanos hasta ahora

    Cita Iniciado por Espada Ver mensaje
    ¿ Y esas fechas serán las que habrá dado Russell ?

    Nadi respalda esas fechas, ni las de Russell, ni las que has traído. Son un sin sentido.
    ¿Por que?

    PRUEBAS, ¿DONDE ESTÁN LAS PRUEBAS?, POR FAVOR. Esa deshonestidad no es propia de cristianos.

    Si fueras sincero y te tomaras un poco de tiempo por buscar la verdad, la encontrarías pero solo DICES. NO pruebas.


    Desde la creación de Adán

    hasta el nacimiento de Set 130 años

    (Génesis 5:3) Y Adán siguió viviendo ciento treinta años. Entonces llegó a ser padre de un hijo a su semejanza, a su imagen, y lo llamó por nombre Set.

    Luego, hasta el nacimiento de Enós 105 años

    (Génesis 5:6) Y Set siguió viviendo ciento cinco años. Entonces llegó a ser padre de Enós.

    Hasta el nacimiento de Quenán 90 años

    (Génesis 5:9) Y Enós siguió viviendo noventa años. Entonces llegó a ser padre de Quenán.

    Hasta el nacimiento de Mahalalel 70 años

    (Génesis 5:12) Y Quenán siguió viviendo setenta años. Entonces llegó a ser padre de Mahalalel.

    Hasta el nacimiento de Jared 65 años

    (Génesis 5:15) Y Mahalalel siguió viviendo sesenta y cinco años. Entonces llegó a ser padre de Jared.

    Hasta el nacimiento de Enoc 162 años

    (Génesis 5:18 Y Jared siguió viviendo ciento sesenta y dos años. Entonces llegó a ser padre de Enoc.

    Hasta el nacimiento de Matusalén 65 años

    (Génesis 5:21) Y Enoc siguió viviendo sesenta y cinco años. Entonces llegó a ser padre de Matusalén.

    Hasta el nacimiento de Lamec 187 años

    (Génesis 5:25) Y Matusalén siguió viviendo ciento ochenta y siete años. Entonces llegó a ser padre de Lamec.

    Hasta el nacimiento de Noé 182 años

    (Génesis 5:28, 29) Y Lamec siguió viviendo ciento ochenta y dos años. Entonces llegó a ser padre de un hijo. 29 Y procedió a llamarlo por nombre Noé, diciendo: “Este nos traerá consuelo [aliviándonos] de nuestro trabajo y del dolor de nuestras manos que resulta del suelo que Jehová ha maldecido”.

    Hasta el Diluvio 600 años

    (Génesis 7:6) Y Noé tenía seiscientos años de edad cuando ocurrió el diluvio de aguas sobre la tierra.
    .......
    ..
    Total 1.656 años
    Última edición por Davidmor; 12/04/2014 a las 17:15
    Hechos 18:6

  8. #8
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    Predeterminado Re: Desde la cración de los primero humanos hasta ahora

    Cita Iniciado por Davidmor Ver mensaje
    ¿Por que?
    Porque difieren con el conteo Judío. Y Dios les confió a los Judíos Su Palabra. Según los judíos, los años no contienen la misma cantidad de días que los actuales.

    Además, son 1056 "años" desde Adán hasta Noé.

    130 años y Adan tuvo a Set Génesis 5:3
    105 años y Set tuvo a Enós Génesis 5:6
    90 años y Enos tuvo a Quenán Génesis 5:9
    70 años y Quenán tuvo a Mahalaleel Génesis 5:12
    65 años y Mahalaleel tuvo a Jared Génesis 5:15
    162 años y Jared tuvo a Enoc Génesis 5:18
    65 años y Enoc tuvo a Matusalen Génesis 5:21
    187 años y Matusalén tuvo a Lamec Génesis 5:25
    182 años y Lamec tuvo a Noe Génesis 5:28
    Última edición por Espada; 13/04/2014 a las 00:52

  9. #9
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    Predeterminado Re: Desde la cración de los primero humanos hasta ahora

    Cita Iniciado por Espada Ver mensaje
    Porque difieren con el conteo Judío. Y Dios les confió a los Judíos Su Palabra. Según los judíos, los años no contienen la misma cantidad de días que los actuales.

    Además, son 1056 "años" desde Adán hasta Noé.

    130 años y Adan tuvo a Set Génesis 5:3
    105 años y Set tuvo a Enós Génesis 5:6
    90 años y Enos tuvo a Quenán Génesis 5:9
    70 años y Quenán tuvo a Mahalaleel Génesis 5:12
    65 años y Mahalaleel tuvo a Jared Génesis 5:15
    162 años y Jared tuvo a Enoc Génesis 5:18
    65 años y Enoc tuvo a Matusalen Génesis 5:21
    187 años y Matusalén tuvo a Lamec Génesis 5:25
    182 años y Lamec tuvo a Noe Génesis 5:28
    Nada difiere de ningún conteo.

    Se te olvido de sumar esto:

    Hasta el Diluvio 600 años

    (Génesis 7:6) Y Noé tenía seiscientos años de edad cuando ocurrió el diluvio de aguas sobre la tierra.
    Última edición por Davidmor; 13/04/2014 a las 15:29
    Hechos 18:6

  10. #10
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    Predeterminado Re: Desde la cración de los primero humanos hasta ahora

    Cita Iniciado por Davidmor Ver mensaje
    Nada difiere de ningún conteo.

    Se te olvido esto sumar esto:

    Hasta el Diluvio 600 años

    (Génesis 7:6) Y Noé tenía seiscientos años de edad cuando ocurrió el diluvio de aguas sobre la tierra.
    no se me olvidó, ya que si te fijas yo hablé desde Adán hasta Noé, yo no dije nada del Diluvio. Además el cómputo Judio difiere al tuyo.
    Última edición por Espada; 14/04/2014 a las 10:24

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