Trinidad
Definición: La doctrina central de religiones de la cristiandad. De acuerdo con el Credo Atanasiano hay tres divinas Personas (el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo), y se dice que cada una es eterna, cada una es todopoderosa, ninguna es mayor ni menor que la otra, y cada una es Dios, y que, no obstante, juntas son un solo Dios. Otras declaraciones del dogma dan énfasis a que estas tres “Personas” no son seres o individuos separados y distintos, sino que son tres manifestaciones en que existe la esencia divina. Así, pues, algunos trinitarios dan énfasis a su creencia de que Jesucristo es Dios, o de que Jesús y el Espíritu Santo son Jehová. No es una enseñanza bíblica.
¿Qué origen tiene la doctrina de la Trinidad?
The New Encyclopædia Britannica dice: “Ni la palabra Trinidad, ni la doctrina explícita como tal, aparecen en el Nuevo Testamento; tampoco se propusieron Jesús y sus seguidores contradecir el Shema del Viejo Testamento: ‘Oye, oh Israel: El Señor nuestro Dios es un Señor’ (Deu. 6:4). [...] La doctrina se desarrolló gradualmente en el transcurso de varios siglos y en medio de muchas controversias. [...] Pero a fines del siglo IV [...] la doctrina de la Trinidad adquirió básicamente la forma que ha mantenido desde entonces” (1976, Micropædia, tomo X, pág. 126).
La New Catholic Encyclopedia declara: “La formulación ‘un solo Dios en tres Personas’ no quedó firmemente establecida, y ciertamente no se asimiló por completo en la vida cristiana ni en su confesión de fe, antes del fin del siglo IV. Pero es precisamente esta formulación la que originalmente reclama el título de el dogma trinitario. Entre los Padres Apostólicos, no había existido nada que siquiera remotamente se acercara a tal mentalidad o perspectiva” (1967, tomo XIV, pág. 299).
En The Encyclopedia Americana leemos: “El cristianismo se derivó del judaísmo y el judaísmo era estrictamente unitario [creía que Dios era una sola persona]. El camino que llevó de Jerusalén a Nicea difícilmente fue recto. El trinitarismo del siglo IV no reflejó con exactitud la enseñanza del cristianismo primitivo respecto a la naturaleza de Dios; manifestó, al contrario, un desvío de esta enseñanza” (1956, tomo XXVII, pág. 294L).
De acuerdo con el Nouveau Dictionnaire Universel: “La trinidad de Platón, en sí meramente un rearreglo de trinidades más antiguas que se remontan hasta pueblos más primitivos, parece ser la trinidad racional de atributos de índole filosófica que dio origen a las tres hipóstasis o personas divinas respecto de las cuales enseñan las iglesias cristianas. [...] El concepto que tuvo este filósofo griego [Platón, del siglo IV a. de la E.C.] de la divina trinidad [...] puede encontrarse en todas las religiones antiguas [del paganismo]” (París, 1865-1870, edición dirigida por M. Lachâtre, tomo 2, pág. 1467).
En su diccionario bíblico en inglés, Dictionary of the Bible, John L. McKenzie, S.J., dice: “La trinidad de personas dentro de la unidad de naturaleza se define en términos de ‘personas’ y ‘naturaleza’, los cuales son términos filosóficos g[rie]gos; en realidad estos términos no aparecen en la Biblia. Las definiciones trinitarias surgieron como resultado de largas controversias en las cuales ciertos teólogos aplicaron erróneamente a Dios estos términos y otros, tales como ‘esencia’ y ‘sustancia’” (Nueva York, 1965, pág. 899).
Aunque, como lo reconocen los trinitarios, ni la palabra “Trinidad” ni una declaración del dogma trinitario se encuentran en la Biblia, ¿se encuentran en ella los conceptos incorporados en dicho dogma?
¿Enseña la Biblia que el “Espíritu Santo” sea una persona?
Quizás parezca que algunos textos particulares en los que se hace referencia al espíritu santo indiquen personalidad. Por ejemplo, se hace referencia al espíritu santo como a un ayudante (pa·ra′kle·tos, en griego; “Consolador”, FS; “Abogado”, NBE, NC) que ‘enseña’, ‘testifica’, ‘habla’ y ‘oye’ (Juan 14:16, 17, 26; 15:26; 16:13). Pero otros textos dicen que ciertas personas fueron ‘llenas’ de espíritu santo, que algunas fueron ‘bautizadas’ con él o ‘ungidas’ con él (Luc. 1:41; Mat. 3:11; Hech. 10:38 ).
Está claro que estas referencias al espíritu santo no corresponden a una persona. Para comprender lo que la Biblia en conjunto enseña, hay que considerar todos estos textos. ¿Cuál es la conclusión razonable? Que los primeros textos citados aquí emplean lenguaje figurado para personificar al espíritu santo de Dios, su fuerza activa, así como la Biblia también personifica la sabiduría, el pecado, la muerte, el agua y la sangre. (Véanse también las págs. 136, 137, en la sección “Espíritu”.)
Las Sagradas Escrituras nos dicen el nombre personal del Padre... Jehová. Nos informan que el Hijo es Jesucristo. Pero en ningún lugar de las Escrituras se aplica un nombre personal al espíritu santo.
Hech. 7:55, 56 informa que a Esteban se le dio una visión del cielo en la que vio “a Jesús de pie a la diestra de Dios”. Pero no se menciona que viera al espíritu santo. (Véanse también Revelación 7:10; 22:1, 3.)
La New Catholic Encyclopedia admite: “La mayor parte de los textos del N[uevo] T[estamento] revelan que el espíritu de Dios es algo, no alguien; esto se ve especialmente en el paralelismo entre el espíritu y el poder de Dios” (1967, tomo XIII, pág. 575). También informa: “Los apologistas [escritores griegos cristianos del siglo II] hablaron con demasiado titubeo respecto al Espíritu; con cierta medida de expectación, acaso se podría decir de manera demasiado impersonal” (tomo XIV, pág. 296).
¿Concuerda la Biblia con los que enseñan que el Padre y el Hijo no son seres separados y distintos?
Mat. 26:39, VV (1977): “Adelantándose un poco, se postró [Jesucristo] rostro en tierra, orando y diciendo: Padre mío, si es posible pase de mí esta copa; sin embargo, no se haga como yo quiero, sino como tú.” (Si el Padre y el Hijo no fueran individuos distintos, dicha oración habría carecido de significado. Jesús hubiera estado orándose a sí mismo, y necesariamente la voluntad de él habría sido la voluntad de su Padre.)
Juan 8:17, 18, VV (1977): “[Jesús contestó a los fariseos judíos:] En vuestra ley está escrito que el testimonio de dos hombres es verdadero. Yo soy el que doy testimonio de mí mismo, y el Padre que me envió da también testimonio de mí.” (Por eso, Jesús definitivamente se refirió a sí mismo como un ser separado y distinto del Padre.)
Véanse también las páginas 204, 205, en la sección titulada “Jehová”.
¿Enseña la Biblia que todos los que supuestamente son parte de la Trinidad sean eternos, que no hayan tenido principio?
Col. 1:15, 16, VV (1977): “El cual [Jesucristo] es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación. Porque por él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra.” ¿En qué sentido es Jesucristo “el primogénito de toda creación”? 1) Los trinitarios dicen que aquí “primogénito” significa principal, excelentísimo, el más distinguido; así se entendería que Cristo no es parte de la creación, sino el más distinguido con relación a los que sí habían sido creados. Si así es, y si la doctrina de la Trinidad es cierta, ¿por qué no se dice también que el Padre y el espíritu santo sean primogénitos de toda la creación? Pero la Biblia aplica esa expresión solo al Hijo. De acuerdo con el significado corriente de “primogénito”, esta palabra indica que Jesús es el mayor de la familia de hijos de Jehová. 2) Antes de Colosenses 1:15, la expresión “primogénito de” aparece más de 30 veces en la Biblia, y en cada caso que se aplica a criaturas vivientes aplica el mismo sentido... el primogénito es parte del grupo. “El primogénito de Israel” es uno de los hijos de Israel; “el primogénito de Faraón” es uno de la familia de Faraón; “los primogénitos del ganado” son ellos mismos ganado. Entonces, ¿qué hace que algunos atribuyan un sentido diferente a esta palabra en Colosenses 1:15? ¿Es el uso que se le da en la Biblia, o es una creencia a la que ya se adhieren y para la cual procuran prueba? 3) ¿Excluye Colosenses 1:16, 17 (TA, 1925) a Jesús de haber sido creado cuando dice que “todas las cosas fueron creadas por él mismo [...] y todas subsisten por él”? La palabra griega que aquí se vierte “todas las cosas” es pan′ta, forma declinada de pas. En Lucas 13:2, TA (1925), se vierte esta palabra “todos los demás”; FS dice “los demás”; NC dice “los otros”. (Véanse también Lucas 21:29 en TA y Filipenses 2:21 en CI.) En armonía con todo lo demás que la Biblia dice acerca del Hijo, NM asigna el mismo significado a pan′ta en Colosenses 1:16, 17, de modo que dice, en parte: “Por medio de él todas las otras cosas fueron creadas [...] Todas las otras cosas han sido creadas mediante él y para él”. Así se muestra que él es un ser creado, parte de la creación producida por Dios.
Rev. 1:1; 3:14, VV (1977): “Revelación de Jesucristo, que Dios le dio [...] ‘Y escribe al ángel de la iglesia en Laodicea: Esto dice el Amén, el testigo fiel y verdadero, el principio [griego: ar·khe′] de la creación de Dios.’” (VM, NC, NBE, NM y otras vierten esto de manera parecida.) ¿Es correcto verterlo así? Hay quienes adoptan el parecer de que lo que el texto quiere decir es que el Hijo fue ‘el que principió la creación de Dios’, que él fue su ‘fuente original’. Pero el Greek-English Lexicon de Liddell y Scott (Oxford, 1968, página 252) da “principio” como el primer significado de la palabra ar·khe′. La conclusión lógica es que aquel cuyas palabras se citan en Revelación 3:14 es una creación —el primero de lo que ha sido creación de Dios— que tuvo principio. Compárese con Proverbios 8:22, donde —y en esto concuerdan muchos comentaristas de la Biblia— se representa al Hijo como la sabiduría personificada. De acuerdo con EMN, EH y BJ, se dice que el que allí habla fue ‘creado’.)
En sentido profético, con referencia al Mesías, Miqueas 5:2 (VM) dice que su “procedencia es de antiguo tiempo, desde los días de la eternidad”. VV (1977) dice: “Sus orígenes son desde el principio, desde los días de la eternidad”. ¿Significa esto que él y Dios sean el mismo? Es notable que, en vez de decir “días de la eternidad”, FS vierte la expresión hebrea mediante la expresión “días antiguos”; NC, “días de muy remota antigüedad”; NM, “días de tiempo indefinido”. A la luz de Revelación 3:14, que ya se ha considerado, Miqueas 5:2 no prueba que Jesús no haya tenido principio.
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