Muchas personas han leído alguna vez estas alentadoras palabras de Jesús: “Tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que ejerce fe en él no sea destruido, sino que tenga vida eterna” (Juan 3:16 ”Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que ejerce fe en él no sea destruido, sino que tenga vida eterna.). ¿Quiso decir Jesús que todos los siervos de su Padre, Jehová Dios, irían al cielo para disfrutar de vida eterna y felicidad?

Fíjese en esta reveladora afirmación de Jesús: “Ningún hombre ha ascendido al cielo sino el que descendió del cielo, el Hijo del hombre” (Juan 3:13 Además, ningún hombre ha ascendido al cielo sino el que descendió del cielo, el Hijo del hombre.). De esto se deduce que los siervos fieles de Dios del pasado, tales como Noé, Abrahán, Moisés o David, no habían subido al cielo al morir (Hechos 2:34 De hecho, David no ascendió a los cielos, sino que él mismo dice: ‘Jehová dijo a mi Señor: “Siéntate a mi diestra,). Entonces, ¿adónde fueron? En pocas palabras, están en la tumba, durmiendo en la muerte en un estado de inconsciencia hasta que llegue el día de la resurrección (Eclesiastés 9:5, 6; Porque los vivos tienen conciencia de que morirán; pero en cuanto a los muertos, ellos no tienen conciencia de nada en absoluto, ni tienen ya más salario, porque el recuerdo de ellos se ha olvidado. 6 También, su amor y su odio y sus celos ya han perecido, y no tienen ya más porción hasta tiempo indefinido en cosa alguna que tenga que hacerse bajo el sol.)

(Hechos 24:15
y tengo esperanza en cuanto a Dios, esperanza que estos mismos también abrigan, de que va a haber resurrección así de justos como de injustos.).

Según el registro bíblico, también fue Jesús quien habló por primera vez de ir al cielo al morir. Les prometió a sus apóstoles que allá prepararía una morada para ellos (Juan 14:2, 3 En la casa de mi Padre hay muchas moradas. De otra manera, se lo hubiera dicho a ustedes, porque voy a preparar un lugar para ustedes. 3 También, si prosigo mi camino y les preparo un lugar, vengo otra vez y los recibiré en casa a mí mismo, para que donde yo estoy también estén ustedes.). Esa enseñanza era totalmente nueva para los siervos de Dios. Algún tiempo después, el apóstol Pablo indicó que Jesús, al morir, resucitar y ascender al cielo, “inauguró [un] camino nuevo y vivo” para sus discípulos, un camino que nadie había recorrido antes (Hebreos 10:19, 20 Por lo tanto, hermanos, puesto que tenemos denuedo respecto al camino de entrada al lugar santo por la sangre de Jesús, 20 el cual él nos inauguró como camino nuevo y vivo a través de la cortina, es decir, su carne, ).

¿Significa esto que a partir de entonces todos los cristianos fieles irían al cielo? No, pues la resurrección celestial está relacionada con una misión singular que solo se encomienda a algunas personas. En su última noche con los apóstoles, Jesús les dijo que ellos se sentarían “sobre tronos para juzgar” en su Reino celestial. Así que esa sería su asignación: gobernar con Jesús en el cielo (Lucas 22:28-30 Sin embargo, ustedes son los que con constancia han continuado conmigo en mis pruebas; 29 y yo hago un pacto con ustedes, así como mi Padre ha hecho un pacto conmigo, para un reino, 30 para que coman y beban a mi mesa en mi reino, y se sienten sobre tronos para juzgar a las doce tribus de Israel.
).


Ahora bien, los apóstoles no serían los únicos que desempeñarían este extraordinario cometido. En una visión, el apóstol Juan contempló a Jesús en el cielo con un grupo de seres humanos resucitados, de quienes escribió que eran “un reino y sacerdotes [...] [que habían] de reinar sobre la tierra” (Revelación [Apocalipsis] 3:21;Al que venza, le concederé sentarse conmigo en mi trono, así como yo vencí y me senté con mi Padre en su trono.

5:10
e hiciste que fueran un reino y sacerdotes para nuestro Dios, y han de reinar sobre la tierra”.). ¿A cuántos vio? Tal como en cualquier país solo unos pocos ciudadanos forman parte del gobierno, lo mismo ocurre con el Reino celestial: Jesús, el Cordero de Dios, reinará con 144.000 escogidos que habrán sido “comprados de entre la humanidad” (Revelación 14:1,Y vi, y, ¡miren!, el Cordero de pie sobre el monte Sión, y con él ciento cuarenta y cuatro mil que tienen escritos en sus frentes el nombre de él y el nombre de su Padre
4,
Estos son los que no se contaminaron con mujeres; de hecho, son vírgenes. Estos son los que van siguiendo al Cordero no importa adónde vaya. Estos fueron comprados de entre la humanidad como primicias para Dios y para el Cordero, 5 y no se halló en su boca falsedad; están sin tacha.
5
y no se halló en su boca falsedad; están sin tacha.).

Es cierto que 144.000 es una cantidad pequeña comparada con el total de siervos fieles de Dios del pasado y del presente. Pero es razonable que sea así, porque esas personas irán al cielo para cumplir una función específica y sagrada. Para ilustrarlo: imagine que usted quiere edificar una casa. ¿Contrataría a todos los buenos albañiles disponibles en su zona? Seguro que no. Solo contrataría a los que fueran necesarios. De la misma manera, Dios no concede a todos los cristianos fieles el privilegio de reinar con Cristo en el cielo.

Este gobierno celestial cumplirá el propósito original de Dios para la humanidad. Jesús y los 144.000 dirigirán desde el cielo la transformación de la Tierra en un paraíso, donde incontables siervos fieles de Dios gozarán de vida eterna y felicidad (Isaías 45:18;Porque esto es lo que ha dicho Jehová, el Creador de los cielos, Él, el Dios [verdadero], el Formador de la tierra y el Hacedor de ella, Él, Aquel que la estableció firmemente, que no la creó sencillamente para nada, que la formó aun para ser habitada: “Yo soy Jehová, y no hay ningún otro.)
(Revelación 21:3, 4
Con eso, oí una voz fuerte desde el trono decir: “¡Mira! La tienda de Dios está con la humanidad, y él residirá con ellos, y ellos serán sus pueblos. Y Dios mismo estará con ellos. 4 Y limpiará toda lágrima de sus ojos, y la muerte no será más, ni existirá ya más lamento ni clamor ni dolor. Las cosas anteriores han pasado”.). Entre ellos estarán los que Dios guarda en su memoria, quienes serán resucitados (Juan 5:28,No se maravillen de esto, porque viene la hora en que todos los que están en las tumbas conmemorativas oirán su voz
29 y saldrán, los que hicieron cosas buenas a una resurrección de vida, los que practicaron cosas viles a una resurrección de juicio.).

Todos los siervos fieles de Jehová, de la antigüedad y del presente, tienen la oportunidad de recibir el maravilloso don de la vida eterna (Romanos 6:23 Porque el salario que el pecado paga es muerte, pero el don que Dios da es vida eterna por Cristo Jesús nuestro Señor.). Solo unos pocos vivirán en el cielo para cumplir una misión especial, pero la gran mayoría vivirá en la Tierra convertida en un hermoso paraíso