Yo puedo permitirme atacar al Hijo porque soy ateo, mientras que tú, se supone que lo defiendas como creyente. Pero, NO. Lo denigras hasta más no poder, porque prefieres al Padre.
Reconócelo, y ya.
¡Increíble! Tú tienes derecho por ser ateo y yo no lo tengo. Tú dices lo que la Biblia no enseña y yo digo lo que la Biblia sí enseña y me censuras a mí y tú te justificas. ¡Increíble! Además, en ninguna parte de la Biblia existe ninguna orden o recomendación para el que quiera heredar la vida, haya que creer en que JESUCRISTO ES DIOS. Lo contrario es lo que existe, para vivir hay que aceptarlo como lo que dijo, era: EL HIJO DE DIOS, NO DIOS (Juan 20:31).
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