Página 1 de 4 123 ... ÚltimoÚltimo
Resultados 1 al 10 de 33

Tema: "Yo", ideas a medias que no logran asiento

  1. #1
    Registrado
    Fecha de ingreso
    15 ene, 07
    Ubicación
    Valdemaqueda. Madrid. España
    Mensajes
    3,346

    Predeterminado "Yo", ideas a medias que no logran asiento; y "yo a priori"

    A veces pasa que uno tiene una idea en la cabeza, pero no es capaz de pensarla; la idea no llega asentarse.

    El otro día, durante una conversación sobre la relación afectiva de los padres con los hijos, empecé a añadir detalles en la conversación de los que, poco a poco, me iba desentendiendo. Había pasado una tarde muy ajetreada, y estaba, francamente, agotado; era consciente de que no me hacía cargo de lo que estaba afirmando; por otro lado, mi hermana no dejaba de insistir en que contestase sus preguntas sobre la importancia de George Simmel. No era capaz de resolver la situación en la que estaba sumido.

    El discurso de Simmel es, seguramente, el que mejor ha envejecido de los discursos sociológicos clásicos; pero sólo se debe decir lo que pueda ser defendido (*); en ese preciso momento, yo no era capaz de adaptar algunas de las ideas de Simmel a la problemática de máxima individualidad de muchas de las relaciones que se mantienen en la actualidad: la expectativa de que la relación personal ocupe el mismo espacio mental que el experimentado con anterioridad a su representación, este es, el que subyace en ella sin sobrepasar la forma que hay para ella.

    Los sujetos están inmersos en una experiencia con excesivo peso en su “yo”; recae en el "yo" más peso del que puede soportar (**). Si hay gente que no piensa en su “yo”, piensa en lo que lo representa sustituyéndolo; “yo” ya no es necesario para la experiencia del “yo”; “yo” no es asunto de la psicología; “yo” está en otro nivel, se ha convertido en otro tipo de idea que reclama otro tipo de idea sí; urge un nuevo concepto del ”yo”.

    (*) Estoy exagerando. La mayor parte de lo que se dice no pertenece al ámbito reflexivo. Me refiero a que hay algunos temas que uno debe conocer bien, haberlos estudiado y meditado sobre ellos; en cierto modo, debe hablar de ellos como si uno fuese quien los hubiese concebido.

    (**) Este "yo" es una figura, un "yo abstracto" que sustituye al "yo psicológico" mediante una idea pensada para él; es, pues, un "yo distante" sin otra relación íntima consigo mismo que la esencia de la que el "yo" depende para ser sí mismo y de la que su concepto se sirve como ventaja.
    Última edición por ALBERTO RODRIGUEZ-SEDANO; 21/03/2014 a las 10:32

  2. #2
    Registrado
    Fecha de ingreso
    15 ene, 07
    Ubicación
    Valdemaqueda. Madrid. España
    Mensajes
    3,346

    Predeterminado La idea del "yo"; "yo teórico", "yo falso"

    El “yo abstracto” es un “yo mediado por una figura que representa su presencia”; se la pone en su lugar, ocupa su espacio.

    “Yo abstracto” es “yo inteligible”, “yo pensable”, “yo disponible”, "yo pensado para poder pensar en él"; es un “yo garantizado”, previsible; ocupa el lugar que hay para él en su concepto; es "yo teórico".

    Este “yo” no es genuino; es un “yo falso”, un “yo” sin correspondencia consigo mismo. Ahora bien, ¿la expectativa del “yo” ocupa el espacio del “yo”; o el espacio del “yo” es, con respecto a su expectativa, un proyecto por hacer, nunca del todo regulado?

  3. #3
    Forero avanzado
    Fecha de ingreso
    03 feb, 14
    Mensajes
    265

    Predeterminado Re: La idea del "yo"; "yo teórico", "yo falso"

    El Yo verdadero no es un concepto ni el concepto de los conceptos, es por sí mismo, es incognoscible, es lo oculto, no se presenta a la experiencia sensible, es el que siente y nota y no en cambio lo sentido y lo notado, es el que piensa y no en cambio lo pensado, en definitiva es el absoluto. Es la mente, la cual no se presenta a la experiencia sensible, yo soy la mente y soy incognoscible porque no estoy en el ello.

    El Yo verdadero, el sí mismo, el espíritu que es uno mismo, es Dios, el que soy, yo soy el que soy, y en definitiva es el espíritu absoluto de Hegel que se representa a sí mismo como religión, y es el mismo en todo y en todos, todos somos el mismo yo en diferentes cuerpos.
    Parte un leño y allí estoy yo, levanta una piedra y allí me encontrarás.

    Saludos.
    Última edición por Ramónrodríguez; 25/03/2014 a las 15:22

  4. #4
    Registrado
    Fecha de ingreso
    15 ene, 07
    Ubicación
    Valdemaqueda. Madrid. España
    Mensajes
    3,346

    Predeterminado Yo ilimitado, historia sin límite

    Cita Iniciado por Ramónrodríguez Ver mensaje
    El Yo verdadero, el sí mismo, el espíritu que es uno mismo, es Dios, el que soy, yo soy el que soy, y en definitiva es el espíritu absoluto de Hegel que se representa a sí mismo como religión, y es el mismo en todo y en todos, todos somos el mismo yo en diferentes cuerpos.
    Ramónrodríguez, imagino que cuando habla de un Yo verdadero tiene presente al "yo falso"; ese Yo verdadero debiera comprenderlo y abrazarlo. Sus momentos devenidos, sus caras, son figuras representadas por la expresión de los silogismos que llevan a él. Hay interioridad en tanto haya una exterioridad que la muestre; de lo contrario, sería una idea sin contenido, una idea sin idea.

    Un Yo absoluto no sería un "yo restringido", no sería el que piensa si no abraza lo pensado consigo.

    En todo caso, no hablamos del mismo Yo. Hablo de un “yo aparente que se va como viene"; “yo” es una fase; Yo me resulta un exceso. Ahí reside su interés histórico, la aproximación a su concepto.

    “Yo falso“ no es un “Yo especulativo”; “Yo especulativo” no es “yo aparente”. “Yo aparente” es una fase de la experiencia de la conciencia.

    Saludos
    Última edición por ALBERTO RODRIGUEZ-SEDANO; 05/05/2014 a las 14:33

  5. #5
    Forero avanzado
    Fecha de ingreso
    03 feb, 14
    Mensajes
    265

    Predeterminado Re: Yo ilimitado, historia sin límite

    Si, usted habla del esclavo de Hegel, del ego, del yo que no tiene ser por sí mismo. Del Yo pensado, el cual es una construcción de la experiencia sensible, de la memoria adquirida digamos.
    Y está sujeto al cambio y al devenir. Va cambiando con el tiempo, no es el mismo ahora que el que era hace diez años.

    Pero el Yo auténtico es el Yo inmutable, ese que siempre es el mismo a lo largo de toda la vida, desde que se nace hasta que se muere.

    El yo auténtico, ese que es uno mismo y no cambia con el tiempo, es el que piensa al yo falso, al ego.
    Si el yo auténtico no lo piensa, este yo falso desaparece, porque no tiene ser por sí mismo.

    Y como el Yo auténtico se queda sin exterioridad al no tener presente al yo falso, entonces el yo auténtico es el absoluto, Dios, sólo él es.

    Como decía Hegel:
    Es inmediato porque es el punto de partida y es indeterminado porque no hay nada en él que se pueda percibir o pensar. Por eso, siendo igual a sí mismo, no obstante, no es desigual frente a otro. Y no puede ser desigual frente a otro porque no tiene ninguna diferencia en su interior ni en su exterior que nos permita comprobar dicha desigualdad. En tanto que en el ser puro no hay nada que se pueda intuir, hablaremos de un intuir vacío; y en cuanto que en el ser puro no hay nada que se pueda pensar, hablaremos de un pensar vacío.

    O lo que usted llama una idea sin idea, pero el Yo auténtico, no es una idea, es por sí mismo.

    A su pregunta: ¿la expectativa del “yo” ocupa el espacio del “yo”; o el espacio del “yo” es, con respecto a su expectativa, un proyecto por hacer, nunca del todo regulado?

    Si la puede reformular más detalladamente le daría una repuesta. ¿la expectativa del yo verdadero o del yo falso? la expectativa del yo verdadero es tener la certeza de sí mismo. Ser él mismo, o lo que se podría llamar, el absoluto consciente de serlo, Dios consciente de serlo, así como lo era Jesús y Buda por ejemplo.


    Saludos.
    Última edición por Ramónrodríguez; 26/03/2014 a las 17:05

  6. #6
    Registrado
    Fecha de ingreso
    15 ene, 07
    Ubicación
    Valdemaqueda. Madrid. España
    Mensajes
    3,346

    Predeterminado Destino del "yo", adónde va

    Cuando hablo del “yo aparente” hablo del “yo de éste, de ese, del suyo, del mío y el de todos en general”; no es un Yo sin las ideas que llevan a él, un Yo formal sin nada adentro. No obstante, esta generalidad no es insensible a su particularidad, sino que, precisamente, mantiene con ella cierta relación; es, de hecho, su individualidad, una especie en la que se produce una experiencia genuina.

    Hegel, al respecto, se agarró a una identidad que se correspondiese con el opuesto que tenía en sí, por así decir, su “negatividad”, su otro sí mismo, una historia sin historia, o sin otra historia que la Historia genuina y real. Pero, al contrario, la importancia de su idea no está en sí, sino en la necesidad de ponerle rostro, un acontecimiento que está por venir.

    Usted dijo “absoluta” refiriéndose al refrito del Geist o Espíritu; por más interés que tenga para una antropología filosófica, es un término sin término, una medida para una idea sin idea.

    Hablo de la copresencia de una idea; se integra en la experiencia, se experimenta en cierta desventaja con ella (*). Esta desventaja es, cabalmente, la idea sin idea a la que me referí. Algunos autores se refieren a este ámbito como “experiencial”, una especie de sustancia de la que la experiencia se sirve. Prefiero la expresión “experiencia de la experiencia”, que no es una cosa misma; me parece que muestra más el problema del que se trata, que se recorren distintas capas.

    (*) La desventaja es la idea de la que la experiencia se sirve, el sitio que hay para ella; está, dicho así, por debajo de ella bordeándola, expectante y sin que, todavía, sea ocupado. Hegel lo llama "servidumbre", la figura del "siervo", o "esclavo", según la interpretación más izquierdista; su idea no es otra que la de dependencia. La filosofía hegeliana viene a quedar en una correspondencia, una síntesis episódica, una historia presuntuosa con demasiados asuntos sin encarar; en este sentido, habitualmente, no dice nada más que cadenas palabras destinadas a preparar un terreno que no llega a cultivar.

    No obstante, la desventaja no está a la misma altura fenomenológica que la servidumbre (lo que Hegel critica es la sensibilidad); la "servidumbre" es una consecuencia histórica que ésta padece tratando, desesperadamente, de invertir en acción, una inversión de términos con la expectativa interna de que los términos, finalmente, se armonicen.

    La desventaja es, pues, una aproximación a la experiencia sin realizar, para decirlo de manera hegeliana. También me he referido a ella como la "falta". Ahora bien, la reflexión de Hegel considera que la sensibilidad supone un obstáculo para la reflexión, una carga que la contamina. Sin embargo, no hay ninguna idea sin sensibilidad; si no hay una sensibilidad en el origen de la idea, se cae en una indiferencia perpétua de la que no se libra ni lo inteligible; sin sensibilidad, lo inmediato no tendría lugar. Aclaro, en todo caso, que este último detalle no se refiere tanto a lo sensible como a una de sus especies, la moral y su ámbito de copresencia.

    Para decirlo de otra manera, la desventaja se debe a que toda potencia no está en ventaja ante su experiencia actual, no pesa más; no pesa por sí, como si supusiese su propia diferencia, como si se inclinase de su lado (***); contrariamente, está en inferioridad de condiciones, las condiciones potenciales no se arremolinan sobre su objeto en sentido circular, tendiendo hacia ningún lado y siguiendo un centro sin centro; no hay indiferencia, ni "nada" real. Semejante nada sería una nada lingüística, un término inesencial, una fase momentánea, un uso limitado a la superficie que rellenan las palabras, no a lo que subyace en ellas.

    (***) Este tipo de flexiones son profundamente irreflexivas; "ir" lleva implícito un "adónde".

    Un saludo
    Última edición por ALBERTO RODRIGUEZ-SEDANO; 28/03/2014 a las 14:12

  7. #7
    Forero avanzado
    Fecha de ingreso
    03 feb, 14
    Mensajes
    265

    Predeterminado Re: Destino del "yo", adónde va

    Si, mire, a ver si nos aclaramos, porque lo más difícil de todo es entenderse, ya que cada cual entiende las cosas de manera diferente porque cada uno tiene diferentes experiencias sensibles, pero como decía Heráclito, los depiertos tienen un Logos en común y los durmientes tienen uno propio cada uno.
    Vamos a intentar ser despiertos para tener un Logos en común y entendernos de manera inmediata, directa y clara, y le mostraré ese Logos en común para que nos podamos entender.

    Hegel, decía que el espíritu es esto que soy yo mismo, y la naturaleza es eso que está ahí.
    Hegel decía que el espíritu absoluto de la naturaleza, se representa a sí mismo como religión.

    El espíritu absoluto de la naturaleza es Dios, el todo, el absoluto, y se representa a sí mismo como religión.
    También se intuye a sí mismo como arte y adquiere absoluto conocimiento de sí mismo como filosofía.

    El espíritu absoluto es el Yo auténtico, yo soy el espíritu y la naturaleza es eso que está ahí, Yo soy Dios y la naturaleza es el Logos. El Yo auténtico es Dios, el absoluto, el sí mismo. El señor, el que es por sí mismo, y se representa a sí mismo como religión.

    Es el papel en blanco de los empiristas, o sea la mente, el sí mismo, porque como decía Descartes, yo soy la mente, y no se presenta a la experiencia sensible, es la sustancia donde se dan todos los fenómenos o experiencias, toda la sensibilidad, es la mente donde se da el fenómeno mental. Y ese es el Yo auténtico, el absoluto, Dios, la mente.
    La mente es la cosa en sí kantiana, porque la mente no se presenta a la experiencia sensible, es noúmeno, cosa en sí, incognoscible, no está en el ello porque es el Yo auténtico.

    Luego viene el esclavo de Hegel, que no tiene ser en sí, el Yo pensado, que no es otra cosa que las letras escritas en ese papel en blanco que es la mente, es un yo creado, por ejemplo soy fontanero, vivo en tal calle, soy tal o cual cosa etc...., eso es lo que soy, pero no es el que soy realmente sino sólo lo que soy. Lo que he adquirido mediante la sensación, mediante la experiencia sensible y me reconozco en ello y me engaño y pienso que yo soy eso, lo que soy. Cuando en realidad, el que verdaderamente soy es el que soy, y no en cambio lo que soy.

    Lo que soy, está sujeto al cambio, al devenir, va cambiando con el tiempo, pero el que soy es inmutable, siempre el mismo.


    El yo de éste, de ese, del suyo, del mío y el de todos en general, es el mismo, es el mismo papel en blanco, el mismo plano inmanente, la misma sustancia, la misma mente, el mismo noúmeno, el mismo absoluto, el mismo espíritu, Dios, uno mismo. Ese Yo es el sí mismo inmutable que no cambia nunca desde que nacemos hasta que morimos, es siempre el mismo a lo largo de la vida independientemente de las memorias, experiencias y del cambio del cuerpo, porque cambian las memorias, me dirá que usted no es el mismo ahora que hace 10 años, de acuerdo, no es el mismo en cuestión de experiencias o cuerpo, pero el Yo auténtico es el mismo porque es inmutable, usted no desaparece para que sea otro.

    Ese Yo inmutable que es usted y que soy yo, es el mismo. Todos somos el mismo Yo en diferentes cuerpos y en cada cuerpo tenemos diferentes experiencias y nos parece que no somos el mismo.

    Ese Yo inmutable que es uno mismo, es el espíritu, como decía Hegel, yo soy el espíritu.
    Y ese espíritu inmutable que es uno mismo, es Dios, Dios es espíritu, yo soy el que soy, y es el mismo en todo y en todos, es omnipresente, es absoluto, sólo él es, no existe otro ni dentro ni fuera de él. Y porque es Dios, se representa a sí mismo como religión.

    Dios es espíritu único y mora en todo y en todos, todos los cuerpos son sus santuarios y es donde mora el espíritu. Uno mismo es Dios, como el yo inmutable que es uno mismo, y es el mismo en todo y en todos, y como decía Hegel, el espíritu absoluto se representa a sí mismo como religión.
    Y si usted lee sobre Dios o sobre el Ser, está leyendo sobre usted mismo como el Yo inmutable que es usted y que soy yo.

    Por ejemplo, puede leer sobre el Ser de Parménides, y le aseguro que si no es, no podrá leerlo, ya que sólo el que es puede leer sobre el Ser, o sea que si puede leer sobre el Ser es porque usted ES. Y en realidad es el Ser el que lee sobre sí mismo, se representa a sí mismo como religión y se describe a sí mismo en la filosofía, el Yo inmutable, el espíritu que es uno mismo.

    Parte un leño y allí estoy yo, levanta una piedra y allí me encontrarás.

    Todos somos el mismo Yo omnipresente, sólo hay un yo, y no somos conscientes de ello.
    Nada diferencia a un papel en blanco de otro papel en blanco, sólo lo que tengan escrito, o sea, la experiencia sensible.

    Todos somos ese papel en blanco, ese yo inmutable, en la diversidad.

    Si quiere ver cómo sale usted como el yo inmutable que es, representado en las religiones, me lo dice y le pondré varios textos donde se verá representado y leerá sobre usted mismo.

    Gnosce te ipsum.

    Ese es el Logos común a todos, a los despiertos, mientras que los durmientes tienen un Logos propio cada uno.

    Saludos.
    Última edición por Ramónrodríguez; 28/03/2014 a las 17:27

  8. #8
    Registrado
    Fecha de ingreso
    15 ene, 07
    Ubicación
    Valdemaqueda. Madrid. España
    Mensajes
    3,346

    Predeterminado Lógica falsa

    Hola de nuevo. Lamento decirle que no estoy de acuerdo en nada de lo que dice.

    No sigo a Hegel en nada ni me sirvo de sus ideas para otra cosa que para hablar de ellas; la historia del pensamiento no es la historia de Hegel (aun cuando él sí lo creyese); el pensamiento no es un problema de “habladurías”.

    Puede decirme lo que quiera de Hegel, sólo me interesan sus ideas criticables. En este punto la filosofía hegeliana se convierte en una broma pesada; hay que admitirla para que pueda ser criticada, su crítica debe formar parte de lo mismo. Todo “debe depender de un mismo fundamento”.

    Expresiones como “depender de un mismo fundamento” no tienen otro interés que cuestionar la idea de lo mismo desde ámbitos diferentes de sí. No tienen verdadero interés lógico, son ideas sin concepto, palabras encadenadas sin una regla para su encadenamiento; se trata de una idea inaceptable, una trampa en la que se cae al poner el lenguaje a la misma altura que la lógica; son falsos problemas en los que su falta de concepto garantiza que sea una trampa en la que, repetidamente, se cae. La auténtica diferencia no se reduce a otro, a una variedad de sí, sino a una capa sin recorrer.

    Sí mismo no sería, pues, un sí mismo como sí-mismo (*), una cosa que encuentre satisfacción en ella, una propiedad que se posea, ni un “señorío” con “servidumbre”. Insisto que no es un problema de “términos disponibles”, sino todo lo contrario; sólo es un problema genuino cuando trae consigo algo que cuente con alguna ventaja para resolver la dialéctica preferente a la que está expuesto; no es una potencia infinita en la que todo quepa.

    Esta potencia infinita tiene una figura ininteligible en la Historia de la filosofía: el “eterno retorno” nietzscheano. Muchos filósofos la han admitido sin que se hayan advertido de la esencia especulativa que hay en ella; tiene verdadero interés al poner cara a su metafísica, su vuelta a lo mismo.

    Las obras de Hegel están llenas de tomaduras de pelo como la expresión de que sí mismo sea ello; no dejan de ser juegos de palabras. La lectura de Hegel sólo tiene interés una vez que ha sido rechazada; paradójicamente, es el instante en que el término se hace positivo y trae algo consigo. Para admitir las ideas de Hegel hay que estar advertido.

    Por último, sólo quiero dejarle claro que el “yo aparente” del que hablo es un “yo de todos”; la generalidad de la que yo hablo no es Yo ni cualquier otro término que no sea un problema en sí mismo, un algo que determine la conciencia con ventaja, sino que es el límite con el que topa y en el que está en desventaja. Si es falso es porque es un episodio que está en la superficie; en algún momento, se va. Hablo de él porque no es inmediato conmigo mismo; si lo fuese, no estaría en el lenguaje.
    Última edición por ALBERTO RODRIGUEZ-SEDANO; 31/03/2014 a las 10:24

  9. #9
    Registrado
    Fecha de ingreso
    15 ene, 07
    Ubicación
    Valdemaqueda. Madrid. España
    Mensajes
    3,346

    Predeterminado Metafísica del "yo"

    Cita Iniciado por Ramónrodríguez Ver mensaje
    Cuando en realidad, el que verdaderamente soy es el que soy, y no en cambio lo que soy.
    Tengo que agradecer su idea de que “es el que es”. Ahora bien, no me diga cosas de este tipo para entendernos. Para entenderse no se necesita acudir a nadie (*). No hay ninguna filosofía de importancia en los juegos de palabras con apariencia de entendimiento.

    Una idea no trae algo consigo porque haya una relación silogística de tercer grado, una síntesis genuina y, permítame que siga siendo afectado y parezca filosóficamente cultivado, "sintética a priori"; que no haya otra historia en ella que la historia de la verdad. Pensar la sustancia, o pensar sustancialmente, que son lo mismo, consiste en profundizar el recorrido de la idea, agotar su espacio; o, dicho más finamente, traer nuevas categorías, pensar más a fondo y ampliar el espacio que hay entre el ser y la nada; dicho de manera muy sencilla, poner algo donde no lo hay.

    Cuando Hegel hacía uso del tipo de paralogismos de los que me habla, cuando pretendía hacer una filosofía especulativa, había que leer la lógica que había en ella en lugar de agarrarse a la idea que representaba; si se lee su manifestación, si la idea del pensamiento se queda en las palabras y los términos disponibles, no se piensa nada distinto de ello

    La historia de la filosofía está llena de normalidad filosófica. Hay exceso de normalidad. Pretende entenderse, ser una historia interna y, al seguirse, interiorizarse ¡Buenos estamos al pensar el espíritu como el ámbito interno!; sería una estética sin determinación sensible, una determinación que es indeterminada, una ética sin moral, un ser sin nada.

    Apruebo que se hable de Hegel por la única razón de su peso en la historia de la filosofía; no apruebo que se hable de Hegel como si lo que dijese Hegel fuese verdad porque lo dijese Hegel.

    (*) Hay que saber reírse con la filosofía. Hay más filosofía en Lichtenberg que en buena parte de la filosofía alemana. Hay ciertas filosofías con las que me río a carcajadas, como cuando leo ciertas partes de los Parerga de Schopenhauer. Reírse con Hegel es algo muy distinto; muchos de los escritos de Hegel manifiestan la insustancialidad del lenguaje y la falta de auténtica hermenéutica en la historia de la filosofía.

    Vayamos a la cosa misma que tiene gracia. El espíritu (en alemán, Geist) es la determinación viviente, lo que se podría llamar una psicología pura. No obstante, el espíritu en manos de Hegel se ha hecho una idea sin idea, una idea sin determinar. Hablando de lógica y metafísica, las categorías negativas no tienen existencia inmediata. Brentano, que era mucho mejor filósofo que Hegel, no alargaba los libros si no tenía algo importante que decir y conocía mejor que él los auténticos problemas filosóficos, lo llamaba “inexistencia intencional”, una aproximación máxima a la cosa que no llega a tocarla. Así pues, para pensar lo pensable hay que empezar por hacer un sitio para la idea, tener algo que pensar, un qué; no vale de nada hablar de objetos del pensamiento sobre los que se pone toda la carga si no tienen en ellos mismos la raíz de la que crecen; se quedarían en palabrería. La auténtica filosofía, la que crea términos para la reflexión, lo primitivo de la filosofía y su caldo de cultivo, supera el uso de las palabras; una verdadera metafísica entiende que el lenguaje sólo da satisfacción a la representación, no a la cosa misma.
    Última edición por ALBERTO RODRIGUEZ-SEDANO; 05/05/2014 a las 14:34

  10. #10
    Forero avanzado
    Fecha de ingreso
    03 feb, 14
    Mensajes
    265

    Predeterminado Re: Metafísica del "yo"

    El espíritu es el sí mismo. El que es. El que soy. El Ser de la filosofía, el Soy. Yo. Yo soy el espíritu como decía Hegel. Yo soy el Ser del que habla la filosofía y el Dios del que hablan las religiones.

    Le realizaré varias preguntas.

    1- ¿Quien es el que piensa y siente?
    2-¿Quien crea los conceptos?
    3-¿usted es un concepto? y en caso de que así fuese ¿quien le ha creado como concepto?
    4-¿quien es el quien?
    5-¿quien es el que hace un sitio para la idea?
    6-¿quien es el que tiene algo que pensar, un qué?
    7-¿quien es la cosa misma, la cosa en sí, que no se presenta a la experiencia sensible porque no está en el ello?
    8-¿quien es el que piensa en el sí mismo?
    9- ¿quien crea el concepto de plano inmanente el cual no es un concepto ni el concepto de los conceptos?
    10-¿los conceptos pululan por ahí sin sujeto que los cree? ¿quien los piensa y los crea y quien siente la experiencia sensible?

    Le daré una respuesta: El que Es, el verdadero sujeto, el Yo, el que soy, el Ser, el verdadero plano inmanente. El viviente.


    Usted se encuentra con un vacío, no encuentra una Verdad de donde partir o asentarse, no encuentra su sí mismo, la única Verdad de la cual podemos estar seguros y que Descartes nos dijo, la de Soy.

    Si no parte de ahí, pues dará vueltas en círculo buscado una verdad donde asentarse y sin hallarla, y si niega la única Verdad , la de Soy, entonces cae en contradicción, porque si usted no es ¿cómo va a poder negar algo?

    La mente NO es fenómeno mental. Descartes decía Yo soy la mente.

    Y es en mí donde se crea el fenómeno mental, y soy yo, el creador de los conceptos y el que piensa y el que siente y nota. Es en mí donde subsiste el Logos.

    Tiene que traspasar el velo de Isis, dejar de ser objeto para ser sujeto, dejar de ser esclavo para ser el señor. Porque es el señor el que tiene ser en sí, mientras que el esclavo no tiene ser en sí, es creación del señor, y si el señor no lo piensa, el esclavo desaparece.

    En su caso, el señor se está identificando con el esclavo, y piensa el señor que él es el esclavo.

    Usted piensa que es, lo que piensa que es, y no se da cuenta que usted no es el pensamiento, sino el que piensa. Que usted no es el esclavo sino el señor.

    ¿O usted es un juego de palabras? ¿un pensamiento de nadie? ¿un pensamiento que pulula por ahí? ¿un pensamiento no pensado por nadie? Si hay pensamiento, hay cosa que piensa. Si hay fenómeno mental, hay mente. Si hay sensación, hay el que siente y nota. Si hay ello, hay YO.

    Fijad vuestra mirada en el Viviente mientras estáis vivos, no sea que luego muráis e intentéis contemplarlo y no podáis

    Saludos.
    Última edición por Ramónrodríguez; 30/03/2014 a las 17:43

Página 1 de 4 123 ... ÚltimoÚltimo

Temas similares

  1. """Mujeres cabalgando en el viento""""...Novela por Caracolamarina
    Por Caracolamarina en el foro Café Literario
    Respuestas: 719
    Último mensaje: 21/04/2019, 05:40
  2. Es preferible que seas un ateo genuino y no un creyente "a medias"
    Por Mary_M en el foro Religión y Teología
    Respuestas: 21
    Último mensaje: 08/01/2014, 11:08
  3. Respuestas: 164
    Último mensaje: 13/12/2013, 07:21
  4. "Venida" o "Presencia" de Jesús. Análisis de "parousía"
    Por REVELADOR en el foro Religión y Teología
    Respuestas: 4
    Último mensaje: 02/09/2013, 13:41
  5. "¿Se requiere "conocimiento bíblico" para "conocer" a Dios?"
    Por personaltconviene en el foro Religión y Teología
    Respuestas: 52
    Último mensaje: 23/07/2011, 11:25

Permisos de publicación

  • No puedes crear nuevos temas
  • No puedes responder temas
  • No puedes subir archivos adjuntos
  • No puedes editar tus mensajes
  •