Carta de amor a emily

**tutifruti** · 09/07/2014, 11:38

Bueno, ya hemos llegado a un final.
Tiene su encanto eso de dejar al lector unas imágenes, ya que cada cual las puede usar a su gusto. Esta novela no debía terminar como dices con un colorin colorado. Está basada en argumentos muy reales. Un triángulo perfecto. Y para nada clásico. No han habido discusiones. Han hablado como personas educadas. Y finalmente dan ganas de acudir a Salamanca, porque la describes con mucho amor. Seguro que allí encuentra paz entre tanto recuerdos.
Un abarzo, y como dices A OTRA COSA MARIPOSA....

**Eburnea** · 09/07/2014, 12:46

Hay claves: Fíjate que Alfonso dice que su brecha está cerrada, que han caído los muros. Las dos mujeres saben perfectamente lo que quieren, ninguna es un trofeo. Incluso Laura ha superado el fuerte espejismo tan halagador que es saberse "lo más de lo más" con la historia que ha tenido. Explico que las dos mujeres "SABEN" y ninguna se dejará llevar por cantos de sirena. Alfonso estuvo, no está en Altea y tiene que tener muy en cuenta algunas palabras clave, cual son las de la carta de Emily que lleva consigo y conversaciones con Lucía y lo que haya hablado en Altea, no sabemos cuánto tiempo, más su experiencia amorosa tan nueva ahora en esta edad. Todo cuenta.

Y Salamanca.... me parece una buena metáfora en este triángulo. Intermedia entre el "Cantábrico" y el "Mediterráneo", clave en el primer viaje, que se une con el último porque el tratamiento del tiempo es circular ( Imprescindible para él). Ciudad también donde un día el "AYER" se convirtió en "HOY" (me gusta la idea que subyace en la frase de Fray Luis de León) y tras lo que ya sabe el único que todavía no tenía clara su vida, posible lugar e instante donde brillará la verdadera LUZ. ¿Cuál es?.... Ellas ya lo saben. Alfonso, con lo que ha conversado con ellas está apunto de saberlo y nosotros... !Ay nosotros!. Depende de tantas cosas el final que consideremos más adecuado... Yo sé cuál es el mío, pero no lo impondré. Cada cual decida el suyo y estará bien decidido, ya lo creo. Es más, os invito a todos los lectores a que deis el final que a vuestro criterio creéis que debería tener la novela: Vuestro final. Será muy, pero que muy interesante. !Animo!. Mojémonos un poco.

Gracias por seguirme siempre Tutifruti y por entender lo que proponía. No lo olvidaré. Un beso

**tutifruti** · 09/07/2014, 13:04

---Uuuuuyyyy, pides que nos mojemos, yo me tiro a la piscina pero con flotador, por si acaso, no me gustan las sorpresas demasiado fuertes.
¿Te dice algo que lleve muchos años casada, tres de novios y tres de amigos?
Creo que me he mojado por completo. Seguro que Alfonso en Salamanca sopesará mucho los pros y los contras. Yo creo que una vez saciado el anhelo de volver a encontrarse con Emily, piense en su matrimonio.
Pero eso ya queda al gusto de cada cual
Abrazos....

**Eburnea** · 09/07/2014, 13:21

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**tutifruti** · 09/07/2014, 13:32

Ja, ja, tú loca y yo FRIKI... ¡Vamos bien! Y claro que nos veremos siento intriga por saber de alguien más opinando.

**Eburnea** · 10/07/2014, 13:47

22 B -

CUE (LLANES – ASTURIAS) UN DIA DE JULIO / 2014
(DEDICADO A TUTUFRUTI)

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CUADERNO DE LUCÍA SANTOÑA: CONFIDENCIAS

Ayer llegó Alfonso. No nos veíamos desde finales de Abril, desde el momento en que determinamos guardar muy juntas nuestras alianzas de casados. Fue un gesto de amor, más emotivo, quizá, que ponérselas, porque éramos muy conscientes, más que entonces, de lo que significaba el gesto. Sabíamos dos cosas: Una que él no había superado bien su adolescencia, y no sólo porque una chica lo impactara inmensamente y quedara en el aire un encuentro, convertido 46 años en obsesión. Había más: No había superado el rechazo poco disimulado de su madre y de su hermana por no seguir el sagrado negocio familiar. ¡Ah!, Era un traidor a su padre y merecía ser lanzado a las tinieblas de la noche, condenado al ostracismo. Carente de nido me encontró a mí, que si algo he tenido ha sido cobijo. No tuve madre, pero mi padre, mi abuelo, Chiqui, hicieron de nuestra casa un verdadero hogar, donde jamás entró el invierno exterior, donde siempre tuve refugio. Ahora, incluso en su ausencia, lo tengo, porque lo que está agarrado con fuertes raíces perdura en el interior.

Lo hablamos aquel día: Alfonso se enamoró de mí, pero tendente a fantasear inconscientemente, se enamoró también del hogar, de mi hogar. Yo representaba el calor del nido. Y así ha sido siempre. Laura, a quien dio en llamar Emily, representaba la ilusión del primer amor, segado en el momento de nacer. Pero aquí no había solución, excepto encontrarla. Difícil papeleta la suya, comentamos aquel día; el cobijo del hogar anhelado en un lugar y el amor apasionado de los 18 años en otro. En tanto yo me hacía, y le hacía, una pregunta trascendental: ¿Exactamente, despojado de todo ese halo reconfortante y quedando sólo yo, Lucía, ¿me habría amado igual?. ¿Colmaba yo sus expectativas como mujer, obviando todas mis circunstancias?. Bajo ningún concepto aceptaba ser el reposo del guerrero y el recurso, la solución para una confortable vida, aunque fuera mutua. ─Tú y yo, sin más ─ le dije, al margen y por encima de todo. Ese es mi deseo, ese es mi camino. Como cierto te diré que siempre tendrás apoyo y cobijo en mí, que nunca te fallaré, porque siempre seré tu amiga. Pero tu pareja… eso es otra cosa.

Él estuvo de acuerdo: Aún no sabía bien, aún deseaba conocer, hablar y saber quién sería tras estar con Laura. Ella había llegado primero, le dije, y no terminasteis, no te desilusionó, sencillamente el destino os separó. Para estar conmigo no debe haber sombras intermedias y tú tienes todo el derecho del mundo a saber si aquel camino, que de repente fue vía muerta, tiene o no continuación. Si la tiene, si es tu camino ,¿qué importa que hayan pasado 46 años?. Ve. Hoy recomenzamos. Y no le dije nada de su familia biológica porque eso lo tenía que descubrir él.

Ayer llegó. Tiene buen aspecto. El tiempo que ha pasado en Altea le ha venido bien, está bronceado y tranquilo. No me lo ha contado todo, ni tiene el porqué; cada cual es dueño de su templo de intimidad y yo lo respeto infinitamente. Él también; tenemos de hecho más cosas en común de las que nos imaginamos. Ha cursado su asignatura de adolescente y ella también. Laura es una mujer muy madura, ha sufrido mucho. Ella tuvo madre, pero no tuvo hogar; nunca las cosas son como a primera vista parecen. Nadie le hizo la vida fácil y ella finalmente anhela tiempo para sí misma. Claro que fue precioso el encuentro de 1967, pero estamos en 2014 y su gran problema no es encontrar a Alfonso, sino encontrarse a sí misma, aunque la historia que él le ha contado sea enormemente halagadora. Le dijo esta frase ya por carta y Alfonso la meditó despacio: “ Tu y yo fuimos cumbre, excelsa cumbre, ya te lo he dicho, y tocamos el cielo con los dedos; pocos pueden decir lo mismo. Pero con Lucía y la familia que tienes, has creado cobijo en la meseta. Si una metáfora es bella, la otra no es desdeñable. En ambos metafóricos lugares pienso, ahora que tengo casi todo el tiempo del mundo”.

Hablaron de esto, estuvieron juntos, reflexionaron juntos. Y hay una conclusión cierta: Aquel fue un gran encuentro; siempre, siempre serán unos amigos sin igual. Son muy afortunados en eso.

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Alfonso se marchó en un viaje en tren, como aquel, a Salamanca. Ya no era “estación términi”, sino estación de una ciudad, convertida en símbolo. Allí tranquilamente, ya con todo el saber, con todos los datos decidiría su vida. Antes pasó por Madrid y tuvo una seria conversación con su hermana. No importa que ella no lo haya comprendido bien, porque él sí que se ha comprendido a sí mismo y sabe que fue valiente al decidir su camino de médico, que no traicionó a nadie y que en ese momento en que su hermana lo estaba mirando por encima del hombreo, él se despojaba, ya para siempre del chantaje emocional. No se lo pidió; sencillamente fue a la estantería y cogió el libro de letras doradas “ CUMBRES BORRASCOSAS” de Emily Brontë. Era su derecho, un emblema, su ilusión. Ya es suyo. Fue suyo siempre.

Con el libro en la mano, como único equipaje, ha llamado al timbre. No ha sido necesario que nos dijéramos nada. Nos hemos dado un abrazo largo, muy largo. El libro sobre la mesa ha sido testigo de nuestro reencuentro. Tras el abrazo, Alfonso me ha dicho:

─ Lucía: ya no tengo 18 años.

Yo, mirando sus ojos azulones, le he contestado:

─ Aún falta un último viaje de comienzo: Los lagos de Covadonga. Podemos llevarnos una tienda de campaña y situarnos junto al lago Enol; hace años que nos espera.

─ De acuerdo, pero promete que no tendremos prisa en volver.

─Prometido.

Lo que vino después no lo cuento en este cuaderno. Hay cosas que no se escriben. Quizá en el corazón. Pero el mío no cabe en estas páginas.

OTRO FINAL DE LA NOVELA: la vida.... !Cuántas opciones, cuántas facetas!.

UN ABRAZO

Ebúrnea

**tutifruti** · 10/07/2014, 14:48

En primer lugar gracias por la dedicatoria.
Este ha sido un capítulo, lleno de serenidad, supongo que ya lo has hecho con esta intención.
Alfonso por fin se puede quitar esa espina que lleva clavada tantos años.
Has descrito a conciencia a las dos protagonistas. Ambas son unas verdaderas SEÑORAS. No me cabe duda que debido a la enseñanza recibida de niñas. Eso es algo que ya queda para siempre.
Imagino que aunque hubiera tenido otro final, ellas dos nunca habrían dejado de comportarse, de esta manera porque lo llevan muy dentro de sí.
Y tienes razón, la vida nos ofrece muchas opciones, lo bueno es saber elegir la más conveniente.
Un abrazo.

**Eburnea** · 10/07/2014, 15:47

Este capítulo lo escribí anoche expresamente para ti. Si me hubieras pedido otro, te habría escrito otro. Te lo mereces. Eso y más.

Gracias, Tutifruti

Ebúrnea

**Eburnea** · 10/07/2014, 20:44

STA. POLA (ALICANTE) / 10 / JULIO / 2014

Banearon a once.

Banearon a Ana Laura por su novela.

Yo no creo que la mía valga más que la suya, por eso la borré.

Mi eterno agradecimiento a las más de 9000 visitas que recibió Lucía, Alfonso y Laura

De parte de

Margarita ( Ebúrnea)