Ya aviso que mis escritos nunca serán una opción a debatir, los foreros/as que estén interesados/as en esta opción, es preferible que se abstengan de leerme. Lo mío serán casi siempre cosas sucedidas en la vida real, de lo que me rodea, o de mí misma - eso siempre quedará como una incógnita -mi instinto es observar y luego narrar (lo mejor que sepa). Confío en no defraudar demasiado.
Tiempo atrás participe alguna vez en el apartado de CUENTOS EROTICOS, creo que se llamaba, y he visto que ya no existe.
Y ahora intentaré recordar cómo lo hacía para postear.
EL RECUENTO
Ya era una rutina diaria, nos reuníamos tres madres para ir a re***** a los niños a la escuela, hoy le han puesto otro nombre, “Guardería o Parvulario” Empezaban a ir desde muy pequeños
Nuestros hijos tenían entre seis y tres años, salían del centro a medida que eranllamados por su nombre, por la profesora de turno, y en la puerta estábamos lasmadres esperando para re*****los.
Entre las tres madres sumábamos nueve niños, que salían en tropel, gritando, jugandoe incluso peleándose entre ellos, por querer ser los primeros en llegar adarnos un beso. Todo esto formaba parte como si de un ritual se tratara. Para calmarlos un poco, ya teníamos decidido llevarlos al parque cercano, donde había columpios de todo tipo, y ruedas para montarse y que ellos mismos lashacían girar dándose impulso con los pies. Se lo pasaban divertido, y sobre todo se cansaban que era lo que pretendíamos, y que cayeran rendidos a la horade acostarse
Las mamás nos quedábamos en un banco vigilándoles para que no hicieran demasiadas barbaridades. Allí les estaba permitido gritar y alborotar todo cuantoquisieran, y ellos lo aprovechaban al máximo, sabiendo que en cuanto pusieranlos pies dentro de casa, todo aquello se acabaría.
Terminó aquel momento de juego sin restricciones de ningún tipo, y los llamamos,teníamos que cruzar una calle hasta llegar a nuestros respectivos portales, que no distaban más que unos pocosmetros entre sí. Todas en cuanto cruzáramos el dintel del hogar sabíamos quenos esperaba el trabajo rutinario del día a día. El baño, ponerles el pijama yla cena. Después llegaba nuestro merecido descanso.
Cuando llegamos al primer portal, donde se despedía la primera de nosotras, nos dimoscuenta que faltaba un niño. Retrocedimos hasta el parque en su busca, y cuál no sería nuestro asombro al ver que allí no quedaba ninguno. Nos miramos alarmadas.
¿Dónde lo habíamos perdido?
Atoda prisa regresamos a la “Guardería
Allí en las escaleras, de la entrada estaba el pequeño lloroso, y a su lado lacuidadora, que al vernos le cambió el rostro. De preocupación pasó a una alegría verdadera.
Todas las mamás, dejamos escapar un suspiro de alivio.
¿Cómose nos pudo olvidar re*****lo?
Muy sencillo, cuando los llamaron por sus nombres, el crío se despistó y no saliójunto con sus hermanos y amigos. Se quedó dentro de la clase, hasta que elrecinto se quedó vacío. Fue entonces cuando le entró el pánico
La cuidadora también se quedó sorprendida al ver que no podía cerrar la escuela,porque allí quedaba un retoño sin re*****
En aquel tiempo no había teléfonos móviles. Llamaron al domicilio del “abandonado”pero estaba vacío, puesto que todas estábamos en el parque.
Por suerte todo quedó en un susto
Pero desde entonces, yo particularmente los he ido numerando, y mentalmente pasolista uno por uno para saber si están todos presentes.
Incluso estando en casa,repaso numéricamente si los veo a todos
Se me ha quedado como una regla a cumplir
Febrero2014
--- Mensaje agregado ---
He tenido un montón de problemas para postearlo, y no ha quedado bien.
Intentaré en el próximo hacerlo de otra manera.
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