Sobrepoblación de gays
Entré al bar después de un recorrido por este bello pueblo de la costa. El barman sirvió mi bebida y como es la costumbre, inició su interrogatorio:
-¿Qué lo trae por aquí?
-Turismo, por supuesto...-Contesté cortante.
-¿Y qué le ha parecido este lugar? -Inquirió.
-En resumen, hermosos paisajes, buena comida y gente amable. -Respondí con más cortesía y agregué:
-Me llama la atención algo y disculpe mi curiosidad. Le aclaro primero que no soy homofóbico, pero he observado que siendo aquí tan pequeño, apenas un caserío, verá usted, este...bueno, he visto demasiados gays en las calles y no son turístas. ¿Hay alguna razón que pueda explicarlo?
-¡Claro que sí señor! Y de hecho yo he tenido mucho que ver para ello...
-No entiendo...¿Por qué usted?
-Le explicaré. Creo que estará de acuerdo en que los gays son los mejores meseros. ¿Verdad?
-Sin duda. Son los mejores...
-Pues bien. Hace algunos años cursé un telegrama a mi primo que vive en la capital, en esto términos: "Envíame 1 o 2 gays para trabajar aquí como meseros". El empleado de Telégrafos cambió la o minúscula por una mayúscula y mi primo leyó "1 O 2", eso creo, porque me respondió en unos días con otro telegrama: "Te envío dos autobuses con 50 gays cada uno. Los 2 que faltan luego te los remito". Por supuesto, solo pude ocupar a 2 y los demás se diseminaron por el pueblo y se integraron aquí.
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