El emperador Ming creía que los puestos oficiales no deberían ser utilizados como favores concedidos a familiares o amigos, u otorgados en base a gustos personales

Por Cindy Chan - La Gran Época
Mar, 12 Nov 2013 10:59 +0000

Según los historiadores, los funcionarios del gobierno fueron conocidos por ser muy competentes durante el reinado del emperador Ming de la dinastía Han del Este (25 - 220), lo que permitió a la gente vivir y trabajar en paz y satisfecha.

La razón tiene que ver con la gran importancia que el emperador Ming daba al nombramiento de individuos a puestos oficiales basado en la virtud, el mérito y la capacidad.

El proverbio chino 愛惜郎官 (ài xī láng guān), que significa literalmente valorar "lang guan" (郎官), un cargo oficial en el gobierno central durante la dinastía Han, ejemplifica el razonamiento del emperador y el enfoque en los nombramientos oficiales.

Según cuentan los registros históricos, un día la hermana mayor del emperador Ming solicitó que le concediera a su hijo una posición lang guan. El emperador no estuvo de acuerdo, pero debido a la posición de su hermana como princesa, dudó en negarle directamente su petición. Por lo tanto, en su lugar le otorgó a su sobrino 10 millones de monedas.

El emperador Ming explicó más tarde a sus ministros: "La estrella Lang (郎星, láng xīng) en el cielo tiene el mismo nombre que lang guan. Por lo tanto, los dos tienen una relación de correspondencia, lo que explica la seria importancia de esta posición".

"Una vez en el cargo, el funcionario se enfrentará a una gran responsabilidad. Si cometemos un error en el nombramiento, sería desastroso para el pueblo".

Y agregó: "No sé si el hijo de la princesa es un hombre virtuoso, así que no puedo casualmente concederle un puesto oficial".

El emperador entendía profundamente la tradición de que las posiciones oficiales y títulos fueron creados con el fin de gobernar el país en beneficio del pueblo. Por lo tanto, sólo se le deben dar a aquellos que capaces y bien calificados, y que tengan un alto nivel moral.

El emperador Ming creía que los puestos oficiales no deberían ser utilizados como favores concedidos indiscriminadamente a familiares o amigos, o como nombramiento otorgado o negado en base a gustos o disgustos personales.

Fue el único emperador durante el periodo Han que consistentemente cumplió la ley con imparcialidad y nunca cedió a la influencia de sus esposas o de la familia de su madre.