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Tema: Se le tiene miedo

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    Predeterminado Se le tiene miedo

    Se le tiene miedo, al pueblo hablando y discutiendo las ideas, armado con las propiedades del lenguaje y las contradicciones de la convivencia, creando y desarrollando, destruyendo y proponiendo soluciones, innovaciones productivas e ideológicas, instrumentales y tecnológicas, desde el pueblo a partir de su garganta. A partir de la palabra y el lenguaje.

    A esto se le tiene miedo, a un pueblo armado con el manejo del sentido y la libertada productiva de la palabra. Causa escalofrió solo pensarlo, y más aun a los consagrados dirigentes tanto de derecha o de izquierda.

    Ya que un pueblo pensante , dialogante es un pueblo activo y participativo, que actúa en el mundo, a través del mundo, por medio de su cuerpo, de sus brazos de sus ideas, de sus heridas , de sus muertos, de su trabajo despreciado , robado, de su drama y pensamiento, proponiendo mundo sobre el mundo, sin falsos intermediarios, sin pastores ni sacerdotes, ni científicos, ni políticos, ni caudillos y coroneles, tecnócratas padre santos, maestros supremos, semidioses petrificados en testamos monumentos de bronce y piedra.

    En y por medio de sagrados manuscritos, monumentos de tinta y papel, etc.,

    Un pueblo que se apropie del poder de la palabra, de ese poder mediático por el que se lo ha reducido, esclavizado, maniatado y explotado por siglos, es lo peligroso, es lo más subversivo que pueda existir.

    Ya que un pueblo armado del dialogo, la palabra y el pensamiento, deja de prescindir de pastores e iluminados que lo dirijan, o iluminen, lo guíen, lo roben, lo utilicen.

    Por eso, no se promueve la discusión, no se enseña el papel político del manejo del lenguaje, de la palabra, en la construcción de una ideología por la defensa del agua de los ríos, de la información sagrada, esa sí, que corre por las venas, estalla por lo orgasmos, en la construcción solidaria de la comunidad.

    Precisamos armarnos de la palabra, los instrumentos de devastación y dramáticos genocidios, sostenidos y esgrimido por todos aquellos traidores al maíz maduro y la grandiosidad de la tierra, que sistemáticamente siguen atentado contra la vida.

    Necesitamos hacernos del instrumento esencial de los traidores, para construir, cura, sanar de nuestras heridas, para amar, fundar, fortalecer nuestras relaciones, fragmentadas por el odio y la violencia de la ceguera genocida, de todos aquellos que no creen en la vida.

    Ya que nos es esencial y vital para todo. Necesitamos recuperar el habla, la voz, el ejercicio político solidario de dirigirnos hacia la vida del otro, del mundo como seres vivos íntegros que recuperan la lengua, la palabra en todo para todo.

    Hasta cuando me miro en el espejo, me tengo que manejar con una idea, una construcción mental, virtual, ideológica, mediable y representables en un lenguaje, al tomarme a mis mismo, como un alguien, tengo que interpretarme, interpelarme, manejarme y reconocerme, en función de esa y por esa idea, que sostengo y represento, transfiero a los demás por un habla, un lenguaje colectivo.

    Que es el que nos han robado, nos han suplantado por otro, nos han impuesto un habla, un lenguaje, que no se reconoce en la vida, que desprecia la vida, que rompe nuestros huesos, envenena nuestra mirada, nuestro sentir, nuestra voz, nuestro aliento, nuestro futuro , nuestro sueño.

    Tengo que tomar la palabra para volverme contra la palabra, las ideas y los conceptos, que asumo y empleo como espacio de interpretación propio, para transformar esa construcción, que auspicio y represento con mi sangre, para destruir o desplazar esa idea representativa ajena y colonizarte, que he asumido por obligación, que me la han impuestos los traidores, para manejarme y reconocerme como uno más de sus esclavos.

    Tengo que luchar contra la identidad, el nombre, la persona, la forma social y productiva, que me ha sido dada por medio de la palabra, de la idea de persona, de la que tristemente me valgo, de la que me tomo, y me siento, a partir de la que me veo, me vivo, ya que estas son construcciones políticas, mentales, sociales y culturales, creadas para los derrotados, los vencidos de ahora y de siempre, por todas las formas de discurso, imperiales y sacerdotales, colonialistas y capitalistas, como imperialistas.

    Y aun partiendo de esta idea, de esta reducción y limitación social cultural política a la que nos han confinado, reducido, con la idea de persona, en mi angustiada reflexión, aun partiendo de ella y rompiendo con ella, ya que no creo, no me creo ni siento limitado, atado a esta mi supuesta y dada identidad personal, manejada y empleada en el mercado. Como mi austera propiedad privada, para tristemente relacionarme por el manejo mental del valor de una economía, una política, fundada en la representación de la violencia, la masacre, la depreciación, la reducción y traducción, transformación de lo vivo a mera mercadería.

    He dejado de reconocerme en lo social y cultural, intento abandonar lo social y cultural, en cuanto a todo lo simbólico comercial, para asumirme y reconocerme en lo vivo, y paradójicamente este recorrido, esta desconstrucción de mi identidad, este salirme del concepto de persona, que me ha sido y que me es dado, impuesto por los interésese meramente económicos de la violencia de los traidores y descreídos de la vida.

    Y esta guerra la tengo que hacer, y establecer por medio de esta desconstrucción, por medio de un lenguaje, que intentare construir, conjugar, conjurar a un otro, que se funde en el respeto, en la ponderación de la gramática de la vida, precisamente en lo contrario, y no en la de la sociedad, la cultura, que todo lo traduce y lo reduce a sus conceptos, que se funda en la destrucción, la dominación y explotación de la vida.

    Hay que tener mucho cuidado cuando se habla de sociedad y cultura, y de cultura más cultura, como un bien en sí mismo sin fisuras, sin una reflexión crítica, nosotros, en nuestra depreciación, tragedia y derrota, somos productos, como víctimas de una sociedad y una cultura, fundada en la violencia.

    En el dominio y la explotación, en la reducción y limitación de todo lo vivo a sus objetivos privativos, en la depredación y depreciación de la vida, de la tierra, como de todos los recurso del planeta, a partir de nuestras vidas y huesos, sometidos, subordinados, ligados y sujetados a una cultura que nos encadena y condena, por las atribuciones, los derechos, los dones y los nombres que nos da e impone.

    El arco y las flechas, sobre el que mejoramos nuestras condiciones de vida sobre la tierra, y que posteriormente se empleo contra la vida y el sometimiento, contra la explotación y esclavitud de otros, a partir de doblegarlos y someterlos por la violencia sistematizada contra su mundo y vidas, también son productos de la cultura, funda en el desarrollo de los instrumentos y las herramientas, y sobre todo, en el uso y desarrollo de la fuerza y la violencia, por medio de ellas, de las tecnologías, contra la vida, contra nosotros mismos.

    La cultura del respeto, la civilización del respeto, de la comprensión y admiración de y por la vida, no existe aun, aun no a nacido.

    Tengo que abolir ese veneno representativo que me degrada por dentro que me vacía de sentido y significado, para abandonar la realidad impuesta, sostenida , mantenida por los traidores, la realidad inventada, creada, ideo imaginada y representada por la palabra.

    Sin perderme en mis relaciones con la vida, por esto necesito recuperar el papel político de la palabra, una otra palabra, una palabra para establecer el espacio y el tiempo reciproco del dialogo, para el rencuentro con el lenguaje de la vida.

    Ya que la vida, se sustenta y auto organiza por medio de un discurso, una narrativa vital, que constantemente es traducida a nuestro ser, a nuestros huesos, ideas y pensamientos, emociones y reflexiones, cuando la tomamos, y la asumimos por la boca, entre los dientes, para que sea parte con sus sentidos y encantos, con sus significados y motivos, de nuestros latidos y brazos.

    Somos hablados por la vida, por eso tenemos y contamos con la realidad de su discurso, pero; paradójicamente, nos separamos de la vida, nos distanciamos apartamos de ella, mentalmente, como un niño se aparta distancia mentalmente del mundo real, trasladándose con su mente e imaginación, a un mundo imaginario.

    Y nosotros no menos que niños en nuestros orígenes, nos traducimos y apartamos de lo real, por esta capacidad mental, y lo hacemos a y por medio de otro discurso, otra gramática, un producto mental que permite la construcción y el mantenimiento del distanciamiento mental del mundo el espacio y el tiempo de lo real, por la que nos auto construimos y auto representamos, auto organizamos como especie, en otro espacio y mundo.

    Totalmente muy otro, ajeno y distante al real, en tanto que jugamos y teatralizamos, construimos nuestra invención mental sobre lo real, a partir de la alteración y transformación, de lo que yo llamo la traducción de lo real, al mundo y la realidad del espacio y el tiempo, de lo temporal, de lo virtual- mental.

    Construimos nuestros mundos imaginarios, al margen de la vida y la muerte. De aquí el tremendo y extraordinario valor “supuesto” de nuestro lenguaje, (como verbo sagrado) pilar y ladrillo fundamental, mental, de toda forma de construcción, desarrollo y proyección mental, del juego, las construcciones que la humanidad juega y representa, crea y produce como la realidad y experiencia mental de su mundo.

    De aquí el valor de la palabra como fundamento del origen de toda forma de civilización, construcción, organización social cultural, mental, como un potente cristalizador, catalizador, forma de traducción de la acción del discurso productivo del lenguaje de la vida, a la acción productiva del lenguaje humano social cultural, hoy en crisis.

    Traducción al más que potente y terrorífico discursos de los discurso dominantes, del despiadado juego productivo y reproductivo de todas nuestras formas y modelos de organización y dominio, como de sometimiento y explotación de la realidad, fundados en la violencia, con que se caracteriza, cristalizan y materializan en su desarrollo dinámico, las formas y los distintos modelos de nuestras construcciones sociales culturales.

    Como construcciones ideo imaginarias de la mente humana, edificadas por el lenguaje, las distintas lenguas que se ponen en juego, por la conquista, el dominio y el sometimiento del mundo real.

  2. #2
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    Predeterminado Re: Se le tiene miedo

    Para darse y sostenerse tal fenómeno, se tiene que traducir la acción productiva de la vida a la acción productiva constructiva de los lenguajes sociales culturales humanos, esta traducción de la acción, de un lenguaje a otro lenguaje, es mediatizada por lo mental, la existencia y el medio de un campo mental.


    Exitosa metodología con que se expresa nuestro mundo imaginario mental, traduciendo por la fuerza y la violencia, la fuerza y el poder de la vida, de lo vivo, a su jerga, a su gramática, a su violencia, a los dominios políticos, jurídicos, jerárquicos y militares, como constitutivo de su prosa.


    No en vano, nuestros principales mitos de origen se afirman en el poder-saber del verbo, en el principio y manejo político social cultural del verbo, ya que por este, se traduce y reduce, convierte y transforma, la vida en su ocurrir, a los objeto y objetivos de su acción, a partir del despreciado lenguaje viviente.


    Que es convertido transformado al increíble lenguaje civilizatorio, con que se expresa y difunde el miedo, el terror, la violencia, que desprecia e invierte, emplea a la vida, hacia y contra la propia vida.


    Contra la propia vida, como represión y negación de su ser, poder y fuerza, por nuestra razón, poder y fuerza, simbólica y mental, constitutiva y organizativa de todas nuestras formas de negación y rechazo como de desconsideración y depreciación de su mundo y realidad.


    Nuestros problemas se dan con la lengua, el lenguaje, el manejo político y responsable de la palabra, la palabra como el instrumento y el medio, como el elemento mediador, entre dos mundos y universo, entre el lenguaje el mundo universo de la vida , y el de nuestra mente o estados cognitivos mentales sociales culturales, colectivos o comunitarios.


    Nuestra mente (humanización) concibe su creación, la estructuración mental psíquica de sus grupos e individuos, por medio de esta habla, este lenguaje, fundado y desarrollo en el dominio y la explotación, en el control y el sometimiento del cuerpo vivo, primer objeto del dominio y el sometimiento mental.


    El hombre empieza a actuar e imponerse encontrar de este otro discurso, en contra de esta compleja organización manifestada por lo vivo, en función del control y el sometimiento, la auto explotación disciplinada que alcanza a adquirir manejar, y desarrollar como sostener en y sobre su propio cuerpo.


    Por medio del sometimiento de su propio cuerpo logra mentalmente el sometimiento metal- virtual- real, de otros cuerpos vivos, y a partir de esto, logra progresar, en tal desarrollo, sobre el dominio de las fuerza constitutiva de la reproducción de la vida, alcanzando el control y el sometimiento, y la explotación total-parcial del mundo.


    Nuestras civilizaciones, productos del hacer de nuestras mentes, se diferencian y distancian antagónicamente de este universo, en la misma media que se sirven se valen de él, de su dominio y explotación, de su deterior y empobrecimiento, para crecer y evolucionar sobre él.




    La palabra se hace y se convierte en lo esencial, ya que por medio de ella es que me separo y distancio, me posiciono mentalmente sobre el dominio y el sometimiento del otro, me convierto y traduzco a una representación construcción mental, “superior”, mentalmente y imaginariamente funcional, con un valor social cultural, en tanto que dependiente de este mundo..






    Se abre por necesidad un paréntesis, un punto de controversia y discusión, como de dilucidación sobre las problemáticas y los origines políticos sociales culturales mismos, de todas nuestras formas y modelos de civilización alcanzados y desarrollados, hasta el momento por medio de un lenguaje que no pude ser más que una mala traducción e interpretación de lo que significa representa y conllevan el discursó productivo de la gramática viviente.


    Y en este momento, de dilucidación y cuestionamiento crítico, solo es alcanzable por una crisis profunda de los sentidos y significado constitutivos productivos de nuestros principales discursos políticos sociales culturales.


    Generadores de la insuficiencia política social cultural civilizatoria en y con la que se encuentran, enfrentan, y a partir de esta coyuntura, política y civilizatoria, ante esta encrucijada histórica se hacen necesarias las emergencias discursivas de otros actores, la necesaria emergencias de otras voces, de otras lenguas, de otras gramáticas, como de otra gargantas visiones e interpretaciones, como la de los aplastados y despreciados que sudan y sangran encadenados a este orden suicida.


    Y a mí se me ocurre confrontarme con otro lenguaje, hacerme de otro lenguaje, de otra gramática, que se fundamentara en la contemplación argumentativa discursiva productiva de lo que se me antoja denominar como el lenguaje con que se expresa y difunde la constante realización de lo que se concibe y maneja social y culturalmente como el fenómeno de la vida-muerte- de la muerte-vida.


    Para luchar y liberarme a mí mismo, en primer lugar, con tal lenguaje, gramática, del lenguaje, la gramática constitutiva del mundo y la civilización que me explotan.


    Para liberarme de los acondicionamientos estructurales mentales que heredo y he asumido de la presión social cultural de la que me distancio y aparto en parte, por medio de esta nueva gramática, funda en el respeto, en la pedagogía abierta, sin maestros, sin límites. Ni restricciones de la vida.


    Y tal vez signifique tal lucha personal, algo, para todos aquellos que son reducidos, confinados, dominados, robados, explotados, esclavizados, e insultados por una civilización, un lenguaje, una cultura, una sociedad, una política, que se caga en ellos, en sus mundo y vidas.


    Si, contradictoriamente confrontando y empleando a la palabra contra la palabra, tan subversivamente como lo hace ella, que es capaz de empelar, manipular la vida contradictoriamente contra la vida.


    Por los intentos discursivos reflexivos de la recuperación de una lengua, un lenguaje, una palabra que no se traduzca en la traición, que no se invierta traicioneramente, en contra del lenguaje de la vida, en contra de la manifestación de los ríos y los océanos, de la tierra.


    Para esto hay que llevar la palabra a la calle, a la vida y los cuerpos de todos aquellos que son insultados, violados, violentados, mutilados, por este discurso, este desarrollo que paradójicamente les ha arrancado y privado por la lengua y la palabra, de la lengua y la palabra.


    Por arte y parte de este desarrollo, fundado en el silenciamiento de la vida por medio de un discurso que traiciona la vida, fundado en la explotación y en una economía que se establece por la violencia representativa del fetiche de la mercancía, del intercambio, la especulación, la prostitución de la vida.


    Practicas que se constituyen por la política del desangre y la explotación, como moneda oficial, no falsa, de la economía social cultura, que crece y se desarrolla, en contra de nuestros huesos, ríos, arterias, a la que pertenecemos a la que nos enfrentamos.


    Para todo preciso el papel esencial del lenguaje, la palabra, para saber a qué cosa, me estoy enfrentando, como digo, cuando creo estar mirándome a la cara.


    Pues si la palabra da miedo, más aun en la boca de los desposeídos, no te digo cuando estos la tomen en sus manos, como una viva tradición de sus cuerpos, de su experiencia como conjugación directa con el lenguaje de la vida, que les camina por las entrañas, y que tendrán que aprender a traducir al lenguaje simbólico, para gritar, ya basta, de tanta mentira, y papel escrito.


    Cuando aprendamos de esta lengua, de este lenguaje, que se pude traducir al dialecto de los despropósitos y la violencia, para paradójicamente liberarse de los despropósitos de la violación y la violencia, que se instaura sobre nuestras vidas sometidas, por medio de la voz, la palabra, los dictados de la lengua autorizada, que nos oprime y aplasta, mientras nos remite, emite e imprime su verdad sagrada.


    De aquí que desde la concentración del poder se argumente que no se les puede enseñar, ni devolver el manejo de la palabra al pueblo, ya que por ella pueden alcanzar a reconocerse en el discurso de la fuerza y el poder de lo vivo, y en tanto esto abandonar y dejar de servir a la civilización que los empela explota y aplasta, que los insulta y humilla por la vida y la belleza que canta y danza, que corre y estalla por sus brazos y gestos.


    Este lenguaje está proscrito, silenciado , reprimido, ocultado, la política económica de esta realidad está absolutamente prohibida, la gramática social cultural niega y se opone a esta gramática, a estos conocimientos, a estas relaciones productivas, a esta ingeniería, a esta física, a esta química, a esta arquitectura, que se describe manifiesta por medio de la ternura, por el abrazos, el festejo del otro, en la solidaridad, en la reciprocidad de todas las cosas que nos constituyen, que estallan y se disuelven en la boca, que circulan y se manifiesta como información sagrada, por cada uno de nuestros latidos y niños, como el aire, el agua que se desplaza en su danza creativa, por tus pulmones, arterias, por cada una de tus células.


    Este es el lenguaje peligroso, el que se tiene que reprimir, el que se tiene que ocultar, acallar, ridiculizar, incriminar, culpabilizar, desacralizar, encerrar en cárceles miserables y de lujo, y que no se pude, no se deja totalmente traducir al lenguaje humano social cultural de la violencia, en tanto que aun resiste desde tu cuerpo.

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