Iniciado por
Eburnea
Érase una vez una hormiga y una cigarra que eran vecinas. La hormiga trabajaba duramente en la recolección de grano y la cigarra era cantante.
Durante el buen tiempo la hormiga, junto a toda su familia se iba a buscar el alimento que les permitiría vivir todo el año. Duro trabajo, pero las hormigas son muy formales y trabajadoras.
La cigarra no se quedaba atrás. Recorría los campos y amenizaba el trabajo de las hormigas con sus melodías. A veces con los calores se hubiera quedado en casa, pero también era muy responsable. Y no sólo eso, era muy alegre y le encantaba su cometido. A veces cuando alguna hormiga decaía, la cigarra le cantaba y le contagiaba la alegría de vivir; y es que la cigarra era una verdadera artista y sabía lo que gusta que te animen, que te amenicen y que te hagan agradable el día.
Al regresar a casa, todas las tardes, al caer el sol, la cigarra encontraba unos cuantos granos que las hormigas le habían ido dejando. Era lo natural; allí todos eran bien nacidos y, por lo tanto, agradecidos. La cigarra incluso cantaba después de que la noche dejara caer su manto, cada vez más despacio, hasta la hora de ir a dormir.
Al llegar el invierno, las vecinas y amigas, cigarra y hormiga, se quedaban en casa. La hormiga y los suyos debían guarecerse del frío y recobrar fuerza. No tenían problema, puesto que la despensa estaba bien abastecida.
La cigarra también tenía que guarecerse y hacer reposo de voz, algo imprescindible en los cantantes. Más en su caso, que cantaba excepcionalmente . Además, era muy profesional y sabía que muchas hormigas hubieran quedado decepcionadas si hubieran faltado sus melodías. Como se había ganado la vida con su arte , también tenía bien abastecida su despensa. De vez en cuando pasaba la velada con la hormiga; se juntaban las familias amigas de cigarras y hormigas y disfrutaban de la compañía y el descanso.
Cuando llegaba el buen tiempo, retomaban el trabajo. La vida es así, pero además, en su caso con alicientes: Ser artista o tenerlo próximo no es cualquier cosa.
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MORALEJA
La vida es posible gracias a la colaboración de los trabajos de todos : Nadie es innecesario. Todos podemos aportar y recibir. Alegrar y estimular la vida es una de las más bonitas labores a que podemos optar. Olvídate de Juan Palomo ( “Yo me lo guiso y yo me lo como”). Imagina, trabaja y comparte: No sólo es agradable, es IMPRESCINDIBLE.
Dedicada a Esopo, La Fontaine y Samaniego.
Saludos Ebúrnea
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