Nunca ha dejado de sorprenderme el fanatismo o el interés desmesurado por una religión concreta, y lo curioso del caso cuando te has preocupado por estudiar y aprender diferentes creencias es el nivel de desconocimiento o incultura de la mayoría hacia otras religiones.
Vamos a ver, planteémonos ¿Por qué es más verdadera o creíble una religión que otra? ¿Es una cuestión de fé o de simple lotería del lugar de nacimiento? Yo nazco en una familia rica o pobre, blanco o negro, sano o minusválido, hombre o mujer, etc. etc
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Pero si yo nazco en España deberé ser católico, en Marruecos musulmán, en Alemania luterano, en la India budista, en Japón sintoísta, etc. etc.
De acuerdo que en cualquier sitio se puede creer en lo que se quiera pero ¿Qué es lo se aprende o se enseña sobre las normales preguntas existenciales?. Normalmente algo interesado, parcial y totalmente incompleto dependiendo del entorno y el lugar, depende de cada uno discernir el grano de la paja y en este siglo de la comunicación global y el conocimiento, parece anacrónico todavía ver blogs como los que aparecen en este foro.
Reencarnación o resurrección, cielos e infiernos, culto a imágenes o liturgias, sectas o movimientos redentores, escuelas o comunidades ¿Cuánta gente vive a costa de las miserias y debilidades humanas? ¿Existe algo peor que eso, aprovecharse del miedo existencial para imponer unas creencias sin ninguna base demostrable? Aquí se desgrana una y mil veces la Biblia, pero no veo idéntica respuesta con el Corán, el Talmud o el Libro de los Vedas, por no hablar de Lao-Tsé o Confucio, entre muchísimos otros credos.
Yo me declaro agnóstico y respeto profundamente a los que se han quedado en el primer peldaño de la escalera sea la que sea, pero creo necesario en el siglo XXI, que respetando unos valores esenciales se deje de hacer apología filosófica barata que solamente viendo la Historia de la Humanidad es la que ha traído más ríos de muerte y sangre al ser humano junto con el nacionalismo, está muy bien ser creyente pero no dejar que el árbol nos impida ver el bosque.
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