Aparta de mí es cáliz,
le dijo Cristo a su Padre.
Un silencio por respuesta,
ni una señal de consuelo.
Una cruz clavada al suelo
Y ni un gesto desde arriba.
¿Por qué me has abandonado?
Y por respuesta el silencio.
¿Por qué callabas ,!oh Dios!,
¿Cuándo tu Hijo te llamaba?.
¡Ah, si hubieras sido madre!...
Mas Tú eras Dios y no hablabas.
No fue el castigo del hombre,
ni la cruz, ni la injusticia,
ni los golpes, ni los clavos,
ni los amigos que huían.
No, no nos digáis que eso
fue el martirio de aquel Justo.
Fue el silencio de su Padre,
ese abandono de hielo,
ese silencio indebido
y esa ausencia de calor
quien partió su corazón. … Murió por falta de PADRE
Ebúrnea
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