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Tema: ¿Es la verdad algo que se puede "decir"?

  1. #101
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    Predeterminado Re: ¿Es la verdad algo que se puede "decir"?

    Querida Once:

    Si, has logrado lo que te proponías con los puntos y aparte ¡Bien hecho!

    Yo no veo diferencia entre "conceptos" e "ideas". Utilizo indistintamente los dos términos, pero prefiero usar la palabra "relaciones", como has visto (No obstante, soy tan cuidadoso como puedo con el término "nociones"). Pero todo esto es porque la mejor solución al problema del conocimiento que he encontrado hasta ahora es la que baso en el par de términos "relación" e "interacción". Sin embargo, sé muy bien que los términos "idea" y "concepto" han asumido varias significaciones a lo largo de la historia de la filosofía. No lo veo nada mal, pues lo mío es solamente una prueba, un experimento, nada más. Y como esos términos (idea y concepto) han cambiado de significado varias veces, estaba interesado en saber cómo los usabas tú, puesto que los habías distinguido con cierta firmeza: hay tanta diferencia entre ellos como tú encuentres conveniente que la haya, y siempre me ha resultado interesante conocer las sistematizaciones que se hacen con los elementos que constituyen el conocimiento. No te preocupes; no hay nada más que esto.

    Recibe un saludo cordial
    Juan Florencio

  2. #102
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    Predeterminado Modificación sustancial; ideas episódicas, un trámite del concepto

    Cita Iniciado por JuanFlorencio Ver mensaje
    Yo no veo diferencia entre "conceptos" e "ideas". Utilizo indistintamente los dos términos, pero prefiero usar la palabra "relaciones", como has visto (No obstante, soy tan cuidadoso como puedo con el término "nociones"). Pero todo esto es porque la mejor solución al problema del conocimiento que he encontrado hasta ahora es la que baso en el par de términos "relación" e "interacción". Sin embargo, sé muy bien que los términos "idea" y "concepto" han asumido varias significaciones a lo largo de la historia de la filosofía.
    Es importante que se haya traído “la palabra” para mostrar el espacio que el lenguaje y sus términos no ocupan en el ámbito de las ideas; mejor visto, la palabra pertenece al ámbito más aparente de la dialéctica de las ideas (vg. todo el mundo parece saber lo que quiere decir, pero son pocos los que admiten que ningún saber es otra cosa que un espacio de incertidumbre).

    El ámbito de las ideas es, a mi modo de ver, una interioridad que ha de guardar alguna relación con lo externo, un espacio entre el interior del que la idea se sirve (vg. un primer grado sensible) y lo externo que hace del opuesto en el que lo interno pueda poyarse (vg. su experiencia consciente). Al menos fenomenológicamente, esto es, en tanto la idea tenga un objeto pensable distinto de otro objeto más íntimo del que dependa, una relación no es otra cosa que un episodio sustancial sin apenas exterioridad y sin que se ponga condición alguna a la "sustancia"; la relación queda, pues, limitada a su propia experiencia, apenas se mueve.

    La oposición entre las ideas de lo interno y lo externo es una dialéctica superflua sin otra importancia lógica que estar limitada al espacio de una sensibilidad sin idea o, dicho así, una estética viciosa; o, al revés, una dialéctica limitada a ideas sin sensibilidad o, dicho de otra forma, un mundo inteligible sin tierra de la que crece, un cuerpo sin vida. De una parte, el lado estético de las ideas, que se relacionen con un objeto de los sentidos, es una vuelta en círculo que dan las ideas persiguiendo algo que, en cuanto parece estar atrapado, se escapa; de la otra, el lado inteligible de los sentidos, que se relacionen con una idea, es puro vacío en el que no hay dónde caer.

    La dialéctica entre la permanencia y el cambio, no obstante, no termina en una regresión infinita, como pudiera pensar una idea encerrada en una totalidad abstracta. No se trata de andar entre dos ámbitos mutuamente opuestos que limitan en planos figurados sin una figura para ellos; sería como pretender “hablar a un sordo a gritos”.

    Reconozco mi predilección por esta imagen acústica. Está basada en mi experiencia personal con una amiga sorda. La ironía epistemológica se encuentra en que, tras mucho gritar, conseguí, no que me oyera (mi amiga era absolutamente insensible a las vibraciones del oído) sino que sintiese mi voz por una especie de vibración de intensidad excepcional (un orden sólo apropiado en situaciones atípicas como aquella con la que estaba experimentando, por aquel entonces, sin una razón teórica).

    Una relación sustancial no es un principio de razón, una idea garantizada; no cuenta con la ventaja que la ponga a salvo de la experiencia que la contradiría y, por tanto, la llevaría más allá de sí, ¡su verdadero interés metafísico!.

    Anteriormente, este tipo de relaciones se ha llamado de "orden 0", como si fuesen relaciones genuinas sin contaminar; actuarían a una distancia absoluta de la experiencia, sin contacto con ella (vg. los números o los genes inmortales). El orden 0 no puede ser una anterioridad absoluta. El cero no puede ser una "nada"; carecería de contenido, ¡en absoluto!. La anterioridad presupone un orden de acuerdo con el que su idea se reafirma; su totalidad, pues, está limitada a los términos que su generalidad induce sin ninguna otra especulación interna; no sólo sería una idea verdadera, sino que sería ¡la única idea!.

    Me permito insistir en que esta nada de la que he hablado no tiene nada que ver con una nada existencialista, aunque está, ciertamente, en deuda con Kierkegaard. La categoría de la nada no es una especulación negativa y absurda; es una categoría sintética que elabora lo que todavía no hay y está, por tanto, a la espera.

    La inmortalidad de los genes, al igual que la idea de eternidad, me resultan ideas ininteligibles; son ideas que sobrepasan toda idea que se pretendiese determinar; carecen de idea del pensamiento. Esa dificultad me llevó a pensar en un tiempo genético, una experiencia por la que los términos genéticos pudieran cambiar. Acerca del tiempo de los genes, la versión profunda del tiempo de las flores, este verano, mientras discutía de algunos asuntos de ética sobre los que la biología bien pudiera echar algo de luz, me preguntó una bióloga acerca de mi especulación, "¿experiencia de los genes?"; yo dije, "modificación sustancial: interna o externa; por encima de ellos, por debajo o por los lados, igual me da; por ¡por donde sea!)".
    Última edición por ALBERTO RODRIGUEZ-SEDANO; 24/11/2013 a las 05:01

  3. #103
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    Predeterminado Re: Modificación sustancial; ideas episódicas, un trámite del concepto

    Hola a los inteligentes participantes de este apasionante hilo: Lo sigo con interés y no siempre me he visto capacitada para opinar. Pero unas palabras de Juan Florencio me invitan, porque expresan algo que siempre me ha inquietado: Es cuando enuncia la dificultad de que el lenguaje cotidiano resuelva problemas conceptuales, momento en que hemos de “comprender cabalmente”. Nos enfrenta a la paradoja de que habiendo asimilado el lenguaje cotidiano, descubrimos aspectos de la realidad – un avance – pero, al tiempo, la oculta porque la simplifica. No sé si he expresado bien la idea, pero nos hallamos con el nudo, quid de una cuestión: hablamos de METALENGUAJE.

    Y más debiéramos hablar, porque generalmente damos por supuesto que ante los significantes, que son las palabras, los hablantes conocemos por igual los significados. Pero ¿Es así? ¿Podemos conocer, comprender cabalmente lo que otro expone?. Prescindiré del importantísimo aspecto que supone la autoría del traductor y del acto de fe que supone leer lo que escribió alguien cuyo idioma desconocemos. Voy a poner como ejemplo alguna de las cuestiones que aquí mismo se están planteando, son entre hablantes del mismo idioma, sin intermediaciones:

    Alberto dice que no le gusta la ÉTICA A NICÓMACO, no es el único, yo me cuento en el grupo, pero con matices. Voy a dar por supuesto que todos entendemos por igual ese término medio entre opuestos, sobre el que tantos ríos de tinta han corrido. Sin embargo, si a mí en cualquier momento me hubieran dado la definición para que yo pusiera la palabra que define, nunca hubiera dicho VIRTUD (actitud virtuosa). Quizá sí actitud diplomática, conveniente y si me apuran mucho ese centro lo hubiera llamado MEDIOCRIDAD. ¿Es que yo le enmiendo la plana a Aristóteles, o a sus muchos seguidores?... En absoluto. Autoanalizo mi acto de entender y encuentro que surge en mí una imagen o impronta o impresión y que probablemente no surge en otro o surge de forma distinta o lo asimila de forma distinta a mí; no lo sé.. Me detengo sin embargo en la misma Ética a Nicómaco en la figura del arquero y pienso si Aristóteles no pensaría también ( tal cual me vino de pronto a mí la imagen) de otro centro, pero de un círculo que sería la EXCELENCIA. ¿Por qué no ver dos ideas de término medio? Pues sospecho que no todos opinarán igual.
    Compruebo, siguiendo el ejemplo del tema abierto, que los significantes idea y concepto no parecen significar lo mismo para Once y para Juan Florencio y, sin embargo, son las mismas palabras.

    Se ha hablado mucho de “EL UNO” . Ha habido aportaciones matemáticas y un nivel que yo no alcanzo. Dice Juan Florencio: “ Yo me inclino a pensar que lo Uno no es una relación sino una interacción,”, pero esa interacción Once la entiende así: “ENSEÑAMOS A LA NEURONA A INTERACCIONAR POR GUSTO Y ELLA APRENDE, ¿CÓMO PUEDE CAMBIAR ESO EL MUNDO?
    Pues si cambia nuestra manera de interactuar, y nuestra neurona aprende, tendremos el gusto de decir la verdad, la tengamos o no.Con la razón le dimos protagonismo e institución al estado”.

    Quizá yo, si me detengo a pensar, concluyo en la intuición que tuve de que ese UNO sería Luz descompuesta en su espectro y con todos los colores mezclándose, interrelacionándose. Alargando, quizá llegara a que Luz y prisma son elementos metafóricos (¿Ideales?) necesarios para que el Uno fuera polícromo y matiz al tiempo. Posiblemente no hubiera llegado nunca tirando del hilo a que la razón le da protagonismo e institución al Estado. Y, sin embargo, estamos hablando de lo mismo…¿De lo mismo?.

    Pensemos ahora que hacemos un coloquio sobre “Los Endemoniados” de Dostoiesvsky o sobre “La montaña mágica de Thomas Mann”, libros, donde lo importante no es la trama, sino los pensamientos, reflexiones, monólogos, diálogos…. Este es el proceso:
    Quizá no tenemos todos la misma traducción. No existe ( no se puede) traducción literal. El traductor debe ser lector – adivino y escritor inteligentísimo, para decir lo que él cree que dice el autor. Nosotros realizamos un acto de fe.

    Lo pongo más fácil. Tenemos el mismo traductor, o más fácil aún, conocemos el ruso y el alemán. En nuestra puesta en común, no sólo resaltaríamos diferentes aspectos, sino que probablemente habría tantas lecturas como lectores. Y sin embargo las palabras y su sintaxis es la misma para todos. Y en el supuesto de que nos fuera dado hablar con el autor quizá nos diría: Yo no he dicho eso que cuenta usted. Mi personaje no/ sí pretende… contrariamente a lo que usted opina… Y más: Podemos, como yo he hecho con “La Montaña Mágica” leer la obra en la juventud y luego en la madurez; no es la misma obra, o mejor no es el mismo lector, o mejor, no es la misma comprensión de los significados, o mejor, comprendemos igual, pero relacionamos y valoramos distinto ( Ya se sabe: EL QUIJOTE, entretiene al joven, hace pensar a la persona madura y sonreír al anciano y no hay erudito que no haya dado su interpretación: “SU”, no “LA”)

    Y así, nuestra gran cualidad – EL LENGUAJE - la que nos distingue en la escala zoológica, con la que elaboramos esas elucubraciones, ahondando más y más, con las que construimos el pensamiento, la poesía, la filosofía y el encuentro con el otro resulta ser un cuerpo en donde los mismos hablantes parecen tener distintas claves para descifrar. Como en la percepción, yo no sé cómo ves “tú” el azul, aunque hayamos acordado que “esto” tiene ese color, pues tampoco sé que entiendes tú por idea, bondad, amistad, matrimonio, beneficioso, pernicioso….. E incluso cuando creemos entendernos estamos en Babel.
    ¿Habrá alguien que realmente haya entendido lo que yo he escrito?... Por supuesto que sí y esa es la paradoja: Quizá porque “adivinamos”, “leemos entre líneas” ( sobre todo si la persona nos es conocida o empatizamos), intuimos… Y probablemente se acierte y se haga una lectura cabal. Hay otras claves. De ahí la importancia del Metalenguaje: El Leguaje debe hablar de sí mismo. Mas ¿Cómo?... ¿Es posible un Metalenguaje?. Porque me pregunto si realmente son los aspectos científicos, tan estudiados, del Lenguaje ( ese gran medio de incomunicación) el fundamento de la buena comprensión.

    Adoro las palabras, me fascinan, las necesito, pero dudo tanto de que tengan la clave de la “COMUNICACIÓN CABAL”….

    ¡Ah! Ya que citó Juan Florencio la psicología de la Gestalt, le pregunto: Cree que un TODO es la suma de sus partes?
    Un saludo a todos Ebúrnea
    Última edición por Eburnea; 22/11/2013 a las 15:46

  4. #104
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    Predeterminado Mecánica. La primera referencia y la primera simplificación

    Hola Ebúrnea:

    Si restringimos nuestra consideración a los fenómenos propuestos por los psicólogos de la Gestalt, contestaré tu pregunta así: Cuando los elementos que podrían constituir un Todo se unen de cierta manera, surge entre ese conjunto y nosotros una interacción (una percepción) que antes no había. Por lo tanto, si por "suma de las partes" entendemos la consideración sucesiva de unos elementos que podrían constituir un Todo, pero sin permitir su peculiar unión, entonces el Todo no es la suma de sus partes. Por el contrario, si por "suma de las partes" entendemos la acción de efectuar la peculiar unión de unos elementos para constituir un Todo, entonces el Todo es la suma de sus partes.

    Observa que para responder a tu pregunta de una manera que considero apropiada he tenido que restringir el campo de nuestra reflexión y distinguir dos posibles significados de la expresión "suma de las partes"; pero si abrimos el campo las distinciones se podrían y se tendrían que hacer de otras formas.

    Para aclarar, ahora me gustaría que tuviéramos en cuenta otros casos que, además de nuestra capacidad perceptiva, involucran nuestro gusto, nuestra valoración, y/o nuestra inmersión en una cultura. Reflexionemos sobre los ejemplos siguientes en que unos elementos (de una variedad de tipos) se unen (con una variedad de tipos de unión) para obtener una "cosa" nueva:

    1. Una solución acuosa de ácido clorhídrico más una solución acuosa de hidróxido de sodio (el resultado es una solución acuosa de cloruro de sodio).

    2. Unos ladrillos que se unen con cemento para producir una casa.

    3. Las letras "a", "m", "s", "o", "t", "e" y "r", para producir la palabra "maestro".

    4. Las mismas letras "a", "m", "s", "o", "t", "e" y "r", para producir la cadena "mosater".

    5.Una deliciosa pierna de cerdo mezclada en licuadora con un delicioso camarón gigante, un delicioso aguacate, un magnífico vino tinto y un poco de sal.

    6. Un lingote de oro puro y un lingote de plomo puro fundidos y mezclados para producir una aleación inútil (cuando menos por ahora).

    7. Fierro, cobalto, níquel, molibdeno, manganeso, cromo y carbón, fundidos y mezclados para producir la aleación conocida como acero inoxidable.

    8. Tres líneas rectas para producir un triángulo.

    9. Un número "real" más un número "imaginario" para producir un número "complejo".

    10. Una diversidad de operaciones como sentir, imaginar, recordar, reflexionar... para producir el concepto de "mente".

    11. Dos peras más tres manzanas reunidas para obtener dos peras más tres manzanas.

    12. Manzanas, harina de trigo, agua, huevo, azúcar... para producir un delicioso pastel.


    Teniendo a la vista los ejemplos anteriores escribamos aquí la pregunta y observemos que cada una de las siguientes respuestas tiene sentido al menos en alguno de los casos.

    "¿Es el Todo la suma de sus partes?"

    a) Si la suma está bien hecha, si.

    b) No, el Todo es mayor que la suma de sus partes.

    c) Si, el Todo es la suma de sus partes.

    d) No, el Todo es menor que la suma de sus partes.

    e) El Todo no es ni mayor, ni menor, ni igual que la suma de sus partes, sino que es algo simplemente diferente.


    La realidad es muy compleja, y como nosotros tendemos a generalizar la simplificamos en ese proceso. Cuando generalizamos, nos aproximamos a la realidad cotidiana de un nuevo modo (que nos permite nuevas formas de actuar), pero nos alejamos también de ella porque la peculiaridad de los casos particulares se nos pierde. A veces, cuando se nos hace una pregunta, respondemos con nuestra generalización más familiar. Entonces se nos puede objetar mediante algún caso particular que entra forzado en la generalización. Así, nos vemos obligados a reformular nuestra respuesta; pero cada vez se nos pueden oponer otros casos que no entran bien en la nueva.

    ¿Respondo bien a tu pregunta, Ebúrnea?

    ¡Saludos!
    Juan Florencio



    --- Mensaje agregado ---



    Mecánica. La primera referencia y la primera simplificación.


    Cuando leo el mensaje de Ebúrnea siento como si yo lo hubiera escrito; pero antes de hacer algún otro comentario sobre él y sobre el de Alberto (que propone problemas interesantes), me gustaría comenzar con algunas de las reflexiones sobre Mecánica que les he prometido antes. Yo espero que estas consideraciones permitan esclarecer el sentido de algunas de las afirmaciones que he hecho en mis mensajes anteriores. La reflexión es larga. Por eso he decidido dividirla en varias partes. He aquí la primera:

    ¿Qué encontramos en los textos de Mecánica? ¿De qué se nos habla en un curso sobre esta disciplina? Se nos habla del movimiento de los cuerpos, de las relaciones que podemos establecer entre unos movimientos y otros y de las regularidades que es posible encontrar en algunas de esas relaciones.

    ¿Cuáles son los elementos básicos de esta disciplina? El primero, naturalmente, es el movimiento mismo. Pero para producir un discurso científico al respecto es necesario hacer un análisis inicial de este fenómeno. Ello nos permitirá descubrir los otros elementos que se necesitan para establecer las relaciones que constituirán el conocimiento.

    Pero el proceso de análisis tiene que proceder sólo hasta donde sea conveniente y en la dirección conveniente. Así, por ejemplo, para lograr nuestros objetivos no es necesario preguntarnos cómo es posible que tengamos la percepción del movimiento; si interviene la memoria aún en los movimientos más cortos y más rápidos o si estos movimientos se nos muestran como tales por sí mismos.

    Lo que en cada ocasión es conveniente en primer lugar, es ubicar los cuerpos en el espacio respecto de un punto de referencia. Esto tiene sus dificultades (y no son menores), pues los cuerpos no ocupan puntos en el espacio, sino regiones. Decir con precisión dónde está un cuerpo (la precisión es necesaria en Física), es muy complejo (más cuando su forma es irregular). Necesitamos simplificar: Tenemos que seleccionar un punto que represente a todo el cuerpo. Pero como por lo pronto no disponemos de ningún criterio para elegir el punto que pueda representar a todo uncuerpo, hacemos otro tipo de simplificación: fingimos que los cuerpos con los que tratamos son puntos en el espacio o bien, en lugar de vérnoslas con cuerpos reales, comenzamos la Mecánica estableciendo las primeras relaciones con elementos mentales (o ideales), es decir, los "cuerpos puntuales".


    Entonces, los elementos que llevamos hasta el momento son los siguientes:
    1. El movimiento
    2. Un punto de referencia
    3. Los "cuerpos puntuales"
    Última edición por JuanFlorencio; 24/11/2013 a las 16:42

  5. #105
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    Predeterminado Re: Mecánica. La primera referencia y la primera simplificación

    Hola, Juan Florencio: Claro que has contestado y extensamente. Sin embargo termino de leer tu respuesta elaboradísima, más de lo que hubiera podido esperarse, y me queda una sensación de "SÍ, pero..." Ante todo debo advertir que esto nos es nada extraño, tratándose de mí ( mi madre, socarronamente, me llamaba "Dña Sí Pero"). ¿Y qué hago cuando algo así me ocurre? Vuelvo a leer, o pido que me repitan lo que me han dicho, o me lo repito yo como si fuera escarbando.... Porque debo averiguar el porqué de esa sensación.

    A tu respuesta concluyo, he dicho que , me respondes, PERO....

    - Sí, indiscutiblemente en que la realidad es muy compleja y en que tendemos a generalizar. Sí, también a que involucramos nuestro gusto, nuestra sensibilidad, nuestra cultura..... y muchísimos etcéteras.
    También sí ( sin fisuras) a algunos ejemplos: H2+O = AGUA / H2+O2= Agua oxigenada

    Empieza luego algún "PERO"·

    - Manzanas + harina de trigo + huevos + aceite ... para producir un PASTEL. Pero ¿Delicioso? No. Como en el guiso de carne. Con los mismos ingredientes salen productos, en una escala que iría de "poco tragable" a "delicioso". Incluso puede surgir de pronto alguien, cinco estrellas per se, que consiga gloria bendita. Y todos son pastel o guiso, pero el "toque" o "mano" o "gusto" de quien cocina no está en las partes y tiene mucho que ver con el TODO

    - Unas letras nos dan una palabra o más de una o un subproducto que no sabemos qué es. PERO muchas palabras ( "ladrillos" de construcción") nos dan una novela vulgar un poema aceptable o "EL CÁNTICO ESPIRITUAL" "LA DIVINA COMEDIA" "PEDRO PÁRAMO" o "POETA EN N. YORK" . No han sido sólo las palabras las que han hecho el Todo, al igual que con los mismos materiales de construcción puede hacerse un monumento de pésimo gusto o Las Pirámides o la Catedral de Burgos, Está claro que en estos casos, incluso observado lo más objetivamente posible, no ha bastado con el "Qué", puesto que decisivo es el "COMO". Y vuelvo a preguntar ( porque soy impenitente) ¿Puede el Todo llamado "PASTEL DELICIOSO" considerarse la suma de sus partes? y lo hago extensivo a obras literarias, obras de arte..., fíjate, me aventuro, incluso obra científica. Recuerdo haber tenido un texto de psicología de un autor norteamericano en la Facultad. Era minucioso, lleno de esquemas, mapas conceptuales, casi casi contemplaba la imposible casuistica. Comentándolo le dije al profesor que lo encontraba muy completo, pero que no me dejaba satisfecha; era como si le faltara algo. Me conminó a que averiguara qué. Era difícil decirlo, porque ya apunté que el tormento del Lenguaje es cuando nos faltan las palabras. Me salió de golpe. Dije: "Este libro tiene un gran cuerpo, pero le falta alma" ¿ Y qué es el alma en un libro?. No lo puedo decir. Creo que hay que entenderlo por encima de lo que se pueda expresar. Desde mi ángulo, aquel extenso libro sólo era la suma muy ordenada de partes, pero si lo comparásemos con un ser vivo, sería un robot. El profesor estuvo de acuerdo conmigo. Me alegré de que me hubiera entendido.

    He observado, Juan Florencio, que entre tus ejemplos no hay ningún TODO que tenga vida ( Sí, ya sé has mencionado la mente, pero como "CONCEPTO") El más simple vegetal y no digamos el TODO llamado Juan Florencio o Mª Isabel son o pueden ser la suma de sus partes? ¿Aunque fuéramos capaces de saberlas y de realizar todo tipo de análisis, la simple adición nos daría el TODO?
    .
    No sé explicarlo bien, pero hay una especie de hálito que da "VIDA" ( entiéndase con todas las comillas) que me dice que la metáfora pura "El jinete se acercaba tocando el tambor del llano" es una UNIDAD es sí. Si estuviera dicho de otra forma significaría lo mismo, pero no es igual. Como no son iguales Las Meninas de Velázquez y las miles de copias aparentemente exactas. El "alma" que dieron García Lorca y Velázquez, convierten la estrofa y el cuadro en UNO y ÚNICO, como única es una flor, único tú y único el pastel delicioso que un día determinado en determinadas circunstancias obtuvo el/ la cocinera "X"

    Por todo esto digo a la geometría ( aun admitiendo que la figura geométrica es un ideal producto de la conjunción de sus ideales líneas, ¿Es real en verdad un triángulo?. Por supuesto, al menos como idea, diría Platón).

    al TODO = compuesto químico, matemático, palabra suma de letras.

    PERO
    :Fenómenos complejos en donde los ACCIDENTE son la ESENCIA, sin dejar de ser ACCIDENTES, en aquello donde existe es "ALGO" inefable que le da su entidad, pienso y me sigo preguntando: Por más que lo diseccionemos para su análisis ( necesario, por otra parte en ocsiones) sumando sus partes en el "laboratorio" hallaríamos finalmente "ESO" que le da unidad?..... Si es que existe. Yo no lo sé "CABALMENTE".

    PERO, finalmente,
    debo decir a esto que SÍ:

    "
    La realidad es muy compleja, y como nosotros tendemos a generalizar la simplificamos en ese proceso. Cuando generalizamos, nos aproximamos a la realidad cotidiana de un nuevo modo (que nos permite nuevas formas de actuar), pero nos alejamos también de ella porque la peculiaridad de los casos particulares se nos pierde. A veces, cuando se nos hace una pregunta, respondemos con nuestra generalización más familiar. Entonces se nos puede objetar mediante algún caso particular que entra forzado en la generalización. Así, nos vemos obligados a reformular nuestra respuesta; pero cada vez se nos pueden oponer otros casos que no entran bien en la nueva".

    Y quizá volvemos al comienzo y repetir la pregunta nos llevaría a un bucle sin fin. Lo que es probablemente absurdo. PERO, a mí me encantan esos procesos

    Saludos Ebúrnea

    Última edición por Eburnea; 23/11/2013 a las 21:32

  6. #106
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    Predeterminado Comprensión afectiva, categorías sin una garantía a priori

    Cita Iniciado por Eburnea Ver mensaje
    momento en que hemos de “comprender cabalmente”. ¿Podemos conocer, comprender cabalmente lo que otro expone?
    La cuestión sería si la comprensión es un acto cognoscitivo o, mejor visto, “afectivo” (*). Fue una idea en la que insistí bastante hace, más o menos, un año; con términos distintos de lo afectivo, o, mientras daba lugar a ellos, hace bastante más. Hablando en general, se refiere a la implicación de las emociones en el pensamiento o los actos de conciencia. No obstante, esta generalidad me resulta insatisfactoria; prefiero hablar de afectos que de emociones. Buena parte del peso que se da a las emociones me parece un esnobismo y una idea de los tiempos que corren; es un tópico de nueva ola que deforma la importancia del tema. Lo que yo trato de pensar no es la emoción sino de lo que la emoción depende (**).

    Dicho esto, la comprensión no puede ser perfecta sino ¡imperfecta!, lo que, por otro lado, no significa que no se pueda comprender correctamente. De no ser así, esto es, si no fuera posible cierta comprensión adecuada a su objeto, no sólo no se comprendería un discurso distinto del de uno, sino tampoco el de uno mismo; los discursos no son propios en el sentido de un creador de los mismos, subjetivamente, sino en el de un conjunto estable de términos, objetivamente y yendo al caso.

    (*) Max Weber llamaba a esta afectividad "de carácter endopático”, aunque era sólo una figura metodológica que nunca llevó mucho más lejos (M. Weber, Economía y sociedad, I. Fundamentos metodológicos). Sin embargo, no hay que olvidar que la reflexión de Weber ha sido (y, para mí, es) la reflexión sociológica por excelencia, superior, incluso, a la de Marx.

    La reflexión sociológica de Marx es una reflexión sin conceptos sociológicos; anda detrás de una historia que no se mete en otros problemas que los de una totalidad incuestionada que se cierra en torno a sí; se encierra. Así pues, este encierro es toda una declaración de principios: no es cualquier historia, sino que es “la historia”. Conviene advertir, en todo caso, que la relevancia de idea de la historia de Marx no es tanto histórica como metafísica; Marx pretende servirse de la historia, más que por un discurso temporal, por los brotes de los que crece (la temporalidad); por así decir, pretende *****la por dentro.

    (**) No es nada extraño que algunos pensadores que se han enfrentado a esta cuestión (vg. Sartre o Heidegger) hayan sido pensadores existencialistas con discursos muy distintos entre sí pero con reflexiones desbordadas por igual.

    Lo único que me gusta de lo que leído de Sartre son algunas de sus obras de teatro; su Un bosquejo de una teoría de las emociones tiene más interés que una psicología de las emociones sin que llegue a ser una verdadera fenomenología. Aunque tampoco se puede decir que me guste Heidegger (empero, sus escritos me resultan extrañamente cómodos de leer), he de admitir que, además de una profundísima reflexión, pensaba sus cuestiones con gran responsabilidad hacia una historia de la filosofía que comprendiese el pensar, como diría él con ánimo nietzscheano, de manera radical.
    Última edición por ALBERTO RODRIGUEZ-SEDANO; 24/11/2013 a las 15:41

  7. #107
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    Predeterminado Re: Mecánica. La primera referencia y la primera simplificación

    ¡Buen día Ebúrnea!:

    Para mí es una ventaja contar con tus "peros", con los de Once y con los de Alberto.

    Tienes razón cuando rechazas mi ejemplo del "delicioso pastel de manzana", pues fue -precisamente-, una simplificación mía: Como me gustan tanto los pasteles de manzana me salió sin pensar lo de que fueran deliciosos. Después de lo que tú dijiste está claro que lo delicioso es solamente una posibilidad que depende de la calidad de los ingredientes y del proceso de preparación.

    Igualmente tienes razón en decir que ninguno de mis ejemplos incluye un Todo vivo, y veo que sería bueno adicionar a mi lista los que tú has propuesto, para que esté completa. No obstante, creo que, así como los propones, cada uno de ellos sería un caso del enunciado "b)" que a la pregunta "¿Es el Todo la suma de sus partes?", responde: "No, el Todo es mayor que la suma de sus partes". O por lo menos, serían casos del enunciado "e) El Todo no es ni mayor, ni menor, ni igual que la suma de sus partes, sino que es algo simplemente diferente".

    Como es posible que tú quieras decir algo no sólo distinto de lo que decía Aristóteles, sino incluso opuesto, no está mal que hayas usado sus términos "accidente" y "esencia" como para resaltar la oposición. Pero lo que dices enseguida respecto del "algo" que confiere al ente su entidad, me deja dudando acerca de tu intención. Para un mejor entendimiento, permíteme desarrollar muy brevemente la teoría de Aristóteles y sus razones (estoy diciendo una tontería, pues para mayor claridad tendría que traer aquí a Aristóteles completo e incluso extenderme con algunas explicaciones; pero sólo tengo espacio para mis tonterías): Este filósofo se proponía mostrar la inteligibilidad del movimiento (y al mismo tiempo la insuficiencia de los planteamientos que habían hecho los filósofos "físicos"), pues otros estaban convencidos de que cualquier cosa en la que haya cambio (movimiento) sólo es objeto de opinión, pero no de ciencia. Entonces Aristóteles hace dos cosas: a) distingue en la entidad del ente la "materia prima" y la "forma" y b) introduce los conceptos de "acto" y "potencia". La "materia prima" es pura potencia: puede, aunque nunca por sí misma, llegar a ser casi cualquier cosa. Es decir, la potencia de la "materia prima" no es un poder hacer, sino un poder recibir. Lo que le hace falta es una "forma", y esa "la proporciona" un "agente"; es decir, un ente que posee la perfección de la forma (el chef que puede hacer de unos ingredientes el delicioso pastel de manzana). De esa manera queda constituido el nuevo ente, un Todo que es un compuesto de materia y forma. Es una substancia; y a esta substancia le advienen los accidentes: por ejemplo, un hombre es una substancia a la cual le pueden advenir los accidentes de ser alto o pequeño, gordo o atlético, moreno o amarillo, sano o enfermo, etcétera. La esencia de este ser consiste en su materia formada (composición de materia y forma, pues). Los accidentes quedan excluidos de la esencia. Por lo tanto, en la filosofía de Aristóteles es inconcebible que un ente (un Todo) pueda ser una suma de accidentes, pues éstos ni siquiera se cuentan entre sus partes. Creo que, comentando a los filósofos "físicos", Aristóteles diría que las partes de un Todo no son tampoco solamente sus "ingredientes" materiales: El Todo es mayor que la suma de los ingredientes materiales, pues incluye la forma. Por lo tanto, las verdaderas partes del Todo son la materia y la forma, nada más; y en este caso creo que Aristóteles habría estado de acuerdo si dijéramos que el Todo es igual a la suma de sus partes (entendiendo por suma el resultado de "dar forma a la materia"). Aristóteles hizo un análisis del ente, pero, desde luego, el análisis aristotélico fue racional, no químico. Mediante un análisis racional podemos entender por qué Aristóteles inventó sus conceptos, pero con un análisis químico sólo nos quedamos con una colección de materiales que -en términos aristotélicos- son otros compuestos de materia prima y forma. La forma del Todo original es aniquilada en el análisis químico. Curiosamente, esa forma que ha podido aniquilarse es lo que daba entidad al Todo.

    Alberto, yo estoy de acuerdo contigo en que hablar de las emociones se convirtió en una moda hace unos años. Pienso específicamente en el tema de la llamada "inteligencia emocional". Cuando escuché acerca de esto por primera vez me acordé inmediatamente de la Ética Nicomaquea y dije: Todo esto lo enseñaba Aristóteles, y mucho mejor, con sus reflexiones acerca de la "phronesis". Lo que pasó fue que después el racionalismo exageró y deformó la importancia de la razón y era necesario corregirlo. Antonio Damasio (que fue un pilar del tema de la "inteligencia emocional") escribió un libro titulado "Descartes error", y se propuso mostrar en qué consistía ese error. Parece que Damasio se enfocó de plano en el racionalismo, pues después escribió otro texto titulado "Looking for Spinoza: Joy, Sorrow, and the Feeling Brain". Ahora bien, creo que es demasiado ignorar un asunto sólo porque en algún momento se ha convertido en moda. Yo opto por revisar cómo está siendo tratado, pues independientemente de la moda la emoción ocupa su puesto en la realidad.


    ¡Saludos!
    JuanFlorencio
    Última edición por JuanFlorencio; 24/11/2013 a las 13:06

  8. #108
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    Predeterminado Re: Mecánica. La primera referencia y la primera simplificación

    Juan Florencio:

    Pienso y pienso sobre todo esto y no es la primera vez: Sé la teoría de Aristóteles y tú la resumes con exquisita pedagogía. Yo quizá no tengo tan buena fortuna para hacerme entender. Pero voy más allá de dar forma a la materia o, lo diré de otra manera, me interesa cómo se da forma a esa materia, para que con iguales ingredientes salgan distintos "TODOS".

    Me quedo con tu adjetivo "delicioso", pero podía ser cualquier otro, pues todo "pastel" tiene su atributos que nos hacen comprobar que cada pastel es ÚNICO. Pongo ahora el ejemplo de la música. Hoy he visto en TV a un eminente musicólogo dando una clase magistral sobre música medieval. Imposible interpretarla cual entonces , no podemos oirla, como ellos, sólo podemos leerla e imaginarla. Pero es igual ( podría entrecomillar todo esto) cada obra que nace muere en cada interpretación y renace en la siguiente, nueva, trans - formada. Cada vez es un acto nuevo y una nueva obra que depende de: a, b, c, d.... n.

    Mozart, Beethove, Chopín.... escribieron sus partituras y ahí están. Todos hemos oído el Requiem, las sinfonías, las Polonesas... etc. Pero (pero) ¿Es la misma V SINFONÍA la dirigida por el propio Beethoven, que por Mahler, Herbert Von Karajan o cualquier otro?. ::. Sumemos las partes ( notas) sigamos las instrucciones, sea la orquesta y director profesionales hasta el límite y que no se pueda decir nada motivo de crítica. Sin embargo ¿Qué ocurre u ocurrió con ciertos directores? ¿Por qué esa obra bien interpretada en general, cuando fue o es dirigida por ellos nos pone en pie y pagaríamos lo que fuera por ser testigos? Es como una vibración eléctrica que unos saben imprimir y otos no. Yo he oído mucho a Chopín, a Liszt..., pero en dos ocasiones los he oído directamente de las manos de( qué digo manos... de un ALGO inimaginable que está o es) Baremboim. No yo, todos parecimos ser sacados de la butaca con un resorte y a la vez.

    En efecto, esa FORMA que lo hace único es no ya el proceso, es más es quizá el hálito, la chispa transformadora de algo ya hecho en algo más que sublime, estremecedor, o quizá terrible más allá de la imaginación. Ese algo es DIFERENTE y hago el proceso al revés. Ese TODO que nos presentó Baremboim, Velázquez, o el pastelero del pastel mas delicioso, no puede ser diseccionado, y me inclino a pensar que comprender esto significa algo que dijo Joice en su "RETRATO DEL ARTISTA ADOLESCENTE". No es textual, pero la tesis es que en la búsqueda de la sabiduría, una vez trascendida la Ciencia y la Filosofía está el ARTE y éste, probablemente, nunca podrá explicarse en su esencia. Pero ahí está y sabremos qué es si tenemos ojos para ver y los tenemos abiertos
    Saludos Ebúrnea
    Última edición por Eburnea; 24/11/2013 a las 14:07

  9. #109
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    Predeterminado Distintas reflexiones sobre lo mismo

    Cita Iniciado por JuanFlorencio Ver mensaje
    Antonio Damasio (que fue un pilar del tema de la "inteligencia emocional") escribió un libro titulado "Descartes error", y se propuso mostrar en qué consistía ese error. Parece que Damasio se enfocó de plano en el racionalismo, pues después escribió otro texto titulado "Looking for Spinoza: Joy, Sorrow, and the Feeling Brain".
    Gracias por su respuesta. Damasio es uno de los investigadores de mayor importancia en lo tocante a la física de las emociones. Leí las obras de las que me habla; tienen bastante importancia, pero no traen, filosóficamente, nada nuevo; su importancia es más científica que filosófica.

    Tengo más que ver con algunos de los conceptos de Peirce y, en este tema, principalmente, Max Scheler. No obstante, por lo que yo he estudiado del tema, no me convence la reflexión de nadie. Coincido en algunos aspectos generales de la reflexión de Scheler, pero, según entramos en detalles, nos distanciamos mucho (*).

    Un cordial saludo

    (*) Cuando pude leer la gramática emocional de Scheler me sorprendí de que pensase lo mismo que estaba pensando yo (Scheler casi un siglo antes que yo; pero, honradamente, Scheler, tenía, al menos, tantas deudas como tengo yo). Scheler usaba, incluso, la misma imagen de la “distancia” que usaba yo; pero, como digo, entrados en algunos detalles, nuestra reflexión es distinta. Paradójicamente, Scheler no veía en el pragmatismo de Peirce la misma cuestión de la que él trataba; yo sí, que era la misma que la de Kant, pero no la de Aristóteles.
    Última edición por ALBERTO RODRIGUEZ-SEDANO; 25/11/2013 a las 04:07

  10. #110
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    Predeterminado Re: Mecánica. La primera referencia y la primera simplificación

    Excelente, excelente Ebúrnea...

    Con la teoría de la "forma", Aristóteles quería explicar el saber llamado por él "episteme". Pero si, por ejemplo, las sucesivas reproducciones de una obra musical no difieren en lo accidental, sino que son esencialmente diferentes, entonces las formas podrían ser infinitas y no cumplirían con el propósito de Aristóteles (lo cual no es imposible, por supuesto), pues lo que conociéramos de una de las reproducciones no nos serviría para la otra. Si hablamos de alguna otra entidad -por ejemplo, de un ser humano- y vemos que entre una "manifestación" y otra también hay diferencias que no podemos aceptar como accidentales, sino que nos parecen esenciales, la consecuencia será la misma: La forma, que Aristóteles suponía "universal", será particular; y ya vez que para Aristóteles no hay ciencia posible de lo particular.

    Voy a decir algo que carece completamente de importancia y es que aunque no soy aristotélico, conozco un poco la filosofía de Aristóteles y es de interés para mí ver si se sostiene o cae. Por eso, te pido que me permitas ensayar lo siguiente: Supongamos que no hay diferencias esenciales entre dos divinas interpretaciones de una obra musical, sino solamente accidentales; supongamos esto mismo en el resto de los casos. De manera que sólo haya una y la misma forma para todos los seres humanos y una y la misma forma para todas las interpretaciones de la Quinta Sinfonía de Bethoven. Entre los grados del saber, Aristóteles pone hasta abajo la sensibilidad, luego la experiencia, el arte en tercer lugar y por encima de éste la episteme, pues toma como criterio la universalidad del saber. Pero si el criterio de orden fuera la eficacia en la acción, entonces la experiencia ocuparía el lugar más alto, la seguiría el arte y la última sería la episteme.

    Por otro lado, que algo sea accidental no significa que no tenga efectos. Los tiene muy fuertes y muy variables: Nos causará mejor impresión una flor llena de lozania que una marchita. Nos animará más un rostro alegre que uno impasible y más una voz vigorosa y entusiasmada que una apagada y monótona. Nos provocará tristeza un llanto desesperado y nos llenará de esperanza alguien que se yergue dignamente después de una penosa caída. Nos encenderá un acto injusto y nos apaciguará una lágrima derramada por el arrepentimiento...

    Y como la cantidad de accidentes es infinita (pues admiten grados) y su combinación también, nos parecerá que lo impactante es también infinito en variedad. Y por ser infinito, no será objeto de episteme, sino de experiencia y de arte. Ante los objetos así considerados, valiosos naturalmente, tendremos que mantener abiertos no solamente los ojos, como dices, sino todo nuestro ser, excepto -quizá- la boca, porque en cuanto pretendemos decir eso que fuimos capaces de vivir frente a Barenboim, se nos vuelve falso...

    ¿Se ha salvado Aristóteles por esta ocasión Ebúrnea?


    Con afecto
    Juan Florencio
    Última edición por JuanFlorencio; 24/11/2013 a las 16:45

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