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[/SIZE][SIZE=5]La Gracia del Espíritu Santo[/SIZE][SIZE=5]
Hay también los Sacramentos de servicio de la Comunión, como el Sacramento del Orden y el Sacramento del Matrimonio que es indisoluble. Hay que comprender que los Sacramentos nos confieren la Gracia del Espíritu Santo. Nos ayudan a hacernos santos.
Hay también otras celebraciones litúrgicas, como los sacramentales y los funerales cristianos.
Personalmente, cuando el Señor me llame a El, yo deseo ser enterrada y no incinerada, aunque la Iglesia no lo prohíbe, porque mi cuerpo está llamado a resucitar un día.
El entierro de nuestros difuntos es una de las obras de Misericordia. Ustedes saben que los difuntos asisten a sus funerales. Entonces imaginen el dolor de los que ven sus cuerpos quemándose.
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[/SIZE][SIZE=5]Algunos estudios en la Nueva Era[/SIZE]
[SIZE=5]Queridos amigos, hace quince años, yo estudié ciertos autores de la Nueva Era que son falsos profetas, porque ellos no anuncian a Jesucristo como Dios. Actualmente, existen muchos falsos profetas.
San Pedro nos ha hablado de ellos en su Segunda Carta, capítulo 2, versículos 1–3: «Hubo también en el pueblo falsos profetas, como habrá entre vosotros falsos maestros, que introducirán herejías perniciosas y que, negando al Dueño que los adquirió, atraerán sobre sí una repentina destrucción. Muchos seguirán su libertinaje y, por causa de ellos, el Camino de la verdad será difamado. Traficarán con vosotros por codicia, con palabras artificiosas; desde hace tiempo su condenación no está ociosa, ni su perdición dormida».
La Nueva Era hace mención de algunos de entre los que yo he estudiado hace algunos años: Alice Bailey, Helena Petrovna Blavatsky, Allan Kardec, khrishnamurti, Sai Baba, Maitreya (el que se dice Cristo), Eliphas Levi, Leadbetter, Papus, René Guenon, Paracelse, Nostradamus, Carl Jung, Sigmud Freud, Edgar Cayce, Marilyn Ferguson, Lobsang Rampa, Carlos Castañeda... y muchos otros.
Desgraciadamente, todos estos autores jamás me han hecho conocer un Dios de Amor, un Dios Padre, un Dios Trinidad, un Dios lleno de dulzura, de Misericordia, de ternura y de compasión.
Yo he sido envenenada con el veneno que Satanás ha puesto en mi corazón a través de muchos de sus escritos y yo puedo decirles que solo la Preciosa Sangre de Jesús me ha salvado de este veneno infernal.
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[/SIZE][SIZE=5]Jesús: «Tú te bañarás en mi Sangre»[/SIZE]
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Jesús de Amor, tranquilizándome, me dijo: «Tú te bañarás en mi Sangre”. Entonces, por amor a El y a la Santísima Virgen María que ha sufrido a causa de mis pecados, al pie de la Cruz, yo rompí y quemé todos los libros que estaban consagrados a la Nueva Era, al espiritismo, a la cartomancia, a la numerología, a la astrología, al ocultismo, a los horóscopos. Yo no quería que nadie los recuperase, porque yo hubiera sido responsable delante de Dios si alguien venía a tener conocimiento de ellos.
San Miguel Arcángel ha contribuido mucho en mi liberación, pues él me ha dicho que no amaba el orgullo. Entonces, yo he debido caminar en la humildad.
Un día yo fui marcada por un libro: «¿PUEDE LIBERARSE DE LOS ESPIRITUS IMPUROS?», donde Monseñor Tournyol de Clos (Ediciones del archiestratega), nos dice:
«Si vosotros habéis estado en contacto con el ocultismo, el esoterismo, el espiritismo, la astrología, la brujería, la magia, el hipnotismo, el reiki, el yoga, la meditación trascendental, la Nueva Era y toda especie de sectas; o también con prano-terapeutas, que se dicen curanderos a magnetizadores, que curan por imposición de las manos, pases magnéticos o radiestesia o péndulo; si habéis visitado a videntes o hechiceros tales como magos, adivinos, marabús o gurús, a cartománticos que leen en las cartas; a quirománticos que leen en las líneas de la mano o a nigromantes que consultan a los espíritus de los difuntos: sabed que os habéis dirigido a individuos que trabajan con el demonio y que habéis dado a Satanás cierto poder sobre vosotros.
Si vosotros mismos habéis tratado de conocer el futuro, aun por juego en los tarots o los horóscopos, si habéis llevado amuletos tales como talismanes, signos del zodíaco; si habéis hecho –o si se ha practicado por vosotros– ritos ocultos, si habéis pronunciado fórmulas o repetido palabras secretas como los mantras por ejemplo, en fin, si habéis frecuentado lugares envenenados por la brujería, el vicio o la depravación moral; con mayor razón si vosotros mismos habéis hecho un pacto con Satanás, hecho magia, invocado a los muertos; tirado suertes, proferido maldiciones o blasfemias, debéis ante todo esforzaros por daros cuenta que habéis ofendido gravemente a nuestro Padre del Cielo».
Por lo mismo, es necesario hacer una Confesión exhaustiva para pedir a Dios perdonarnos estos extravíos y estos pecados que abomina, si bien estos acontecimientos son antiguos y si, en la época, nosotros no éramos conscientes de ofenderlo.
Queridos amigos, la Palabra de Dios en el Deuteronomio 18, 10–12, nos dice: «No ha de haber en ti nadie que haga pasar a su hijo o a su hija por el fuego, ni quien practique la adivinación, la astrología, la hechicería o la magia, ningún encantador, ni quien consulte a espectros o adivinos, ni evocador de muertos. Porque todo el que hace estas cosas es una abominación para Yahvé tu Dios, y por causa de estas abominaciones desaloja Yahvé tu Dios a esas naciones a tu llegada».
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[/SIZE][SIZE=5]El Rosario a los nueve Coros de los Angeles y el acto de amor[/SIZE][SIZE=5]
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Como el tierno Jesús nos ama a cada pequeño, yo me he hecho muy pequeña y he implorado al gran San Miguel por mi liberación. Todos los días, yo rezo el Rosario a los nueve Coros de los Angeles, por mi protección y por la liberación del mal que queda en mí y yo le doy gracias por liberarme del orgullo espiritual del que estaba invadida a causa de esas falsas doctrinas. Yo rezo también la oración: «Jesús, María, yo os amo, salvad las almas», porque cada vez que este acto de amor es rezado con el corazón, se salva un alma.
Desde que yo volví, de todo corazón, a Dios y a la Iglesia, he sido advertida por el Cielo que he sido marcada con el sello de Dios que recibí en El Escorial, lugar del que el Cardenal de Madrid ha reconocido todas las obras de misericordia.
Yo tengo, especialmente, que dar gracias a la Santísima Trinidad y a la Santísima Virgen María, siempre Virgen, que a pesar de mi gran miseria ha puesto sobre mi frente un sello especial, el sello de Dios, para que el enemigo no pueda apoderarse de mi alma.
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[/SIZE][SIZE=5]El microchip es la marca de la Bestia[/SIZE]
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Muy queridos amigos, Satanás actualmente está desencadenado para perder a todas las almas que él intenta perder, por el orgullo espiritual; y uno de sus planes es llegar a marcar a cada individuo con una marca sobre la frente o sobre la mano.
Dios, en su Misericordia infinita, me ha pedido hablar de esta marca de la Bestia que se la puede llamar «microchip». Para esto, El simplemente me ha mostrado su Palabra en Apocalipsis 13, 16–18: «Por sus maniobras, todos, pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y esclavos, se harán marcar sobre la mano derecha o sobre la frente, y nadie podrá comprar nada ni vender, si no está marcado con el nombre de la Bestia o con la cifra de su nombre.
¡Aquí está la sabiduría! Que el inteligente calcule la cifra de la Bestia; pues ésta es la cifra de un hombre. Su cifra es 666».
Dios me ha mostrado también su Palabra en Apocalipsis 14, 9–10: «Otro Angel les siguió, diciendo con fuerte voz: ‘Si alguno adora a la Bestia y a su imagen, y se hace marcar en la frente o en su mano, tendrá que beber también del vino del furor de Dios, que está preparado puro, en la copa de su cólera. Será atormentado con fuego y azufre, delante de los santos Angeles y delante del Cordero’».
Muy queridos amigos, el microchip es la marca de la Bestia. Desgraciadamente, si nosotros lo aceptamos voluntariamente en nuestro cuerpo, nosotros seremos suprimidos del Reino de los Cielos por la eternidad.
Dios nos llama al valor, a la fe, a la esperanza en su ayuda y en su Poder infinito que nos protegerá durante los tres años y medio del Anticristo. Dios enviará a Sus Angeles para proteger a su Pueblo que rechazará dejarse marcar por la Bestia para la eternidad. Dios proveerá a su Pueblo de todo lo que necesita. Entonces, ¡confianza! Dios me ha advertido que era necesario que yo tema no hablar del microchip. Entonces yo advertí a tiempo y a destiempo, mientras nosotros estamos en el tiempo de la gran Misericordia de Dios.
Sin embargo, queridos amigos, sepan que los que quieren ser marcados con el sello de Dios por los Angeles deben observar los diez Mandamientos de Dios, la pureza, la caridad, la pobreza, el compartir y la obediencia a la Iglesia. (Apocalipsis 7, 3: «No causéis daño a la tierra, ni al mar, ni a los árboles, hasta que hayamos marcado en la frente a los servidores de nuestro Dios»).
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