Y si se descubre que estamos todos enfermos, y si toda la cultura, la civilización no es más que el fruto de ciertas formas parasitarias, que se auto destruyen entre sí, mientras se combaten y evolucionan, superan unas a otras, en sus respetivas virulencias, por la misma lucha de la sobrevivencia, el dominio, la colonización parasitaria de nuestra especie y el recurso viviente del planeta.
Lo más probablemente, es que este infestando, de ciertos contenidos, criaturas mentales imaginarias, al estar liberando ideas, o contra ideas, para la destrucción de las ideas predominantes, por medio de la boca, las palabras, la expulsión del lenguaje.
Cuando este excrementando y vomitando ideas o contra otras ideas, contra otras familias de toxinas parasitarias, desde mi enfermedad.
Que de seguro van a combatir o están de alguna forma combatiendo, luchando encarnizadamente con otras toxinas, y resistencias ideológicas, por el espacio y terreno fértil, representado por el huésped, ni que hablar por los tiernos recién nacidos nuevos huésped vivos.
Que serán rápidamente infectados y portadores de los informantes designios, de las estructuras mentales que se desplazan por la boca, que se desplazan por los contenidos lingüísticos, el trasporte parasitario, de las ideas dominantes, de las que ya nadie escapa.
Estructuras mentales, construcciones ideológicas, en constante conflictos entre sí, por la defensa respetivas del anfitrión, de sus espacios y territorios, que se defiende del ataque la invasión, ideológica del foráneo agente externo, portado por otra víctima.
Virulencias resistencias múltiples y reciprocas entre distintas familias cadenas de ideas, parasitarias que compiten por la carne y la sangre.
Amparándose unos, en una tal resistencia moral de sus propias ideas, bichos y estructuras mentales que viven en él, en todo individuo humano infestado, por estos conocimientos volátiles que se esparcen, se liberan, difunden por la boca, enraizándose en los cerebros de sus víctimas, corpúsculos de ideas siniestras, de origen dudoso y de reproducción escalofriantes, de las que muchos portadores se siente destinatarios y orgullosos.
De la que se siente muy dichoso y orgullosos, cuando no, de ser herederos, de estas estructuras malparidas, que no pueden vivir, ni prosperar, sin cuerpo y sangre, hay que ver la conformidad de muchos destinatario, que son parte, soporte vivo de un grupo ideológico de parasitación dominante.
Qué problema no, si se descubre que estamos todos enfermos, infectados por unos bichos, una formas, como estructuras extrañas de nuestras mentes, que comen y se reproducen por medio de la carne, trituran, muelen, moldean, roca y aceró, beben petróleo y exhalad la polución y congregación del planeta.
Un saludo.
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