Fragmento del artículo "
MADRE nuestra que estás en los cielos", de Juan Ramón Junqueras
"Si el creyente quiere aprender a mantener con Dios lazos familiares, tendrá que empezar a percibirlo no sólo como
Abba sino también como
Imma. Los seres humanos tenemos padre y madre. A los dos necesitamos para venir al mundo, y nuestra educación es mejor si podemos aprender de ellos las formas de ser masculinos y femeninos. Es más, por lo general un hijo suele criarse mejor cuando le falta el padre que cuando quien le falta es la madre. Así son las cosas. Parece como si las madres estuviesen más preparadas para ser también padres que al contrario. Saben ser estrictas cuando conviene, pero toda su relación está impregnada de la experiencia del útero materno, de la calidez y la ternura incondicional. En último extremo, siempre les podrá la compasión. Así es Dios:
“
Cuando Israel era niño, yo lo amé, y de Egipto llamé a mi hijo (...). Yo enseñé a andar a Efraín y lo llevé en mis brazos. Con cuerdas de ternura, con lazos de amor, los atraía; fui para ellos como quien alza un niño hasta sus mejillas y se inclina hasta él para darle de comer (...) El corazón me da un vuelco, todo mi útero se estremece.” (Oseas 11, 1-
Cuando un hijo se hace daño, generalmente es a la madre a quien llama antes. Ella lo consuela y hasta parece tener el imaginario poder de curar sus heridas. Una vez leí que uno sabe que ha dejado de ser un niño cuando se da cuenta de que los besos de mamá ya no curan las heridas. Así es Dios:
“Como consuela la propia madre, así os consolaré yo.” (Isaías 66, 13)".
Fuente : [URL="http://spectrummagazine.org/cafe_hispano/2012/05/31/madre-nuestra-que-est%C3%A1s-en-los-cielos"]http://spectrummagazine.org/cafe_hispano/2012/05/31/madre-nuestra-que-estás-en-los-cielos[/URL]
Marcadores