¿Os acordáis de Kiacatuia, la de las cien vidas?. ¡Cuánto tiempo sin daros noticias y eso que desde el siglo XII que inicié mi andadura por el Mundo y conocí el amor con el gran Marco Polo, varias vidas han transcurrido. Las contaré, las contaré, porque a lo largo de los siglos he visto de todo. Sin embargo, ahora me apetece contaros mi vida actual.Sí la de 2012. Otras del pasado las dejo para más adelante, no es necesario irpor orden cronológico.
Nací y vivo en España, concretamente en el Sur – Andalucía - en Guadix, provincia de Granada. Cerca de Sierra Nevada, donde está el pico Mulhacén, el más alto de la península. Cerca de Granada, la más bella ciudad, con dos ríos:el Darro y el Genil. Allí está la Alhambra, fortaleza y sede de la última dinastía musulmana de Al –Andalus (España), la dinastía Nazarí. Su último rey Boabdil, que tuvo que entregar las llaves de la ciudad a los Reyes Católicos en 1492. Era…pero, ¡qué estoy contando! Eso pertenecea otra vida anterior cuando viví en la Alhambra y supe cosas y tuve experiencias que ya os contaré. Hoy tan sólo os digo que desde los ventanales de la fortaleza-palacio veía ( se sigue viendo) el barrio del Albaicín y las cuevas del Sacromonte, donde mucha gente tenía y sigue teniendo su vivienda habitual y hoy además se realizan espectáculos de flamenco.
He querido hacer esta pequeña aclaración, porque hay mucha gente que tiene una idea errónea sobre las cuevas. Una cueva es muchas cosas, no sólo, ni mucho menos, el refugio de animales salvajes (que por cierto son bellísimos). Las cuevas están íntimamente unidas a la Humanidad. Si pensamos que el periodo más largo de nuestra existencia, con mucho, es el nomadismo del Paleolítico, donde personas muy inteligentes utilizaban las cuevas no sólo como refugio sino como verdaderos templos de iniciación, culto, incluso enterramientos.. ¡Cuántas hay con pinturas rupestres maravillosas!. Citaré sólo dos : Las de Chauvet en Francia, con sus caballos soberbios (quepodemos ver gracias a la película “La cueva de los sueños” , actual y de una delicadeza suma). Y cito ¡Cómo no! Las de ALTAMIRA en Cantabria (España). Conla sala de los bisonte ( entre otras) que con razón se le denomina “la capilla Sixtina del arte rupestre”.
Para quienes tienen una visión peyorativa de quienes se refugian o viven en cuevas como si fueran alimañas, o peor como si fueran seres “primitivos” desconociendo quizá que si la inteligencia es la capacidadde resolver problemas, habría que replantearse el concepto de “hombre primitivo”. A quienes caen en ese equívoco, podríamos preguntarles algo que nosotros mismosnos preguntamos: Esas ciervas y los bisontes perfectos están pintados de memoria: ¿Ya estaba totalmente perfeccionado el arte?. Quienes pintaron, nada deben envidiar a los más grandes. Y la gran incógnita para algunos ( ya descifrada) ¿Cómo iluminaron el interior de la cueva para que no quedaran restos de humo en las paredes? . Lo dejo a su inteligencia. Las personas que habitaban las cuevas lo supieron resolver.
Hablo con calor de las cuevas porque vivo en una. Ya les dije al principio que vine a caer (en esta reencarnación) en Guadix. Allí, como en otros sitios hay una zona de cuevas que por su amplitud y buenas condiciones han sido vivienda desde tiempos inmemoriales.Tendrían que ver cómo están arregladas y lo cómodas que son: Mantienen una temperatura agradabilísima constante y aunque les falta luz natural el ingenio hace milagros.
De pequeña, mi madre me enseñó a bailar flamenco. Ella –Adoración Carmona- fue, lo recordarán algunos, “La linda Dorita”, reina de los escenarios del mundo entero. Tuvo grandes oportunidades, pues hombres riquísimos , cayeron rendidos a sus pies. Y es que tenía un pelo de azabache y todo el azul del mar en los ojos. Sus pies volaban, apenas rozaban el suelo y sus manos se contorsionaban , al igual que su cuerpo aunando viveza y delicadeza. Era única. Un jeque le ofreció el “mundo a sus pies”, pero ella amaba a su primer bailarín, a quien conocía desde niño. Juntos habían iniciado la andadura del baile flamenco y bien podía decirse que en el escenario los dos, cuando él la cogía por la cintura, eran uno solo.
Nací yo, así lo dispuso el dios que es mi padre, aunque para ellos era hija de los dos. Podrían haber vivido donde hubieran querido pero decidieron seguir en su tierra y en su cueva. En ella el suelo está cubierto con alfombras persas , producto de las giras de mi madre, hay una perfecta sala de audiciones y yo tengo mi propio laboratorio.
No os lo había dicho: Cuando acabé el bachillerato decidí estudiar espeleología, ahora estoy en el último curso. Ya amaba las cuevas, pero esta decisión la tomé el día que mis padres me llevarona Nerja y visité sus cuevas cársticas. Esa filigrana de las estalactitas y las estalagmitas me dejó paralizada. El guía explicaba cómo aquello era obra de lanaturaleza de millones de años, gracias al carbonato cálcico que deposita cada gota de agua filtrada y añadió “Queda tanto por descubrir”. Ese día decidí hacerme espeleóloga.
Soy muy afortunada. Trabajo con un equipo motivado y valiente. A veces el descenso a la cueva o el camino es difícil, muy difícil, pero compensa. Hemos encontrado lagunas y ríos subterráneos, filigranas de la naturaleza que ni el mejor artesano podría imitar, llanuras con huellas de pies de ¡HOMO HABILIS!. De vez en cuando todos los miembros del equipo nos sentamos, sin más luz que la linterna de nuestros cascos y sin más sonido que el latir de nuestros corazones. Cierro los ojos y soy feliz. Al volver a mi cueva de Guadix, mi casa, me espera el cariño de los míos, comida casera, música. No me puedoquejar.
Algunos domingos voy a Sierra Nevada,donde está el Mulhacén , el pico más alto de la Península Ibérica. Me encanta pasar de lo más profundo a lo más alto. Ver la nieve, respirar. Abajo sigue imperturbable la Alhambra, que fue mi casa en otra vida. La contemplo desde el mirador del Albaicín y la visito con frecuencia. Siempre me acerco a un pequeño azulejo, que suele pasar inadvertido y que dice: “DALE LIMOSNA, MUJER, QUE NO HAY EN LA VIDA NADA PEOR QUE SER CIEGO EN GRANADA”. Si ya habéis ido y no lo habéis visto, pero pensáis volver o si tenéis pendiente ese viaje, haced el esfuerzo de buscar la leyenda y me lo contáis. Lleva en sí una gran verdad.
Yo sigo en mi cueva soñando en todo lo que he vivido, en mis proyectos apasionantes y en lo que todavía me queda por vivir. Os lo iré contando.
Kiacatuia , Diciembre 2012
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