¡Ay. infelice de mí!. Estimada Ebúrnea, que no quería relatar mis desgracias tan pronto. Pero tengo que confesar. El Patrimonio proveniente de mi Padre el Nobilísimo Señor de Grandes Alturas, en mis manos se esfumó.
Primero por cuanto una guerra Civil, se lo llevó de paseo un mal día y jamás volvió. Todo el patrimonio, nos lo secuestraron, teniendo incluso que huir subrepticiamente para salvar la vida.
Una vez los Ángeles celestiales dieron debida cuenta de los facinerosos, pude regresar a Barcelona ya siendo un hombre hecho, derecho, pero sin ningún beneficio.
Tuve que estudiar y trabajar al mismo tiempo, para obtener unos ingresos que acumulados en ahorro sirvieron para ofrecerlos a un abogado y reclamara el Patrimonio secuestrado.
Largos años duró el pleito que al final, y esto fue cuando ya había realizado con mi familia, cuatro cambios de modestos domicilios, la Sentencia, según Fallo Judicial, me dio la razón pudiendo recuperar lo secuestrado.
Las costas Judiciales y la factura por los años de intervención del abogado, llegaron al mismo tiempo. De aquí la puntilla.
Tuve que subastar todo lo adjudicado por el Excelentísimo Sr. Juez, además de desprenderme de la Alfombra, por muy poco dinero y emigrar a otro domicilio más económico.
Pues aún así no fue suficiente, quedando a deber cuantiosa fortuna a la entidad Subastadora. El abogado me rebajó su factura un 20% y ni aún así.
Total: Si hubiera imaginado que la alfombra valía millones, no la hubiera cedido tan alegremente y no estaría endeudado como todavía lo estoy, aguardando con mi mujer el fatídico día del desahucio de este mi sexto y actual hogar al que llevo un año sin poder atender la Hipoteca.
No todo es fatídico. Desde mi anterior hogar, salieron todos mis hijos sin dote, pero capaces de sustentar en sus hogares, a familia numerosa. Tenemos la certeza de que acudirán a re*****nos cuando venga la policía y se turnarán para a*****nos en sus hogares hasta el resto de la vida, mía y de mi mujer.
jajajajaja y un jamón. jajajaja
Un abrazo de Avicarlos.
Nota: Un cuento, que por desgracia con algunas variables, lo sufren muchas familias no solo en Barcelona sino en toda la península.
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