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Tema: relativamente, ni yo, ni nadie entiende la relatividad

  1. #1
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    Predeterminado relativamente, ni yo, ni nadie entiende la relatividad

    relativamente, ni don Alberto Esintein, ni Leomardo de Vinci, ni yo, ni nadie ha entendido el retraso del tiempo, porque lo que se atrasa es solo la imagen de un reloj lejano.



    lo engañoso de la imagen en el otro universo


    En un tiempo no muy lejano ocurrió el insólito incidente mencionado a continuación, confundiendo a los habitantes de un vasto país, asentado en la parte interior de un asombroso planeta, plano como una tabla, llamado Maera, y que por la acción de muchas impecasias –cosa ésta que se asemeja, a lo que se conoce aquí como una fuerza– flotaba, mientras viajaba presuroso y giraba, haciendo orbitas en medio de un abismo de tamaño majestuoso, que se precipitaba hacia lo sombrío y desconocido que estaba en el espacio de ese otro cielo. Todo esto acaecía en el Roguloso, o universo paralelo a éste, en donde la luz no corría tanto como lo hace aquí, ya que tan solo transitaba a un sesentavo de lo que corre en este otro firmamento de acá.

    Ya fuera durante la clara mañana, que se experimentaba detenida durante un lapso de tibia calma, en cualquier rincón de Maera, o durante la sombría tarde, que aunque se percibía triste satisfacía por la tranquilidad, vivían habitualmente satisfechos aunque no meditaran mucho en ello; por lo tanto no faltaban los apuros, las discrepancias y demás sabores altibajos característicos de cada día. Era difícil, pero no imposible, encontrar alguno que entendiera en el tiempo presente lo que significaba la escasez, debido a que su madre Maera, además de inmensa se mostraba dadivosa y no había un pensamiento capaz de comprender su fertilidad, o de hacer por lo menos un esbozo mental aproximado sobre la extensión de ella.

    En el clenio de Maera, o punto cardinal, se encontraba la ciudad de Banteno, habitada por los maleros. Gustaban ellos mucho de observar constantemente hacia el lado opuesto del país. Valiéndose de artefactos sofisticados para mirar desde lejos, podían los maleros contemplar abundantes escenas de la vida cotidiana en Chinero, distante de Banteno dos horas luz y al otro lado de la nación. Siendo la mayor atracción para los sampiales varones, o las samprialas mujeres de esta ciudad, los habitantes del sexo opuesto del otro territorio. Luego de calmar el apetito de contemplar, los que se deleitaban al regalar su gusto con estos pasatiempos; como el que salido del desierto bebe sediento; paseaban su mirada por otros poblados y ciudades, menos alejadas que la de Chinero. No dejaban de ver muchas veces los relojes siempre atrasados, que se observaban en las fachadas de edificios antiguos y nuevos –de diferentes estilos y con diferentes propósitos–, adheridos a las torres más elevadas de las construcciones que se veían en todo el trayecto del catalejo, saltando de pueblo en pueblo hasta casi llegar a Banteno. Si su atención no hubiera estado puesta solamente en las chineras o en los chineros, o en algunas otras hermosuras que se veían desde lejos, enhorabuena los maleros hubieran notado, que entre más alejada estaba la ciudad observada por medio del anteojo, más retrasado se veía el reloj sobre cualquier edificio, y en la medida en que se acercaba a la ciudad suya, menos retrasado se veía cualquier reloj montado sobre las fachadas de aquellas edificaciones.

    Pensaban ellos que la luz era producto de un fenómeno instantáneo, conocido ya, y por medio del cual se movían las comunicaciones: la radio, la televisión, o los teléfonos inalámbricos. De todas maneras, no eran pocos los que se sentían intrigados de ver que los relojes de las otras ciudades, vistos a través del potente telescopio manual, siempre se veían retrasados diez minutos, media, una hora, dos, y más, de la hora oficial del país de Maera. En Oracri, población cercana a la urbe principal del país, Vitresol, vivía Nudilio, personaje de ánimo indiferente en muchas cosas pero despierto para otras, y quien se sentía con el único deber de velar por su familia. Estando un día, lleno del encanto del descubridor, observando por primera vez a través del catalejo, le llamo la atención el ya dicho desconcierto que habían notado muchos, en relación a los relojes que se veían atrasados respecto al que tenía al lado el observador. Como Nudilio contaba con muchos amigos, dispersos por muchas de esas metrópolis, resolvió llamar a Patecio en la tumultuosa población de Sinua, distante de Oracri media hora luz. Después de saludarse y reconocerse contentos luego de tantos días sin hablar, Nudilio le planteo la intriga desconocida para él, pero que para su amistad no era nueva.

    – !Si sampial! –le respondió el otro, con acento entre jocoso y fastidiado–, no eres el primero al que escucho con esa intriga, que también es mía. Créame, yo ya lo pensé, pero no importa, todo esta bien.

    – Pero como va a estar bien, si en todas las regiones de Maera los relojes marcan horas diferentes. Aquí en Oracri tengo las diez de la tarde, pero en el reloj de tu ciudad estoy viendo que son las nueve y media. ¿Que hora tienes allá en Sinua? –Procedió a preguntar Nudillo, seguro de la vista que le daba el artefacto–.

    – Pues mira amigo, aquí tengo la misma hora en mi muñeca que la que tu tienes allá, y si salgo a la calle en todos lados la hora estará igual.

    Admirado Nudilio del extraordinario desconcierto en que se encontraba, e implorando exasperado la ayuda del dios Prilemo, al tiempo que retomaba el anteojo desarrollado por la compañía Asmilaro, reclamo la verificación de su amigo al otro lado.

    – !Verifícame el dato compañero! Como puede ser esto, que la hora que miro desde lejos no es la misma que tu me estas diciendo.

    – Ya te lo dije, aquí como en todas las naciones de Maera son las diez; perdón, son las diez y cinco de la tarde, –contesto Patecio; luego de mirar con desgana burlona otra vez su muñeca–.

    – ¿Y como es que yo veo desde aquí el reloj de la torre del santuario de la bendita Dolauce, que esta dando las nueve y treinta y cinco de la tarde?

    – !Exacto!, tú lo ves a esa hora, y sin embargo yo lo estoy viendo a las diez y cinco minutos. !Explícamelo tu amigo! –Se limito a exclamar el también indiferente Patecio–.

    Entre atareado y prudente estuvo los días siguientes el ahora inquieto Nedilio. Cambiando de anteojo por uno más potente, miro los extremos más distantes y habitados del planeta, en donde se encontraba la última y más pobre cabaña alejada de la civilización; sin dejar de notar innumerables veces el mismo desfase. No se dio cuenta en esos momentos, pero lo que observaba con su vista a través del anteojo siempre era una representación de algo que ya había ocurrido. Él no notaba esta particularidad, porque jamás se le ocurrió pensar, que sus ojos, al mirar una imagen que llegaba de tan lejos, miraba solo una estampa retrasada de algo ya acaecido; pues las imágenes viajaban con la luz y se tardaban en ir de un sitio a otro lo mismo que se demoraba ella.

    Cosa semejante a la anterior, aunque con condiciones adicionales que la hacían diferente, fue lo que le paso cuando converso con su amigo. Como la voz que transmitía el inalámbrico era instantánea, el dato de la hora a través de la palabra era el mismo en cualquier lado; si bien la imagen se veía retrasada. Mirando Nedilio de Oracri el reloj de su muñeca, y oyendo por el celular que esa misma era la hora exacta en Sinua, pero viéndola atrasada en el reloj empotrado sobre la torre del santuario, por medio del potente anteojo, no podía surgir otra cosa diferente a la confusión.

    Muchas de las cartografías que se extendían más allá del Sorina, o superficie habitada de Maera, correspondían a ubicaciones tan distantes que terminaban abundando en supuestos, deducidos simplemente de lo más lejano que se alcanzaba a distinguir con la vista a través de los potentes telescopios. Entre tempestuosos y sosegados mares, islas, playas y montañas, eran incontables los parajes hermosos que se apreciaban por medio del catalejo, llenándolos seguramente de más primor el saber que ningún sampial podría llegar nunca hasta ellos; o quizás, alguna admiración por el lugar no se suscitaba por lo inalcanzable de el, sino que, solamente obedecía a la delicada tranquilidad que regalaba aquella lejana visión callada. De todas maneras, aun con la más avanzada tecnología para el transporte, ni siquiera el Sorina permitía su recorrido fácilmente. Se contaban entre sus puntos más extremos Lovitio, urbe que se levantaba en las faldas de la cordillera de Silsonpea, y Kadeskado, ciudad que se encontraba hacia el Celinéo, o punto cardinal, en la ultima pendiente de un extenso ramal de la cordillera de Mariamina, ambas, separadas por ocho horas luz. Si se pensara que esta era instantánea y no se tuvieran en cuenta otras características con que se manifestaba el natural ser de ella en el Roguloso, y no se considerara suficientemente la disposición del sistema orbital que gobernaba al planeta y su luminaria, más la conformación plana de aquel, fácilmente se pensaría que la luz de la mañana calentaba por igual las diferentes naciones, pero no era así, y por toda la extensión del suelo habitado Rhaoos dispersaba su calor variando, de acuerdo a la lejanía y a la inclinación con que llegaba sobre el maeritorio –o territorio– plano de Maera.

    Así pues, eran enormes las magnitudes del planeta Maera y su extensión superaba a cualquier imaginación. Se contaba en una vieja narración, la cual versaba entre lo mítico e histórico, proveniente del país de Loditigos, lo acontecido a un sampial de nombre Saivílon de Alivesio, poseedor de varios predios rurales. Un infortunado día, valiéndose de un potente catalejo y subido en un piso muy alto de la torre ubicada en su propiedad, detecto el hacendado varios postes caídos y el alambre roto en uno de los últimos limites de sus dominios. Contrariado de ver la valla prácticamente arrasada, y celoso también al pensar que pudiera ser victima de un invasor, reviso concienzudamente los segmentos aledaños al daño, hasta donde las diferentes conformaciones del suelo, u obstáculos se lo permitieron. A partir de ese momento, inquieto de todas maneras por el robo de sus terrenos, consulto la opinión de dos de sus hijos mayores sobre lo visto a través del formidable anteojo. Ellos, teniendo cuidado de no tropezar el artefacto, miraron y ubicaron fácilmente el problema. Vibrando de disgusto como su padre y desplazando ínfimamente el argénteo cilindro con sus lentes, contemplaron los linderos aledaños, ya que en este planeta predominantemente llano era esta una herramienta de uso normal en cualquier hogar, familiarizándose desde muy jóvenes los sampiales con su manejo. Posteriormente, mientras planeaba un viaje al lugar lo más pronto posible, llamo a Loarno de Carento, principal de sus trabajadores, quien conocía la región en donde probablemente se encontraría el paraje; además de muchos más, descuidados, de la ingente propiedad; la cual, con todo y no ser de las más grandes, abarcaba varios millones de Kipoleros cuadrados –siendo un Kipolero poco más extenso que un kilómetro–. Después de esperar impacientemente por dos meses el arribo del subalterno, el catalejo se desacomodo de su posición, y cuando llego Loarno, invitándolo para que mirara a lo lejos, éste dijo, con el asombro de todos, no ver ningún daño en los límites. Saivílon, amado por los dioses y socorrido con la fortuna de esas extensas maeras, mas un espíritu voluntarioso, no fue en esta ocasión muy favorecido con la previsión; por ende, no tuvo cuidado de anotar las coordenadas, ni de retener en su memoria algunas particularidades de la zona, quedando de Carento sin la posibilidad de emitir una conclusión sobre la ubicación. Esta dificultad retraso la partida; ya sabía por experiencia el hacendado de la complicación que entrañaba conocer todos los rincones de la hacienda; no en vano, ni él mismo había logrado recorrer todas sus posesiones en sus abundantes años. Así permanecieron por varias semanas, Saivílon con el ánimo dolido y furioso, maldiciendo la cerca, su suerte, y denostando a Loarno en su propia cara, delante de sus hijos y de los extraños que estuvieron constantemente presentes en busca de una.............................

    La cuestión en la hora del reloj que se encontraba alejado: el retraso de la imagen venida de lejos, que se demoraba lo mismo que se tardaba la luz en traerla, y el consiguiente atraso en la hora representada por el reloj de dicha imagen, tuvo especial actualidad luego que el metrasdo empezó a transitar y comunicar las ciudades. Unido a la maquina y a la vía, se levantaron las estaciones, unas más elevadas que otras, las construidas en las metrópolis nombradas, opuestas por el diámetro, superaron a las demás en altura, si bien Navonreos, Talonto, Varegia, Sabilia y algunas ciudades más, espoleadas por el orgullo, quisieron igualarlas, aunque sin el éxito suficiente para alcanzarlas. En diferentes niveles de las edificaciones se incrustaron morrocotudos ventanales que tenían las propiedades del telescopio, “sin contar con un cilindro en donde se encajaban los cristales”, y desde donde los usuarios del transporte, mientras esperaban observaban, o los visitantes se recreaban, contemplando las lejanas ciudades y sus alrededores, sin dejar muchas veces de confundirse varios con el retraso que se veía en los relojes lejanos, que se levantaban sobre las fachadas, o también por otras inconsistencias que se miraban a través del telescopio empotrado, cuya apariencia era la de una gigantesca......................
    Última edición por Nanupeca; 05/12/2012 a las 19:53 Razón: Link

  2. #2
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    Predeterminado Re: relativamente, ni yo, ni nadie entiende la relatividad

    Brillante!!

  3. #3
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    Predeterminado Re: relativamente, ni yo, ni nadie entiende la relatividad

    Me intrigaste hasta el final, que seguro es solo una parte, josedaivid. Y supongo que lo que siga aclarará la intriga del fenómeno en transmisión del diálogo entre ciudades alejadas. Claro que en un País plano puede existir tal discrepancia entre luz y móviles transformadores de sonido. De no ser así, la conversación hubiese sido exasperante.

    Saludos de Avicarlos.

  4. #4
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    Predeterminado Re: relativamente, ni yo, ni nadie entiende la relatividad

    ¡¡¡Me dieron unas ganas ""locas"" de conocer Maera!!!....Asi poder ver como una Alicia y sin sombrerero loco, los desajustes del tiempo y espacio con los relojes ...ya que, la Luz no hace estas ""bromas"" de mal o buen gusto, según sea la apreciación de los implicados...en mirar..u los perplejos que miran ""relojes desfasados ""por el plano de Maera...
    EXCELENTE RELATO Y quedamos esperando por más...
    Saludos y BIENVENIDO josedaivid....con este relato nos dejaste con gusto a poco....


  5. #5
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    Predeterminado Re: relativamente, ni yo, ni nadie entiende la relatividad

    Cita Iniciado por once Ver mensaje
    Brillante!!
    ONCE, primero que todo me disculpo por no responder anteriormente esas palabras que resultan honrosas con el trabajo: lo engañoso de la imagen; y que me regalan nuevas esperanzas de que sea leído.

    Le agradezco muchísimo el comentario, !porque me arriesgo a suponer!, que significa que se entiende mas bien fácil, la cuestión interesante que tiene el asunto de esa crónica. Tuve oportunidad de verla en los archivos que me presto Lionio; ese personaje enigmático pero muy agradable de tratar, y que viaja por los universos. De él, de Lionio, recibí los CD en donde encontré la historia de los acontecimientos ocurridos en Maera, incluyendo la investigación de Mixoto de Linstio, y los demas archivos, “dentro de ellos los históricos”, de donde sale extractada la historia de Perixe; y de otra carpeta de los CD se obtiene lo contado sobre las costumbres que se usaban en Banteno o en Chinero.

    Hace mas de dos semanas que vi el mensaje suyo, y desde ese momento estuve preocupado por darle una respuesta con gratitud a sus palabras, ¡después de saludarlo claro esta!

    Muy complacido de que me hubiera escrito

    Atentamente

    José David S.

  6. #6
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    Predeterminado Re: relativamente, ni yo, ni nadie entiende la relatividad

    """"""EXCELENTE RELATO Y quedamos esperando por más...
    Saludos y BIENVENIDO josedaivid....con este relato nos dejaste con gusto a poco....""""


    Sigo diciendo...lo mismo..

    ¿Para cuando el """otro""relato?...
    Nos dejas...con...el sabor de querer más...
    Saludos y saludines....josedaivid

  7. #7
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    Predeterminado Re: relativamente, ni yo, ni nadie entiende la relatividad

    Complacida yo,que soy un once femenino.¡¡QUÉ IMAGINACIÓN!!!,ME ENCANTA Y TB ME PREGUNTO SI SEGUIRÁ??Hace no tanto que descubri Micromegas, ni que decir,asi que si tenemos aquí un cuento filosófico o un ensayo histórico entre universos : será todo un desafío,no crea que me resulta fácil,pero le pongo todas las ganas. Me parece superdivertido y superinteresante ,pues a cada frase o tengo que calcular o tengo que definir y a cada lectura se descubre algo más,me sumo a Avicarlos y Caracolamarina,a la espera...............
    ¿existe la noche en MAREA?¿si es plano cómo es qué hay horas???no es fácil,me lío mucho11

  8. #8
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    Predeterminado Re: relativamente, ni yo, ni nadie entiende la relatividad

    Cita Iniciado por Avicarlos Ver mensaje
    Me intrigaste hasta el final, que seguro es solo una parte, josedaivid. Y supongo que lo que siga aclarará la intriga del fenómeno en transmisión del diálogo entre ciudades alejadas. Claro que en un País plano puede existir tal discrepancia entre luz y móviles transformadores de sonido. De no ser así, la conversación hubiese sido exasperante.

    Saludos de Avicarlos.
    Estimado amigo Avicarlos, primero que todo me disculpo por no responder anteriormente ese comentario y el saludo suyo. Le cuento que usted también me deja intrigado, porque me permite entrever que la cuestión no es tan difícil de entender, y pienso que le noto el atractivo que tiene el fenómeno sobre el aparente retraso de los relojes, que se describe a través de la crónica.

    Todo el material escrito y fotográfico que obtuve, “y con el cual pude componer la redacción de esos hechos”, provino de dos discos compactos que me presto un conocido, pero también, personaje desconocido o muy extraño, con todo y que en su trato se percibía la amable personalidad que lo hacia a él. El nombre de dicho sampial, ¿o humano?, es Lionio, y últimamente creo como cierta su insistente afirmación, sobre que el venia de un universo y solo pasaba por este, para mas adelante ir a otro. Componer la crónica, resulto de estar mirando esos archivos, que me resultaron atrayentes porque me dijo el viajero ínter universos, que en los discos se encontraban imágenes de maera, “de los campos y ciudades”. Estando en estas fue que me tope con los párrafos en donde Mixoto contaba toda la averiguación sobre los hechos ocurridos en el metasdo, mencionaba además la mentira de Corificado, que en su momento fue creída sin dudar. Después de esto se incremento mi interés, porque inmediatamente relacione algo de lo narrado sobre esos acontecimientos, con una cuestión que me ha intrigado desde hace mucho tiempo.

    Impulsado por una avidez normal, que tiene su génesis en el deseo de querer saber más sobre algo que a uno le interesa, emplee muchas horas abriendo cualquier icono que me permitiera esa operación, y así, poco a poco fui encontrando muchas cosas, hasta que pude organizar satisfactoriamente la crónica y dar a conocer las inquietantes coincidencias, que terminaban por darle solución a mi vieja duda, a mi vieja inquietud; ¡Y ese descubrimiento es el que me permito compartir!


    Avicarlos, muy valioso, y gracias por el envió de su mensaje

    Atentamente
    José David

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    Última edición por josedaivid; 19/02/2013 a las 20:56 Razón: Corrección

  9. #9
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    Predeterminado Re: relativamente, ni yo, ni nadie entiende la relatividad

    Querida amiga, Caracolamarina, en el dinamismo que evidencia tu pensamiento a través de tus palabras, me haces recordar inmediatamente a la cautivadora inmortal Dolauce. Lo primero que tengo que hacer, es pedirte disculpas por la desafortunada grosería que deje pasar, al no haber respondido anteriormente a tu envió, pues me levanta la moral, al ver que no me equivoque cuando le vi el valor a la historia ocurrida en Maera. Además de esto, tus inteligentes comentarios me consuelan, al notar que el trabajo de buscar, leer, intentar organizar y resumir con mis propios términos los archivos que encontré en los CDs que me presto Lionio, “no fue tan deficiente como pensé”.
    Cuando tilde de inteligente lo que escribiste ahí en tu mensaje, no es un halago gratuito, me parece una aseveración que hago con fundamento, pues me atrevo a concluir que comprendiste rápido y bastante del asunto que por azar hallé en los dos discos compactos obtenidos de Lionio, ya que fui yo mucho mas lento que tú para llegar finalmente a entender lo que se estaba diciendo en la crónica general, dispersa ella en la inmensa cantidad de contenido que venia con cada CD.
    Me parece un poco arriesgado dar a conocer toda la crónica sobre Maera, pues se puede entender como producto de una imaginación alterada. Pero lo cierto es que Lionio apareció en una ocasión, y como consecuencia del contacto reiterado con él, termine leyendo el material contenido en unos extensos archivos que me presto. De esos conjuntos de palabras que fueron abiertos en los discos compactos, salio por primera vez y hace varios años, el asunto que menciono en la crónica, “sobre el retraso que se daba en la imagen del reloj lejano, haciendo que el se viera atrasado en su hora, pues la imagen se demoraba en llagar; y también, que entre más alejado más retrasado se veía y entre mas cercano menor se veía el atraso”. En fin, como si fuera poca la asombrosa similitud entre los sampiales y los humanos, me encontré con la semejanza que claramente vislumbre, en la cuestión esa del retraso del tiempo, o el retraso de la imagen, según que uno estuviera en este o en ese universo.
    Finalmente logre obtener los dos CDs y conseguir al parecer una buena cantidad de información. Fue quizás la suficiente para hacer una crónica en algún grado coherente, y en donde se pudo describir con aceptable claridad la cuestión que observe: la similitud entre ese universo y éste de nosotros; la extraordinaria similitud entre los sampiales y los humanos, la similitud entre los dos universos, que se evidenciaba en la cuestión del retraso que marcaba un reloj que se viera lejano, etc. Así como un día apareció Lionio, otro día desapareció y no lo volví a ver. Fueron tan reconfortantes tus palabras, que en un momento me sentí impulsado a obsequiar el resumen de lo sabido a través de Lionio, o todo el texto completo que esta contenido en la dirección: [URL="http://www.bubok.com.ar/libros/192689/lo-enganoso-de-la-imagen-en-el-otro-universo"]http://www.bubok.com.ar/libros/192689/lo-enganoso-de-la-imagen-en-el-otro-universo[/URL], radicada en Argentina. Sin embargo, aun necesito abundante material, tiempo y satisfacer otras prioridades para seguir organizando y componiendo un texto anexo que comenta asuntos dispersos, y que dicen solo algo mas sobre la historia; ¡ya que lo que había que decir ya se dijo! De tal manera que esperare un poco, con la esperanza de que el trabajo de confeccionar esta sorprendente historia sea valorado.

    Amiga, muchas gracias por tu mensaje y te deseo lo mejor; ¡que sigas siendo tu misma!


    Atentamente
    José David

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    Última edición por josedaivid; 19/02/2013 a las 20:57

  10. #10
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    Predeterminado Re: relativamente, ni yo, ni nadie entiende la relatividad

    : [URL="http://www.bubok.com.ar/libros/192689/lo-enganoso-de-la-imagen-en-el-otro-universo"]http://www.bubok.com.ar/libros/192689/lo-enganoso-de-la-imagen-en-el-otro-universo[/URL], radicada en Argentina.


    UYuyuyyyyy Estimado amigo...Me has dejado más intrigada...

    Sigo con ganas de ""viajar"" ( cual Alicia, pero sin el gato ....jejejeje) a Maera.

    ¿Será que los desfases del tiempo, son de esos, que en la mente a uno le plantean aventuras sin fin?...

    Esperamos, que descifres..o como le digas, lo que te legó Lionio...Y quedamos expectantes a la espera...de... más.
    Saludos y saludines
    Y... Gracias, por considerarme tu amiga, honrada de tan buen narrador.

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