Iniciado por
Neftis
Nunca pudo entender la parábola que le explicaban en las clases de catecismo. Si en un rebaño de 100 ovejas, una de ellas se perdía, aún le quedaban 99. Matemáticamente no tenía sentido.
-Que el pastor, las dejara a todas a su suerte, para ir en busca de aquella que se había querido ir por su propia voluntad, en su niñez aquella actuación no la entendía no le cabía en la cabeza.
-En su ignorancia creía que si la oveja buscaba otro tipo de vida, deberían dejarla a sus anchas, al fin y al cabo había sido decisión suya abandonar el grupo.
-Pero un buen día, probablemente ese día envejeció de golpe, porque lo entendió. -Fue un trago amargo, comprobar que su hijo prefería otros lugares alejados de allí, donde quería buscar nuevas aventuras.
-Y ese día ella, como lo hiciera el pastor de la parábola, lo dejó todo para ir en busca de aquel ser, que prefería huir de casa.
-Lo siguió, le habló, le hizo comprender que lo que quería intentar era una utopía. Nada parecía que pudiera influenciar en aquel ser rebelde, que no aceptaba la comunidad casera.
-Derrotada salió del lugar, lo hizo con los hombros caídos y arrastrando los pies, completamente vencida. Era muy consciente que había perdido aquella batalla.
-Volvió con los demás, había entendido por fin, el motivo por el que el pastor dejaba a todo un rebaño, para ir en busca de la descarriada.
-Fue un duro golpe.
-Entenderlo no la hizo sentirse feliz, simplemente pensó que lo había intentado todo. Recorrió con la mirada a los que abandonara momentos antes para ir en busca del desertor.
-No había dado el resultado esperado, aunque ella se sintió llena de paz, ya que por lo menos lo había intentado.
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