En su monografía "
El trauma monoteísta",
Jan ASSMANN, profesor de
egiptología de la Universidad de Heidelberg, Alemania, parte del postulado según el cual la tradición le ha atribuido al Moisés bíblico la esencia de la religión monoteísta (
El único Dios es Ra = el Disco Solar Viviente)
del faraón egipcio Amenofis IV, mejor conocido como
Akhenatón. Y subraya el hecho de que Akhenatón fue olvidado hasta el siglo XIX, y que de Moisés no existe la menor huella histórica.
Luego, ASSMANN se refiere a la obra de FREUD "
El hombre Moisés y la religión monoteísta", publicada en
1939 para fundamentar su tesis según la cual
tanto Akhenatón como Moisés encarnan la ambivalencia del amor/odio hacia el padre. Y nos recuerda que Freud pensaba que
los hebreos habían matado a Moisés, así como los egipcios ortodoxos (los que adoraban a Amón) eliminaron la memoria de Akhenatón, (el cual adoraba a Atón = el Disco Solar Viviente).
ASSMANN escribe : "Freud hace de Moisés un discípulo de Akhenatón que se habría asociado a los judíos tras la muerte del rey para enseñar la religión monoteísta".
Y alude también al hecho de que, según Freud, si los judíos mataron a Moisés, lo hicieron porque, aunque respetaban al Caudillo y le temían, también lo odiaban a causa de los mandamientos tan drásticos que les dio (el principio de ambivalencia de Freud). Naturalmente, para intentar subsanar ese asesinato tanto físico como simbólico del padre, surgió el sentimiento de culpabilidad en los judíos.
La religión monoteísta (el judaísmo) no hace más que prolongar y preservar, en Canaán, la religión del antiguo monoteísmo akhenatoniano.
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