Tú decides, mujer, mujer que pasa,
aquello que soñaste y no pudiste,
aquello que quizá ya ni quisiste,
pues de tu vida hicieron tabla rasa.
Tú decides, mujer, ama de casa,
sin tiempo de pensar y, a veces, triste
dudando de si acaso tú exisiste
y en un punto en que todo te rebasa.
Madre, siempre madre: !Eres mujer!.
Levanta la cabeza, ponte en marcha,
pues serás lo que tú decidas ser.
Y cuando en tu cabello nazca nieve
una hermosa sonrisa quiero ver:
Sea ancha la vida, ya que es breve
Ebúrnea
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