Porque me gusta más desde el punto de vista de la pronunciación. Pero no es la única razón. Yo había pensado en homosexófilos y, de hecho, el neologismo que le propuse al lingüista francés Alain REY, quien dirige a los equipos de lexicógrafos encargados de redactar diccionarios como "Le Petit Robert", fue homosexophile, y me dijo que estaba bastante de acuerdo conmigo. Pero eso fue en el 2005. Años más tarde, preferí homosexophilique debido a otro neologismo mío, homosexophilisme, vocablo que insiste más en el aspecto militante y sistematizador de la homosexofilia.
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