No, señor. El tema de aquí NO es ni la vida ni los pensamientos de tu hermano en la fe, Rutherford, en todos los renglones de su vida, sino ciertas cositas muy peculiares que escribió en "El Arpa de Dios". No te vayas por la tangente, que ya sé que te encanta hacerlo cuando te ves acorraladito.
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