El encuentro personal con Dios existe, mucha gente ha tenido y tiene ese encuentro.
Si ponemos en paralelo las enfermedades mentales son reales porque la gente actúa de un modo concreto.
El encuentro personal existe. Es real y es perceptible desde fuera por un modo de vida diferente al no creyente.
Si ponemos una cita de la Biblia "¿vosotros quién decís que soy yo?..." la respuesta dada viene a posteriori un reconocimiento de que la respuesta positiva que se da procede del Padre, no sale de la inteligencia humana.
Realmente no sé como orabas.
Rezar es una comunicación, tú hablas, pides si es oración de petición y gracias, y él te escucha y habla contigo.
Al decir "habla contigo" me refiero a que empiezas a decirle una idea, pongamos el caso, y sales con una idea completamente distinta de la que traías; es decir, te va cambiando interiormente paulatinamente.
Orar también es dejar en sus manos tu petición, libremente. Los resultados son del Señor, puede que tu petición o tu trabajo solo consiga un 5% o un 15% o nada de resultados. Por ello debes confiar en Dios porque si te hizo fué porque te quiere, desea lo mejor para tí y te proteje.
También es confiar en su Providencia. La Providencia es, normalmente, lo que digan las personas que te rodean. Por ejemplo, te vas a comprar un coche y te fijas en un modelo, si después tus amigos te van diciendo que esa marca de coche salió muy mala de la fábrica, y les haces caso entonces has hecho la voluntad de Dios y te has guiado por su voluntad, porque ha dispuesto los medios necesarios para tu bien.
También el tener bien formada la conciencia ayuda bastante. Conoces los mandamientos y los cumples entonces escuchas a Dios y pones en práctica lo que más desea para tí. Tu felicidad.
Como te he dicho cada Hombre tiene su propio camino hacia Dios. Este encuentro con él se basa en que tú también lo buscas, buscas ese encuentro y haces y pones en práctica sus palabras y Dios te va guiando, con la seguridad y la calma, la paz interior, que demuestra que no hay "nadie ni nada te turba o espanta, solo Dios basta" (Sta Teresa de Jesús)
Te dejo este comentario de San Fco de Asís:
[SIZE=2]"...¡Qué dichosos y benditos son los que aman al Señor y cumplen lo que dice el mismo Señor en el Evangelio: Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón y con toda tu alma, y al prójimo como a ti mismo! Amemos, pues, a Dios y adorémoslo con puro corazón y con mente pura, ya que él nos hace saber cuál es su mayor deseo, cuando dice: Los que quieran dar culto verdadero adorarán al Padre en espíritu y verdad. Porque todos los que lo adoran deben adorarlo en espíritu y verdad. Y dirijámosle, día y noche, nuestra alabanza y oración, diciendo: Padre nuestro, que estás en los cielos; porque debemos orar siempre sin desanimarnos.[/SIZE]
[SIZE=2]Procuremos, además, dar frutos de verdadero arrepentimiento. Y amemos al prójimo como a nosotros mismos. Tengamos caridad y humildad y demos limosna, ya que ésta lava las almas de la inmundicia del pecado. En efecto, los hombres pierden todo lo que dejan en este mundo tan sólo se llevan consigo el premio de su caridad y las limosnas que practicaron, por las cuales recibirán del Señor la recompensa y una digna remuneración.[/SIZE]
[SIZE=2]No debemos ser sabios y prudentes según la carne, sino más bien sencillos, humildes y puros. Nunca debemos desear estar por encima de los demás, sino, al contrario debemos, a ejemplo del Señor, vivir como servidores y sumisos a toda humana criatura, movidos por el amor de Dios. El Espíritu del Señor reposará sobre los que así obren y perseveren hasta el fin, y los convertirá en el lugar de su estancia y su morada, y serán hijos del Padre celestial, cuyas obras imitan; ellos son los esposos, los hermanos y las madres de nuestro Señor Jesucristo".[/SIZE]
--- Mensaje agregado ---
Esto es la fe, un gran salto al vacío con la esperanza de encontrar a Jesús al final de ese salto al vacío. Es el abandono total y libre, de toda tu persona, dejado en sus manos, en su amor hacia tí.
Última edición por Ciro; 13/12/2012 a las 15:31
Orar es hablarle a alguien, quien se supone que también te hable, te conteste. Y eso es lo que no ocurre con Dios.
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