El comunismo ortodoxo (el puro y duro) quiere acabar con las religiones, mientras que el capitalismo democrático permite que existan. Yo, por más que esté en desacuerdo con las religiones, me opongo a que sean prohibidas. Hay que reconocer que ése es otro de los aspectos positivos del capitalismo : no se persigue, ni se tortura a las personas que profesan sus respectivas religiones, sino que se les garantiza la libertad de pensamiento y, por ende, de culto.
Vean cómo el régimen comunista norcoreano maltrata a los cristianos de ese país :
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