Muy mal.
Muy mal se repetía ahora que estaba contemplando en su imaginación, aquel pedestal, fabricado con sus sueños, que se asemejaban a fragmentos de cristal de roca, con sus aristas iridiscentes, desparramando sus colores por doquier.
--Había construido ese pedestal cuando en su cabeza sólo existían cosas preciosas, cuando de alguna manera creía en los Reyes Magos además de otras muchas cosas bellas inexistentes. Con el paso de los años comprobó cuánta mentira se escondía en la vida cotidiana
.--Cuando creó el pedestal ella lo ignoraba.
--Y en aquel pedestal forjado con amor, con ilusiones, hecho con cristal de roca, con aristas claras y nítidas, se recreaba imaginando todas las cosas bonitas, esas que le llegaban de alguna manera al fondo de su corazón. Las fue amontonando allí, como si de un tesoro se tratara
.--Luego llegó la gran decepción.--El pedestal se rompió en mil pedazos, arrastrando con él muchas ilusiones, y lo peor de todo cayeron muchas personas, que estaban en lo más alto que de alguna manera la decepcionaron. Ella las puso allí con una fe ciega. Eran las mejores.
--Muy mal. Se repitió por enésima vez.
--Nunca debió colocar encima de algo tan frágil, tantas ilusiones y sueños. Lo que más le dolió sin duda, fue comprobar que aquellos seres que amontonó allí, fueran las primeras en caerse del lugar
.--Ahora sólo quedaban los trozos esparcidos, que seguían reflejando esos preciosos colores. Nada más. Era como si estuvieran vacíos. Habían perdido todo el valor.
--Nunca más volvería a construir ningún pedestal que pudiera romperse. Tenía que ser de hierro forjado. Fuerte, que pudiera soportarlo todo, bien anclado en lugar firme. No sería iridiscente pero…seguro que podría aguantar mucho peso sin hacerse añicos.--
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