Mi mundo es desde luego , él que yo quiero o debo desear, pues como de otro modo podría entender que la vida me da o me quita algo que nunca deseé.El mundo reflejo de irrealidades, que no son más que alusiones a la ambición de una felicidad inventada, por completo, con una simbología mística,que no me pertenece del todo, pues no reconozco a veces el cumplido de mis genes.
El rechazo me persigue, mi condición de bastarda con su doble cara, aúnque las dos sean partícipes del rechazo.Como el imán que no puede atraer
su semejante, celoso de sus átomos, identicamente iguales.
¿No se maldice al eterno infierno? ,al atraer objetos no deseados de cualidades extrañas a él.
¡¡Quién fuera agua!! ,tan deseada y siempre fértil, incluso en el desagradable asunto de descomponer, con la excusa de darle paso a la primavera.
Yo también nací sola como Gila ,pero mi madre no me prohibió volver a hacerlo , por lo que sigo naciendo a pesar del desdén.Ni a cielos, ni a infiernos,les preocupa el frio imán,que más parece un elemento extraño al terráqueo cultivo del bien y el mal. Eso sí, me da esta prestada condensación que me protege aún más del fuego, si cabe, para que todo se aleje y como muerte en vida,eterna dulce tranquilidad, galaxia sin conciencia de su enormidad vertiginosa.
Siempre me quedarán las palabras, irrealidades que para todos significan las casí mismas cosas, que conjugadas hacen siempre irremediablemente daño, daño tan deseado por mi, imán desprovisto del dolor necesario, de la acción que te hunde a lo cotidiano de los sentimientos a las sensaciones, de los pensamientos a las peticiones.Y yo sin el deber de interactuar para encontrar las palabras necesarias pues son del ojo de sus quehaceres.
Mi naturaleza muerta, abdicada, hace que me pare, pero no toleraré que nadie me dispute mi identidad, fuente de mi rechazo a todo lo establecido,por que ya no sería verdadero.
¿Por qué me persigue tu crimen? y que más da!,si luego yo rechazaría cualquier clase de amor, no las debo tolerar más y para eso no deberé pedir nada, ni sentir , ni pensar ,ni rozar lo cotidiano.
Elevar mi condición a la de loco de la palabra, pues nada temo,¿ quién a de querer mi cabeza? ;¿una rana o un sapo?
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