Iniciado por
Mario Enrique Bruzzone
Estimado hermano JERC
Creo que la esencia de lo que llamas “mi duda” es bastante clara.
Aunque te diré que en rigor de verdad no es ninguna “duda”, sino más bien mi forma de pensar, o como prefieras llamarla.
Yo nací, crecí y fui educado en un hogar donde me enseñaron que existía Dios, y eso fue ratificado en el colegio donde cursé mis estudios.
Pero desde muy chico tuve lo que llamaría una “sensación” (intuición, inspiración, o como prefieras llamarla) que me decía que “algo” de lo que había aprendido (o me habían enseñado) no respondía a la realidad.
Algo más adelante también comenzó a “carcomer mi mente” otra cuestión, a la cual mencionaría de la siguiente forma: ¿cuál puede ser el motivo por el que un mensaje tan claro (por lo menos lo era —y lo es— para mí) como el del Evangelio, no ha tenido mayor aceptación en el mundo?
Y todo eso me llevó a dedicar largas horas para investigar al respecto.
Con el correr de los años puede advertir —y a raíz de mi participación en éste foro (y en otros) lo he ratificado— que normalmente en materia religiosa (en lo que hace a su raigambre bíblica) suelen plantearse dos cuestiones o posturas a las que podríamos definir de la siguiente forma:
a) o bien una pretendida aceptación genuina e incondicional a los textos bíblicos,
b) o, por el contrario, una pretendida negación absoluta de su valor como “palabra de Dios” y hasta el rechazo liso y llano de la existencia del Eterno.
Y creo que ninguna de esas posturas es correcta.
O al menos no son “plenamente” correctas, y es por eso que yo, aún aceptando la existencia de Dios, y que muchas de sus enseñanzas nos fueron transmitidas a la humanidad a través de la Biblia, estoy absolutamente seguro de que también hay en sus textos MUCHAS cosas que no responden a un real y directo accionar del Buen Padre Celestial.
Y que eso —lamentablemente por cierto— es lo que ha generado (y genera aún) grandes daños para la transmisión de lo que verdaderamente nos quiere mostrar el Buen Dios, y que esencialmente surge del accionar de Jesús de Nazareth.
Pues bien; me encuentro tratando de explicar eso, mostrando que DENTRO de los textos bíblicos hay muchas cosas (esencialmente las que sirven para pretender un “poder” terrenal, y hasta una “riqueza”) a las que se consideran generalmente como derivadas de nuestro Buen Padre Celestial, cosa que —como podrás comprender— yo no comparto de forma alguna.
Esperando haberte podido explicarte un poco mejor mi punto de vista, te envío mi cordial saludo.
MARANA-THA
Marcadores