Ciertamente da gusto dejar volar a su antojo nuestra imaginación, como sucede en este caso.Había vuelto del viaje de negocios que lo tuvo apartado de la familia durante unos días. Su encuentro fue efusivo como era de esperar. Hablaron de cómo había ido el asunto que lo apartó por unos días de la familia Le dijo que la había echado mucho de menos.--Todo había ido a pedir de boca le dijo. Seguro que el trato se cerraría y traería buenos beneficios, que era en suma de lo que se trataba.
--Él había dejado la maleta con la ropa del viaje en el recibidor, y ella como tenía por costumbre, la llevó hasta la lavadora, ya que sabía que dentro encontraría la ropa sucia que había usado durante los días que permaneció fuera de casa.-
-Su asombro no tuvo límites, cuando vio que apenas había nada para lavar. Las camisas, todas menos una estaban bien dobladas, igual que los calcetines. Y eso es lo que más le llamó la atención, ya que en los años de matrimonio, siempre los había doblado tal como le enseñara su madre, que quedaban hechos una bolita casi uniforme, ahora estaban doblados por la mitad. Sabía que a él, esto nunca se le había ocurrido en los años que llevaban juntos. Y en su cabeza empezaron a surgir mil preguntas.
--¿Quién le había lavado la ropa?
--Su pareja en todo el tiempo que llevaban juntos, nunca al volver se la traía limpia. Y por la manera tan cuidadosa de doblarla se dio cuenta, que allí había aparecido una mano femenina. ¿Pero quien?--Tras el golpe emocional recibido, trató de tranquilizarse. Seguro que había una explicación para todo. ¿Pero cual?, necesitaba saberlo. Y se preparó un plan de ataque
.--Mientras comían, así a boca de jarro le preguntó
--¿”Quien ha lavado y doblado la ropa, estos días”?
--El hombre pillado completamente por sorpresa, por uno momentos se quedó en blanco sin saber qué decir. Después, le dijo que la mujer de la limpieza del hotel, cuando entró en su habitación para hacer la cama y arreglarlo todo se brindó a lavarle la ropa
.--”Pero eso no es normal” – le dijo ella con un semblante muy serio –
--“Por más que le dije que no hacía falta, ella se empeñó. Le tuve que dar una buena propina. Creo que necesitaba el dinero ya que lo aceptó de inmediato.”
--La pareja se quedó mirándose, como escudriñándose mutuamente. Él quería saber, si la había convencido. Ella pensó hasta que punto era cierta aquella respuesta
.--Y así sin más surgieron las dudas por parte de ella. Se preguntó, si era cierta aquella explicación. Sabía que las mujeres de la limpieza, si el cliente está dentro, vuelven más tarde. ¿Por qué se quedó aquella mujer? ¿Qué quería exactamente?--
Las dudas planearon durante muchos días, y como pájaro de mal agüero sus alas hacían una sombra siniestra.--Algo se había roto entre la pareja. La confianza absoluta por parte de ella. No le convencieron las explicaciones que le diera su pareja.
--Él, hombre al fin no lo supo ver. Se guardó para sí mismo la escena que vivió en la habitación del hotel. Y sin dar más explicaciones pensó que con lo que le había dicho, quedaba todo claro. Pero era muy consciente que algo en su interior le producía un mal estar, a causa del engaño. Creyendo a pies juntillas que con su manera de proceder la había convencido por completo. Ni se entretuvo a pensar si todo lo dicho era convincente. Sólo podía admitir que no buscó aquella situación que se presentó de improviso. Su mujer, jamás lo sabría se decía en el camino de vuelta. Lo que nunca esperó que ella dudara de sus palabras por el detalle sin importancia, de la manera de doblar la ropa limpia.
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