Espero que por mi participación en este Foro hayan podido comprobar, que si bien puedo asegurarles que no tengo duda alguna de la existencia de Dios, también estoy plenamente convencido de que en muchos relatos bíblicos existen aspectos que no pueden serles adjudicados al Buen Padre Celestial.
Y uno de ellos es la famosa “selección—separación” que se le adjudica con respecto a la tribu de los levitas como sus servidores directos, con todos los “accesorios” que ese hecho traería consigo, en especial el que los integrantes de las otras tribus tendrían que “mantenerlos” mediante la entrega periódica de distintos bienes.
Y una de las razones que me lleva a sostener eso, es por cuanto me parece absurdo pensar que Él hubiese realizado tamaña selección de distintas formas, y en diferentes épocas.
Y para que puedan meditar un poco al respecto cito a continuación las diferentes maneras en que figura esa “separación” dentro de la Biblia.
a) El relato de lo acontecido en varios episodios de “sublevaciones populares” —que me atrevo a denominar como macabros— tanto el de la destrucción de Coré, Datán, Abirón y otros, ocurridas a veces mediante fuego, y otras al abrirse la tierra y tragarse a todos (
incluidos los "chiquitos") como también la que sufrió un sinnúmero de miembros del pueblo hebreo durante una plaga, que logra ser finalmente dominada gracias a la oportuna intervención del bueno de Aarón con un incensario en la mano (por supuesto, ¿cómo podría faltar en semejante hecho la “ceremonia”, o tal vez deberíamos decir mejor la “magia”?) quien cumpliendo con el mandato recibido del todavía más bueno de Moisés, logró detener la “justa ira del Ángel de Dios”. En fin, pobre Dios, las cosas que te enchufamos los hombres (Num. Cap. 16 y siguientes).
b) La pintoresca narración referida al florecimiento de la “vara de Aarón”, con la cual el Señor habría señalado la tribu “elegida por Él” para servirlo (Nm.17,16-2
c) El más que sospechoso mecanismo (al cual llamaría “comercial”, y hasta “inmoral”) que habría sido utilizado por Dios (¿?) según el cual ese grupo “tan selecto” habría surgido de un “negocio” que realizó con el pueblo hebreo, como “pago” por haberles “perdonado la vida” a sus primogénitos durante la famosa matanza realizada en Egipto (Num.3,11-13 y 40-4
y que se relata en el Éxodo, “carnicería” que —dicho sea de paso— tampoco creo que pueda serle adjudicada al Eterno (al único y verdadero Dios).
d) Finalmente, la discreta referencia que podemos encontrar en el Deuteronomio (10,6-
según la cual, la diferenciación del grupo de los levitas se habría realizado recién después de la muerte de Aarón, y no antes como señalan todas las demás.
Creo que el tema merece ser analizado con seriedad, dado que de esa “separación” habría surgido nada más —y nada menos— que aquello que yo suelo denominar como “la estructura piramidal de poder y economía” que se estableció a través del templo, y que lamentablemente continuó luego del “encantamiento” del Imperio Romana en el cristianismo (o a la inversa, pongan ustedes el orden que prefieran al respecto) que efectuó Constantino, con lo cual se fue “desdibujando” cada vez más el mensaje de Amor del Evangelio.
Cordiales saludos
MARANA-THA
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